Es noticia
Menú
El calcetín de Victoria Federica, las fotos de Irene y el EEUU de Froilán: los sobrinos del Rey y la intimidad
  1. Casas Reales
FAMILIA DEL REY

El calcetín de Victoria Federica, las fotos de Irene y el EEUU de Froilán: los sobrinos del Rey y la intimidad

La periodista Silvia Taulés publica 'Los sobrinos del Rey', que narra detalles inéditos de la vida de los hijos de las infantas Elena y Cristina. Esta es la prepublicación de varios capítulos

Foto: La familia del Rey, al completo en 2007 en Marivent. (Getty/Carlos Álvarez)
La familia del Rey, al completo en 2007 en Marivent. (Getty/Carlos Álvarez)

Oímos hablar de ellos casi de corrido, sin pararnos a pensar en que además de figuras públicas por nacimientos, son personas que tienen una biografía algo peculiar y cuanto menos intensa. Los hijos de las infantas Elena y Cristina, es decir, los sobrinos del rey Felipe VI, con seis chicos ya adultos que ahora, sin la protección de su abuelo don Juan Carlos, buscan su lugar en el mundo.

En el libro Los sobrinos del Rey, editado por Ediciones B, se desgrana la vida de los seis jóvenes Marichalar y Urdangarin, se cuentan detalles inéditos de su vida y, sobre todo, se intenta saber qué lugar ocupan en el mundo. El peso de la Corona que ahora les queda lejos ha dejado huella en sus personalidades: su abuelo es el responsable de la mayor parte de sus gastos y también de sus vidas.

placeholder Pablo Urdangarin saluda a su abuelo, el rey Juan Carlos I, durante un partido de balonmano. (EFE/Salvador Sas)
Pablo Urdangarin saluda a su abuelo, el rey Juan Carlos I, durante un partido de balonmano. (EFE/Salvador Sas)

La presencia del Rey emérito en la vida de estos jóvenes es definitiva. Desde un (ex)rebelde Felipe de Marichalar -a quien los medios nos empeñamos en llamar Froilán cuando nadie le llama así-, pasando por su hermana, Victoria, díscola, tímida y consciente, como el resto, de ser quien es.

Las llamadas del abuelo

“Si aparece con las cejas pintadas de rosa, al poco rato recibe una llamada de su abuelo para preguntarle qué era eso. Un abuelo tradicional que no entiende a su nieta en numerosas ocasiones. Lo normal, diríamos, si no fuera porque quien se pintó las cejas de rosa fue Victoria de Marichalar para un ‘evento’ y porque la llamada la realizó el rey Juan Carlos I desde Abu Dabi para advertir a la joven. No le gustaba el camino que estaba tomando y menos que lo hiciera con una imagen totalmente alejada de lo que se espera de una royal. Porque le guste o no a la hija de la infanta Elena, siempre será miembro de la realeza europea. 'Y esa mano, siempre en el bolsillo, se lo habrán dicho en la agencia que la ha contratado como modelo, pero es de lo más vulgar, no es propio de una grande de España'. Es así como el rey expatriado habla con los suyos cada vez que ve a su nieta en un sarao. Y no son pocos. Mientras, Victoria Federica entiende al abuelo, intenta hacerle caso porque su voz tiene un peso descomunal en su vida y trata de seguir su camino en la moda, consciente de que no siempre agradará a su familia”.

Foto: Victoria Federica, en la gala contra el cáncer de mama. (LP)

El equilibrio que trata de hacer Victoria con su familia y su vida profesional es el que intentan buscar todos los sobrinos del Rey. Saben lo que supone pertenecer a una familia real, han conocido y gozado de los privilegios, siguen haciéndolo a veces, pero también viven las desventajas. La obsesión de Felipe y Victoria de Marichalar, y la de Juan, Pablo, Miguel e Irene Urdangarin, es ser normales. ¿Una contradicción?

placeholder El rey Juan Carlos, con la infanta Elena y su hijo, Felipe, en Aranjuez. (EFE)
El rey Juan Carlos, con la infanta Elena y su hijo, Felipe, en Aranjuez. (EFE)

Lo es, en cierto modo, porque algunos de los privilegios de los que gozan y han gozado los seis no están al alcance de cualquiera. Como las ayudas que ha recibido Froilán para superar sus tropiezos. Ahora vive en Emiratos Árabes, cerca de su abuelo, donde la vida le sonríe -por fin-, pero no es la primera vez que vive en extranjero. Una etapa que le marcó y que, por su buen resultado, recuerda a su actual situación, son los años que vivió en Estados Unidos. En España parecía casi imposible que lograra el Bachillerato, así que la familia lo mandó al otro lado del charco para ponerle en vereda.

