Las mejores fotos de la proclamación de Federico y Mary de Dinamarca: besos, lágrimas y una pulserita
Sencilla y emotiva, la coronación de Federico X ha dejado varias imágenes para la historia
El 14 de enero de 2024 se ha convertido ya en un día histórico para los Oldenburgo, la casa cuyas distintas ramas llevan gobernando en Dinamarca desde el siglo XV. La dinastía continúa su camino en la figura de Federico X, un rey muy popular entre los daneses, como se ha demostrado en las calles de Copenhague este domingo. Cientos de miles de ciudadanos (no está mal para una ciudad en la que viven poco más de un millón doscientas mil personas) se han echado a la calle en este frío invierno escandinavo para despedir a Margarita II y dar la bienvenida a Federico y Mary, sus nuevos reyes. Las imágenes del pueblo arropando a su monarquía de forma entusiasta han sido las verdaderas protagonistas de esta 'coronación' que ha sido notablemente más sencilla que la de Carlos III de Inglaterra.
La primera parte de la jornada ha estado protagonizada por la reina Margarita de Dinamarca, que abandonaba su residencia en Amalienborg pasadas la una y media de la tarde camino a Christiansborg. Lo hacía a bordo de una carroza histórica de caoba que luego transpotaría a los nuevos reyes de vuelta a su casa. La reina lució una gran sonrisa durante todo el trayecto, aunque en la hora de su abdicación formal se emocionó visiblemente.
El acto tuvo lugar durante un Consejo de Estado al que asistieron Federico, el príncipe heredero Christian y la reina Margarita. En esa reunión, la reina Margarita ha firmado su abdicación y al dar paso a su hijo ha sido cuando las lágrimas han asomado a sus ojos. "Dios salve al rey", ha dicho, mientras con su bastón daba media vuelta y se marchaba del castillo sin disimular su fragilidad. Esa imagen de esta gran mujer que a los 83 años abandona el trono probablemente por motivos de salud ha sido quizá la más emotiva de la jornada.
La reina ha escogido para este día un sobrio traje de chaqueta fucsia que ya había lucido en anteriores ocasiones y en el que han destacado dos homenajes especiales. A su padre, Federico IX, al lucir un broche de rubíes con forma de herradura que le regaló su padre cuando se convirtió en heredera al trono. Y a su marido, el fallecido príncipe Enrique, al lucir unos pendientes de rubíes que él le regaló.
Para entonces ya habíamos podido ver también el look escogido por la reina Mary para el gran día de la proclamación de su marido, Federico. Como una 'reina de las nieves', Mary ha escogido el blanco para este día, igual que antes lo hicieron Letizia de España o Mathilde de Bélgica. El abrigo que lucía lo firmaba el diseñador danés Soeren Le Schmidt, en el que ya había confiado en el pasado. Sus hijas, Josephine e Isabella, también han lucido diseños sobrios para el gran día de la familia.
Después, Federico de Dinamarca ha sido proclamado rey desde el balcón de Christiansborg. Ha sido la primera ministra Mette Frederiksen la encargada de hacerlo ante una multitud de daneses que llevaba horas esperando este momento. El rey no ha querido sujetarse las lágrimas, que han recorrido su rostro sin pudor mientras la primera ministra elogiaba la devoción de su madre a lo largo de estos 52 años de reinado.
A continuación, Federico ha dirigido unas breves palabras a su pueblo en las que ha elogiado el papel de su madre durante estas cinco décadas como jefa de Estado. Después, ha expresado su deseo de convertirse en "el rey del mañana" para su país, reconociendo el papel impecable de su madre. También ha enunciado el que será el lema de su reinado, una tradición propia de los países escandinavos por la que cada rey elige un eslogan que resume sus intenciones a la hora de liderar a su pueblo. En el caso de Federico ha sido: "Unidos y comprometidos por el reino de Dinamarca".
Aunque el rey lucía guantes blancos a juego con el resto de su uniforme, a la hora de saludar a su pueblo desde el balcón de Christiansborg se ha podido advertir un detalle 'muy Federico'. El monarca no se había quitado de su muñeca derecha una pulserita de cuero que lleva desde hace un tiempo. Un detalle informal que revela también el carácter menos protocolario de la monarquía danesa. La propia reina Margarita ha sido siempre una mujer muy extravagante en sus looks sin que eso haya hecho mella alguna en su labor como reina.
