"El yin y el yang": las revelaciones de la hermana de Camila sobre su intimidad con Carlos III

La primera Navidad de los reyes Carlos III y Camila desde que fueron coronados ha sido el momento elegido por la BBC para emitir el documental 'Charles III: The Coronation Year', en el que varios miembros de la familia real y personas muy cercanas a ellos aportan su visión sobre los actuales ocupantes del trono antes y después de la coronación que tuvo lugar el pasado 6 de mayo en la abadía de Westminster. Una de ellas es Annabel Elliot, la hermana de la reina, que frente a las cámaras la describe como "la roca" del rey, mientras que su amiga íntima, lady Lansdowne, dijo que el hecho de que la pareja haya tenido que "luchar" para estar juntos no ha hecho sino reforzar su "inquebrantable vínculo".

Hablando públicamente por primera vez sobre la larga relación del rey y la reina, la princesa Ana, que no es conocida por ser especialmente efusiva en el plano emocional, dio a su cuñada el sello real de aprobación. "La conozco desde hace mucho tiempo. Su comprensión del papel y de la diferencia que supone para el rey ha sido absolutamente excepcional", declara en el documental. "Aporta ese cambio de velocidad y tono, que es igualmente importante", añade sobre ella.

La hermana de Camila, que actuó como una de las dos damas de honor de la reina el día de la coronación, la describe como "alguien completamente leal", mientras enfatiza que la suya no es una relación unilateral, explicando: "Él le aporta todo. No estoy hablando de todo esto [refiriéndose al palacio de Buckingham, donde están grabando en ese momento], pero... él tiene tantos conocimientos e interés en tantas cosas diferentes, a las que ella no habría estado realmente abierta si no le hubiera conocido".

"Son el yin y el yang. Son polos opuestos. Pero creo que funciona de maravilla", dice una orgullosa Annabel. El documental muestra imágenes de la pareja paseando a Beth, la perra rescatada por la reina, en Birkhall, su casa en Escocia. Ambos charlan distraídamente sobre cómo Beth se comió un ratón la última vez que estuvieron allí y comentan cómo a sus nietos les encanta saltar en un viejo puente sobre el río que cruza su jardín. Los dos parecen sentirse completamente cómodos en compañía del otro, terminando instintivamente las frases de cada uno después de tantas décadas juntos.

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Fiona Lansdowne, amiga de Camila desde hace muchos años y una de sus nuevas damas de compañía además de ser su otra dama de honor en la coronación, dice de ellos: "Forman un equipo extraordinario. Y creo que, ya sea porque han tenido que luchar para llegar hasta ahí o porque han pasado por muchas cosas juntos, eso ha hecho que tengan un vínculo muy fuerte".

Navidad royal

Los reyes celebraron la Navidad en Sandringham junto a otros miembros de la familia real y asistieron a un servicio religioso en la iglesia de Santa María Magdalena. Se vio a Carlos saludando a la multitud congregada en el exterior de la iglesia de Norfolk para desearle a él y a su familia unas felices fiestas.

Le seguían de cerca los príncipes de Gales, acompañados por sus hijos, George, Charlotte y Louis. Kate Middleton llevaba un elegante abrigo azul y un sombrero a juego mientras sonreía al caminar hacia la iglesia, cogida de la mano de su hija.

Por segundo año consecutivo, el antaño deshonrado duque de York caminó desde Sandringham hasta la iglesia junto a su familia. Su exesposa Sarah Ferguson caminó detrás de él y sonrió a la prensa en su primera aparición pública en Sandringham en muchos años. Sus hijas, las princesas Eugenia y Beatriz, también estuvieron presentes junto a sus maridos, Edoardo Mapelli Mozzi y Jack Brooksbank.

Como se esperaba, los duques de Sussex y sus hijos fueron las principales ausencias de la Navidad de los Windsor, ya que pasaron las fiestas en California junto a sus amistades y la madre de Meghan Markle.

En su mensaje navideño, emitido el lunes, Carlos III rindió homenaje a los británicos que se dedican a servir a los demás. El mensaje se grabó en la Sala Central de Buckingham, que da acceso al emblemático balcón de la residencia real, y en él también aparecía de fondo un árbol de Navidad vivo que será replantado, con adornos naturales y sostenibles.

El monarca lució el mismo traje azul que llevó en su discurso del año pasado. En su segundo discurso navideño hizo un guiño al cuidado del medioambiente, alejándose de los mensajes típicamente apolíticos de su difunta madre, la reina Isabel II.