Fotos inéditas: las Navidades especiales de Jorge Romanov y Rebecca Bettarini, grandes duques de Rusia

Estas Navidades van a ser especiales para Jorge Romanov y la escritora Rebecca Bettarini. Su hijo, el príncipe Alexander, ya tiene edad para disfrutar de la puesta en escena propia de estas fechas. Nació el 21 de octubre del 2022 y, como explica su madre, "ya se da cuenta de todo y el problema que tenemos es que quiere ayudar a colocar el árbol y los adornos. En realidad, lo que hace es jugar con las bolas como si fueran balones. Es un niño feliz, que se adapta a nuestros cambios de domicilio, y muy divertido. Vivimos entre Moscú, Madrid y Dubái. En los tres sitios desarrollamos proyectos solidarios. Para nosotros estos días son muy entrañables".

"Lo pasamos todos juntos -continúa- porque son fiestas para compartir con la familia y nos dividiremos entre Madrid y Roma. Este año mucho más, porque ya con dos años Alexander se da cuenta de que algo pasa y que son días importantes. Para mí son unas fechas bonitas con muchos recuerdos. Mis padres organizaban fiestas para los niños y un enorme pesebre (nuestro belén) de sesenta metros cuadrados con efectos especiales. He crecido en un ambiente muy navideño y lo estamos recuperando para Alexander”.

Una de las noches de más emoción para la princesa imperial era la llegada de Papá Noel. “El año pasado, Alexander no se enteró mucho, pero esta vez sí y estamos pensando en quién aparecerá para que no lo reconozca”. Cuenta la anécdota de cómo descubrió a los diez años, el día de Navidad, el secreto de quién entregaba los regalos a los niños.

“Siempre se encargaba de esta misión alguna persona que no pudiéramos identificar. Sonaba la campanita y le esperábamos en el salón. Esa era la costumbre. El último año entré en uno de los dormitorios y lo descubrí. Estaban varios padres vistiendo a uno de ellos. Pregunté a mi madre: ‘¿Y esto qué es?’. ‘Pues lo que ves y no se lo digas a nadie’. A mí lo que más ilusión me hacía eran los peluches”.

Una Navidad especial

La escritora, hija del que fuera embajador italiano Roberto Bettarini, muestra a través de Vanitatis cómo van a pasar estas fiestas. Han adaptado a sus vidas en común las costumbres y tradiciones que a lo largo de sus vidas han compartido con sus familias respectivas. Jorge Romanov, hijo de la gran duquesa María Vladimirovna y de Francisco Guillermo de Prusia, nació, estudió y vivió en Madrid. Y Rebecca es italiana, aunque, por la profesión de su padre, su existencia ha sido muy movida. Por lo tanto, sus Navidades son muy completas y disfrutan de los hábitos de cada una de las familias. Aunque hay puntos convergentes, como el pavo, que siempre ha formado parte del menú de ambos, igual que las castañas. Incorporan el kulich, el pan ruso parecido al panetone.

"Es un mix de cocina tradicional española, italiana y rusa. Hay de todo. A mí me gustan mucho los dulces y no falta el panetone y el pandoro. También es muy tradicional, en casa de mis padres, un pescado que es como una anguila y se llama capitone. Tomamos las uvas el 31 y, al día siguiente, las lentejas que traen dinero. Nosotros celebramos la Navidad cristiana y la ortodoxa, que comienza el 6 de enero con el nacimiento del Niño Jesús. Por lo tanto, las fiestas se alargan en el tiempo. El Año Nuevo es igual para todos".

Esta diferencia de fechas de catorce días tiene que ver con el uso de calendarios diferentes entre los cristianos católicos y ortodoxos. Uno es el Juliano y el otro el Gregoriano, que cambió el Papa Gregorio. Para países como Rusia, Georgia, Armenia, Bielorrusia, Serbia, Egipto, Etiopía y Kazajistán, el 6 de enero es Nochebuena. El 7, el día de Navidad.

La escritora e hija del que fuera embajador italiano, Roberto Bettarini, y el heredero al trono de Rusia se conocieron por amigos comunes en Bruselas. Se separaron y, cuando volvieron a coincidir, le pidió que le ayudara en un proyecto solidario para el desarrollo y la búsqueda de nuevas curas del cáncer.

A partir de ese momento, se dieron cuenta de que lo suyo iba más allá de un trabajo conjunto. Llegó el noviazgo, la pedida con un anillo muy especial con un diseño que mantenía la tradición de los compromisos de los zares. Se casaron en la catedral de San Isaac en San Petersburgo el 1 de octubre del 2021. Fue una celebración histórica, con más de doscientos medios acreditados, ya que se convertía en la primera boda de la familia imperial en territorio ruso tras la caída de los zares. Un acontecimiento que reunió a destacados representantes del mundo político, social, económico y de la realeza como fueron los reyes Simeón y Margarita de Bulgaria, los duques de Braganza, la princesa Lea de Bélgica; los duques de Anjou, Luis Alfonso de Borbón y Margarita Vargas, y Miriam Ungría con su primogénito Boris, que heredó el título de príncipe de Tirnovo.