Nuevo mazazo para la familia real británica: Sarah Ferguson padece cáncer de piel

Tras la noticia de la operación de Kate Middleton esta pasada semana por problemas abdominales y de la intervención a la que se someterá en los próximos días Carlos III debido a un agrandamiento de próstata, la familia real británica recibe ahora otra mala noticia en cuanto a la salud de uno de sus miembros.

Esta vez se trata de Sarah Ferguson, expareja del príncipe Andrés y madre de Beatriz y Eugenia de York.

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Álvaro Rey

El año pasado, Ferguson se sometió a una operación debido al cáncer de mama que padecía. Todo parecía ir bien hasta que ahora, la excuñada de Carlos III ha sido diagnosticada de cáncer de piel, según ha comunicado un portavoz al medio británico ‘The Sun’.

A la duquesa de York le extirparon varios lunares de su cuerpo. Fue precisamente su dermatólogo el que lo pidió en el momento en que la duquesa se sometía a una cirugía reconstructiva después de su mastectomía.

Tras analizarlos descubrieron que uno de ellos era un melanoma maligno, el tipo más grave de cáncer de piel.

Asegura su entorno que, tras esta “angustiosa” noticia que le llegó pocos días después de Navidad, Ferguson trata de mantener el “buen humor”. "Claramente, otro diagnóstico tan pronto después del tratamiento para el cáncer de mama ha sido angustioso, pero la duquesa sigue de buen humor”, ha asegurado la fuente.

Ahora, todos los seres queridos de la madre de Beatriz y Eugenia de York esperan que el cáncer se haya detectado a tiempo para poder frenarlo, pero se someterá a más pruebas para determinar si se ha extendido.

Un melanoma es un tipo de cáncer de piel provocado principalmente por la exposición a la luz ultravioleta del sol. Las personas con piel más pálida, una gran cantidad de lunares y antecedentes familiares de cáncer de piel tienden a tener mayor riesgo de desarrollarlo.

El portavoz de la duquesa de York ha dicho en ‘The Sun’ que Sarah “quiere agradecer a todo el equipo médico que la ha apoyado, en particular a su dermatólogo, cuya vigilancia garantizó que la enfermedad fuera detectada en el momento en que se produjo. Ella cree que su experiencia subraya la importancia de comprobar el tamaño, la forma, el color y la textura y la aparición de nuevos lunares que pueden ser un signo de melanoma”.

Esta triste noticia es la tercera que la familia real británica recibe en pocos días en lo que respecta a problemas de salud de alguno de sus miembros. No está siendo, desde luego, un buen inicio de año para Carlos II y sus allegados.