Tras recibir el aplauso de su pueblo, muy entusiasta durante toda la jornada, el flamante rey danés ha dado paso en el balcón a su esposa, la reina Mary. Ha sido entonces cuando hemos podido ver su look en todo su esplendor, pero sobre todo su gran sonrisa contemplando a su vez la emoción de su marido. La nueva reina llevaba también varias piezas del lote de rubíes. La reina Ingrid, abuela de Federico X, dejó escrito en su testamento que quería que esta parure, que incluye una maravillosa tiara, pasara directamente a la esposa de su nieto Federico. Aunque no pudo conocer a Mary, ya que Ingrid falleció en el año 2000, cuando la australiana se casó con el heredero se le cedió el conjunto, del que ha elegido los pendientes y el broche, así como varios adornos para el pelo, para tan importante jornada.
Federico y Mary se han cogido de la mano y visiblemente emocionados han saludado al público, antes de que se unieran a ellos sus hijos, primero Christian, el heredero, y después Isabella, Vincent y Josephine. Han sido los cuatro jóvenes también los primeros en abandonar el balcón, dejando de nuevo a sus padres solos. Y luego ya Mary se retiraba para que fuese Federico el que recibiera todo el cariño.
Sin embargo, a los pocos minutos de que Federico X hubiera desaparecido del balcón, regresaba de nuevo junto a Mary y volvía a repetirse el patrón. Se añadían sus hijos por unos instantes y después se marchaban. Ha sido cuando se han quedado de nuevo solos cuando, ante el clamor popular, los nuevos reyes se han dado un beso de película, entre los gritos de los daneses, felices de ver así a la pareja. Este gesto de cariño cobra especial relevancia tras los últimos meses, poniendo fin a cualquier tipo de rumor sobre su matrimonio.
Después de sucesivos bises desde Christianborg, la familia ha recorrido en coche las calles de Copenhague rumbo de nuevo a su residencia en Amalienborg. Las arterias de la capital danesa, una de las ciudades más bonitas de Europa, estaban repletas de gente que ondeaba la bandera rojiblanca y quería ver aunque fuera un momento a la familia real. Sin duda, como ya hemos dicho, el apoyo popular a la familia ha sido uno de los protagonistas de la jornada.
Ya en Amalienborg los reyes y sus hijos han vuelto a salir al balcón para saludar, cual estrellas del rock, a su pueblo. De nuevo se han sucedido los gestos de cariño entre los soberanos y alguna anécdota entre los hijos. El príncipe heredero, Christian, aparecía mucho más sonriente que a lo largo de la jornada. Mientras, su hermana Josephine se cogía cariñosamente a su padre y mostraba sin pudor el frío que estaba pasando.
El público ha permanecido durante horas en los alrededores de Amalienborg esperando convocar de nuevo a la familia real al balcón, aunque esto finalmente no ha sucedido. La prensa danesa asegura que la reina Margarita se ha asomado un momento a su ventana en torno a las cinco de la tarde para ver el traslado de los estandartes reales desde su 'casa' a la de su hijo, que está en frente, aunque el momento no ha podido ser captado por las cámaras.
Ha sido esta sin duda una jornada histórica para Dinamarca. El 15 de enero los actos de la proclamación continúan a las diez de la mañana, cuando la familia real celebra la sucesión al trono en el Parlamento, en un acto que incluirá un discurso de Federico X previo a una recepción de los royals en la antigua Cámara Alta. Una semana después, el domingo día 21, el rey Federico celebrará su llegada al trono junto al resto de la familia en un servicio religioso que tendrá lugar en la Catedral de Aarhus y al que asistirán representantes de la Dinamarca oficial y de la ciudad.
El 14 de enero de 2024 se ha convertido ya en un día histórico para los Oldenburgo, la casa cuyas distintas ramas llevan gobernando en Dinamarca desde el siglo XV. La dinastía continúa su camino en la figura de Federico X, un rey muy popular entre los daneses, como se ha demostrado en las calles de Copenhague este domingo. Cientos de miles de ciudadanos (no está mal para una ciudad en la que viven poco más de un millón doscientas mil personas) se han echado a la calle en este frío invierno escandinavo para despedir a Margarita II y dar la bienvenida a Federico y Mary, sus nuevos reyes. Las imágenes del pueblo arropando a su monarquía de forma entusiasta han sido las verdaderas protagonistas de esta 'coronación' que ha sido notablemente más sencilla que la de Carlos III de Inglaterra.