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¿Tras los pasos de Margarita de Dinamarca? El rey Harald de Noruega habla alto y claro sobre su posible abdicación
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"aguantar hasta el amargo final"

¿Tras los pasos de Margarita de Dinamarca? El rey Harald de Noruega habla alto y claro sobre su posible abdicación

Tras la renuncia al trono de su prima Margarita de Dinamarca, la prensa ha preguntado a Harald por sus planes

Foto: El rey Harald de Noruega, en una imagen de archivo. (Getty)
El rey Harald de Noruega, en una imagen de archivo. (Getty)

La abdicación no es ya algo tabú en las monarquías actuales. Empezando por nuestro rey Juan Carlos y continuando con el emperador Akihito en Japón, Beatriz de Holanda, Alberto de Bélgica o incluso el papa Benedicto XVI en el Vaticano. Ahora acabamos de ver a la reina Margarita de Dinamarca ceder el trono a su hijo Federico X. Esta inesperada decisión ha puesto el foco mediático en un reinado vecino, el de Noruega. Allí los rumores sugerían que, a sus 86 años y con un maltrecho estado de salud, el rey Harald podría ser el siguiente en decir adiós a su corona.

Sin embargo, el padre del príncipe Haakon no parece dispuesto de momento a jubilarse y ha querido salir al paso de las especulaciones. Lo ha hecho junto a su hijo durante una visita a Faktisk, la Casa de Prensa del país escandinavo. Allí recibía la pregunta de un periodista sobre si ya había tomado una decisión sobre su futuro en el trono tras la abdicación de la reina Margarita.

"No, realmente no la tengo", aseguraba el soberano entre risas. "Mantengo lo que he dicho desde el principio: he prestado un juramento al Storting [el Parlamento de Noruega] y es de por vida", añadía de manera rotunda el rey Harald en unas imágenes difundidas por el diario 'VG'.

Así las cosas, el monarca parece tenerlo muy claro, pero conviene recordar que su prima pronunció unas palabras muy similares en el pasado que terminó incumpliendo. "Siempre ha sido mi lema: 'Te quedas mientras vivas'. Eso es lo que hicieron mi padre y sus predecesores. Y así lo veo yo también", aseguraba la reina Margarita en 2016.

placeholder El tropezón del rey Harald al saludar a la reina Margarita. (EFE)
El tropezón del rey Harald al saludar a la reina Margarita. (EFE)

La posibilidad de que la abdicación de Daisy, como se la conoce cariñosamente, vaya a desencadenar un efecto dominó en las monarquías escandinavas es algo que los medios de comunicación han puesto sobre la mesa en las últimas semanas. El rey de Noruega, en el trono desde enero de 1991, sería el principal candidato a seguir sus pasos, por encima de su otro primo, el rey Carlos XVI Gustavo de Suecia, que tiene 'solo' 77 años.

Los repetidos problemas de salud de Harald V son bien conocidos. Hace veinte años, en diciembre de 2003, fue sometido a una cirugía por un cáncer de vejiga. En marzo de 2005 se le tuvo que colocar una válvula artificial para compensar una estenosis aórtica. Desde 2017, entra y sale del hospital con frecuencia, aquejado de infecciones respiratorias constantes, aunque no de gravedad. Por último, en enero de 2021, fue operado de un tendón en la rodilla derecha.

placeholder Harald V junto a Isabel II en 2018. (Getty)
Harald V junto a Isabel II en 2018. (Getty)

Durante sus periodos de convalecencia, ha sido el príncipe heredero Haakon el que ha tomado el relevo asumiendo las funciones de regente, preparándose para asumir un trono que de momento su padre no tiene prisa por entregarle.

La Constitución noruega de 1905 no prevé expresamente la posibilidad de abdicación, aunque no hay ninguna disposición que obligue a un monarca a conservar su corona de por vida. En cualquier caso, es menester reseñar que los dos predecesores de Harald V murieron en el trono. Durante la ocupación nazi del país en 1940, su abuelo Haakon VII se exilió con su Gobierno en Inglaterra, negándose a someterse a Hitler, que quería obligarle a renunciar a la corona. El monarca sufrió un derrame cerebral en 1955 y dos años después confió la regencia a su hijo, que el 21 de septiembre de 1957 se convirtió en Olav V sin que su padre hubiera abdicado.

placeholder El príncipe Haakon junto a su padre, el rey Harald. (Getty)
El príncipe Haakon junto a su padre, el rey Harald. (Getty)

Un escenario similar se produciría unos treinta años más tarde. El 31 de mayo de 1990, Olav V sufrió un derrame cerebral y cedió la regencia a su hijo Harald, pero formalmente permaneció en el cargo hasta su muerte por un ataque al corazón el 17 de enero. Basándose en estos precedentes, no parece probable que el actual soberano de los noruegos opte por una jubilación anticipada.

De hecho, en su discurso de Año Nuevo, Harald V no dio ninguna indicación de que fuera a abdicar de su cargo en un futuro próximo. Como aseguró él mismo en una entrevista concedida a 'Ernest' en 2019, "las dos veces que he vivido cambios de trono, el Rey había estado de baja por enfermedad durante un año y medio. Entonces, el príncipe heredero se convertía en regente y ascendía al trono. Se ha convertido en una tradición en este país aguantar hasta el amargo final".

La abdicación no es ya algo tabú en las monarquías actuales. Empezando por nuestro rey Juan Carlos y continuando con el emperador Akihito en Japón, Beatriz de Holanda, Alberto de Bélgica o incluso el papa Benedicto XVI en el Vaticano. Ahora acabamos de ver a la reina Margarita de Dinamarca ceder el trono a su hijo Federico X. Esta inesperada decisión ha puesto el foco mediático en un reinado vecino, el de Noruega. Allí los rumores sugerían que, a sus 86 años y con un maltrecho estado de salud, el rey Harald podría ser el siguiente en decir adiós a su corona.

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