Los príncipes de Gales y sus hijos, protagonistas de la Navidad de Sandringham
Carlos III ha logrado reunir por primera vez en estas fechas a la familia de la reina Camilla y a la suya propia en el castillo del condado de Norfolk donde los Windsor celebran estas fiestas
Kate Middleton, sus hijos George, Charlotte y Louis, y sus primos han protagonizado el tradicional servicio religioso al que acuden los Windsor en Navidad. La familia suele hacer el 'paseíllo' hacia la iglesia de Santa María Magdalena, situada muy cerca del palacete de Sandringham donde la familia real británica se reúne en estas fechas. Sus looks, los gestos espontáneos de los niños y la afabilidad de la familia en esta cita suele protagonizar los titulares del día de Navidad.
Carlos III ha marcado carácter en la primera celebración de la Nochebuena y la Navidad desde su coronación, el pasado 6 de mayo de 2023. El soberano británico ha querido reunir a toda su familia (con excepción de los Sussex), incluyendo a los dos hijos y seis nietos de la reina Camilla, en Sandringham House. Esta 'casa de campo' situada en Norfolk es el lugar habitual de peregrinación de los Windsor para festejar estas fechas desde los tiempos de Isabel II.
Cada año desde hace más de tres décadas, la reina Isabel abandonaba a mediados de diciembre el palacio de Buckingham con rumbo a esta finca situada a dos horas y media de Londres. Lo hacía siempre después de celebrar una comida navideña para despedir al personal que trabaja para ella en Londres y a la que se unía toda la familia, no solo sus descendientes directos, sino también primos y sobrinos. Su estancia en Norfolk se alargaba hasta bien entrado el mes de febrero, ya que era costumbre que se quedara hasta que pasaba el 6 de febrero, aniversario de la muerte de su padre y de su ascensión al trono.
Su hijo Carlos ha respetado esta tradición. En esta ocasión, la familia real británica llegó el 24 de diciembre para celebrar la Nochebuena y el tradicional servicio de Navidad en la iglesia de Santa María Magdalena. Como siempre, los más buscados por los medios gráficos fueron los reyes Carlos y Camilla y los príncipes de Gales con sus tres hijos, George, Charlotte y el simpático Louis. Junto a ellos, el núcleo duro de la familia real que no ha faltado en esta cumbre familiar son la princesa real, Ana, con su marido Tim Laurence, y los duques de Edimburgo con sus hijos, Lady Louise y James de Wessex.
A pesar de los escándalos, el rey Carlos III también ha querido invitar a pasar estas fechas con el resto de la familia al duque de York y su exmujer, Sarah Ferguson, junto a sus hijas y sus nietos. Han estado Eugenia de York con Jack Brooksbank y sus hijos, August y Ernest; Beatriz de York con Edoardo Mapelli Mozzi, su hija Sienna y Christopher Woolf, el hijo del empresario; también Peter Phillips con las pequeñas Savannah e Isla Phillips; y Zara y Mike Tindall, con Mia, Lena y Lucas. Sarah Ferguson llevaba tres décadas sin acudir a este acto.
En otras ocasiones la reina Camilla se marchaba de Sandringham el 25 de diciembre después del discurso para poder cenar en Navidad con sus hijos, pero en esta ocasión los Parker Bowles han sido invitados a Sandringham, confirmando la creciente influencia de la familia de la reina en la corte inglesa. Se ha publicado que celebrarán la Navidad con los Windsor los dos hijos de la reina Camilla, Tom Parker-Bowles, con sus hijos Lola y Fredd, y también Laura Lopes, quien acudirá con Harry, Eliza y los gemelos Gus y Louis. Annabel Elliot, la hermana de Camilla, que es una de las 'damas de compañía' de la reina, también estará en Norfolk en estas primeras navidades como viuda.
Tras el paseíllo hacia el servicio religioso de la iglesia de Santa María Magdalena, la familia regresa para comer en Sandringham House y allí escuchar el tradicional discurso navideño de Carlos III, que se emite a las tres de la tarde.
Situada en un terreno de más de 8.000 hectáreas, llamar a Sandringham 'casa de campo' no es más que un eufemismo. El castillo cuenta con un edificio principal con innumerables habitaciones distribuidas en tres plantas. Y además de un ático y sótano, tiene varios salones y salas de estar, como un salón de baile y un comedor, en el que se pueden encontrar algunos cuadros de Goya, regalo en su momento del rey Alfonso XII. La familia suele entretenerse mucho en las salas dedicadas a actividades de ocio, como la bolera, la biblioteca, la sala de billar o la sala de armas. Todas ellas añadidas y remodeladas a lo largo del tiempo, ya que Sandringham ha sufrido numerosas ampliaciones y reformas desde que pasara por primera vez a manos de un Windsor, el rey Eduardo VII en 1862, cuando todavía era príncipe de Gales.
Sin los Sussex
La joya de la finca son tanto los jardines pertenecientes a la casa, de unas 240 hectáreas, como los terrenos, que comprenden hasta cinco pueblos. En ellos encontramos también otras construcciones, como Anmer Hall, la segunda residencia de los duques de Cambridge, o Wood Farm, donde el duque de Edimburgo se instaló tras renunciar a sus funciones oficiales. También la iglesia de Santa María Magdalena, el punto de encuentro para los Windsor el día de Navidad y donde se ha bautizado a muchos de los nietos y bisnietos de Isabel II.
Sandringham no ha sido solo escenario de reuniones festivas y tiempos felices. Entre sus muros fue donde fallecieron tanto el padre de la reina Isabel II, Jorge VI, como su abuelo, Jorge V. La casa fue motivo de fricciones entre el padre de la reina Isabel y su tío, Eduardo VIII, al que originalmente pertenecía. Tras su abdicación para poder casarse con Wallis Simpson, como Sandringham y Balmoral eran de su propiedad privada, fue necesario que el rey Jorge VI comprara ambas propiedades para que siguieran formando parte del patrimonio familiar. Costó 300.000 libras esterlinas.
Más recientemente, Sandringham también se convirtió en el escenario en el que el príncipe Harry negoció las condiciones de su salida de la Casa Real, en una reunión con el príncipe Carlos, el príncipe Guillermo y la propia reina Isabel que se conoció como la 'cumbre de Sandringham' y que quedará reflejada en la historia de la monarquía británica.
Kate Middleton, sus hijos George, Charlotte y Louis, y sus primos han protagonizado el tradicional servicio religioso al que acuden los Windsor en Navidad. La familia suele hacer el 'paseíllo' hacia la iglesia de Santa María Magdalena, situada muy cerca del palacete de Sandringham donde la familia real británica se reúne en estas fechas. Sus looks, los gestos espontáneos de los niños y la afabilidad de la familia en esta cita suele protagonizar los titulares del día de Navidad.