Grandes tiaras y vestidos de gala para Silvia, Victoria y Sofía de Suecia en la entrega de los Nobel

Como cada 10 de diciembre, Estocolmo se ha engalanado para hacer entrega de los Premios Nobel. Solo unas horas antes, en Oslo, se celebraba el de la Paz, presidido por Harald y Sonia de Noruega, acompañados por Haakon y Mette-Marit. Se trata, la noruega, de una ceremonia muy sobria, con vestidos cortos y tocado para las damas, mientras que en Suecia la etiqueta es la máxima, tanto para hombres como para mujeres, ellos deben llevar chaqué y ellas vestidos de gala y tiaras, además de las condecoraciones pertinentes. Y así lo han hecho Silvia, Victoria y Sofía.

Para las damas de la familia Bernadotte es el acto más importante de su agenda, aunque una de ellas se lo ha saltado. Nos referimos a Magdalena de Suecia, quien se desligó de los galardones una vez que se trasladó a vivir al extranjero. La princesa acude cuando puede y esta edición no ha sido el caso, a pesar de que estuvo en su país natal hace apenas unos días para una de las celebraciones del 80º cumpleaños de su madre, la reina Silvia.

Sea como fuere, y sin la bella Magdalena, las mujeres del clan lo han dado todo, aunque entre todas ellas destaca Victoria de Suecia, quien por primera vez ha decidido repetir estilismo en los Nobel. Al ser la cita más relevante de su agenda, la heredera al trono siempre apostaba por vestidos de estreno; sin embargo, en esta ocasión ha optado por repetir un diseño en color berenjena, con escote asimétrico y una gran flor que le vimos durante la cena de gala ofrecida con motivo de la visita de Estado de Guillermo Alejandro y Máxima a Suecia.

Aunque es una novedad, no es sorprendente ver a Victoria repitiendo estilismo, sobre todo porque es lo que ahora se lleva entre las royals europeas. La precursora fue Mary de Dinamarca, que en este año apenas ha estrenado ropa, y desde entonces se han unido a este club del reciclaje Máxima de Holanda, que en dos meses apenas ha lucido una pieza nueva, Kate Middleton y ahora la heredera sueca con esta decisión.

Como tiara ha elegido la de amatistas, a juego con su vestido. Se trata de una joya que fue propiedad de Josephine de Leuchtenberg y que llegó a la corte sueca tras su matrimonio con Oscar I. Llevaba, además, los pendientes a juego y el broche, que sujetaba la banda de la orden de los Serafines, la más importante de Suecia.

Victoria ha ocupado su puesto en el escenario junto a su marido y sus padres, los reyes. Silvia ha apostado por un vestido en color rosa, formado por un cuerpo de manga larga y escote redondo, repleto de pedrería formando motivos florales, y una falda lisa ligeramente abombada. Un diseño clásico que casa a la perfección con el estilo clásico de la reina.

Ha coronado su cabeza con la tiara de las nueve puntas, una de las más importantes del joyero de los Bernadotte. Se trata de una joya realizada en diamantes talla brillante que consta de nueve puntas rematadas por nueve soles de diamantes. Fue un regalo del rey Oscar II a su esposa, Sofía de Nassau. Lucía también un collar de chatones, un gran broche con un topacio rosa rodeado de diamantes y pendientes a juego.

Toca el turno ahora de hablar de Sofía Hellqvist, quien ocupaba la primera fila de butacas junto a su marido, el príncipe Carlos Felipe. La princesa ha optado por el negro con un vestido sencillo al que ha añadido dos collares de Swarovski.

Sobre su cabeza llevaba la tiara que sus suegros le regalaron con motivo de su boda en 2015. Nos encontramos ante una sencilla pieza de diamantes terminada con esmeraldas. Sofía la ha llevado en estos Nobel de la forma original, con ellas, pero en otros actos las ha cambiado por perlas, citrinos, turquesas y aguamarinas. Se ha cuestionado en muchas ocasiones por qué la princesa no lleva otras tiaras, teniendo en cuenta el gran joyero de los Bernadotte. No hay respuesta oficial y mientras algunos creen que es porque a ella le gusta y se siente cómoda con esta joya, otros van más allá y asumen que es porque no tiene acceso a las otras piezas.