Las tortillas del coronel

Tras investigar escuelas de todo Estados Unidos, la familia decidió que Froilán estudiara en "la Blue Ridge School de St. George, un minúsculo pueblo aislado, rodeado de bosques y lobos, en el estado de Virginia. 'Cuando llegó, se quedó paralizado, no quería quedarse, sabía que ni siquiera se podía escapar porque no había nada más que bosque en los alrededores, fue un shock absoluto para él, pero con el tiempo y con mucho esfuerzo, logró adaptarse y terminar sus estudios', recuerda un miembro de la familia. En esta escuela solo para chicos se mezclaban los hijos de los ricos del pueblo con los hijos de los más humildes, unos costeando los estudios de los otros. Felipe llegó en verano, poco antes de que empezase el curso en septiembre, y ese verano fue para él un pequeño infierno. Pero la pesadilla se convirtió en su salvación. Empezó su estancia en una casita pegada a la escuela en la que le acompañó un coronel [al servicio de su abuelo], que le cocinaba la cena cada noche. Le hacía tortillas y comida española para que la añoranza no fuera tan profunda".

La profesora Kozloski

“Una de las personas que acompañó a Felipe en toda su andadura fue la profesora Marcia Kozloski, una mujer que se tomó la situación del hijo de la infanta Elena como un reto. Le dedicó la vida entera y se comportó como una especie de madre con él. Tanto es así que siguen en contacto y en estos días, en los que el joven vive en Abu Dabi, se llaman y le sigue dando consejos. Kozloski se retiró hace poco y ya no es profesora en Blue Ridge School, donde estaba especializada en español y portugués. [..] Los dos años que el joven estuvo en Estados Unidos se implicó mucho, para sorpresa de todos, en las clases. Claro que no tenía nada más que hacer, 'no había dónde caerse muerto —comentan entre risas—, si salías del pueblo se te comían los lobos en el bosque'. El recuerdo, como tuvo buen final, es motivo de chanzas en casa. La imagen de Felipe enfadado, aquel adolescente que lo que quería era pasárselo bien —como suele sucederles a los adolescentes— es todavía una excusa para hacer broma en familia”.

Foto: La familia del Rey, en el 80 cumpleaños de doña Sofía. (EFE)

Cuando hablamos de familia, en el caso de los Marichalar y los Urdangarin, es círculo es cerrado. Tienen muy poca relación con la actual familia real, sobre todo desde que Iñaki Urdangarin y la infanta Cristina fueran imputados en el caso Nóos. Porque la Casa Real, liderada por don Juan Carlos, los apartó de su círculo, formó un cordón sanitario simbólico, y con él, la infanta Elena fue daño colateral. Así pues, las familias quedaban excluidas de casi todos los actos familiares, en especial la familia Urdangarin, algo que sentó mal a las hermanas y que los hijos sintieron como dolor propio. La relación quedaba en la distancia y con la edad, en el olvido.

La habitación de Irene

“La habitación de Irene Urdangarin en la casa de su madre en Ginebra es amplia y muy luminosa. Todas las paredes son blancas y están revestidas de madera desde el suelo hasta la mitad, lo que las hace parecer más nobles y fuertes. En el cuarto hay una gran mesa escritorio, también blanca, una cama doble esquinada y llena de cojines, y muchos armarios, porque a la chica, así nos lo cuentan, le gusta mucho la ropa y posee gran cantidad de piezas. [..] En las paredes de ese cuarto blanco y luminoso, cuelgan fotografías por todas partes. Hay imágenes de los mejores momentos con los suyos, especialmente con su familia: su padre, su madre, su abuelo, sus amigos, sus primos y, sobre todo, sus hermanos. Son ellos, los tres Urdangarin de Borbón, quienes han cuidado y mimado a Irene desde pequeña. Entre todas las fotografías, lo cuenta, de nuevo, alguien que allí ha estado muchas veces, hay un hermano que sale muchas más veces que el resto: Juan, el mayor, una persona querida y adorada por todos a quienes se pregunta. Es más, cuando aparece su nombre en una charla, muchos cambian hasta el gesto y la mirada se torna, podríamos decir, amorosa”.

Foto: Los Reyes en El Pardo. (Gtres)

Las paredes de la habitación de Irene son un símbolo de la familia: están todos menos sus tíos, es decir, los reyes Felipe y Letizia, y sus primas, la princesa heredera Leonor y la infanta Sofía. Estos jóvenes han aprendido a golpes que la vida no era como se la habían pintado de pequeños, que esas vidas en palacios y grandes actos no iban a ser para siempre, lo saben ahora, acaso demasiado tarde. Y cada uno la afronta como sabe y como puede.

placeholder Victoria Federica, junto a su inseparable Rochi, ambas con las cejas rosa fucsia. (Instagram/@vicmabor)
Victoria Federica, junto a su inseparable Rochi, ambas con las cejas rosa fucsia. (Instagram/@vicmabor)

“Hubo un objeto que siempre acompañó a la pequeña Victoria, hasta que un día se hizo mayor. Era un calcetín, una prenda que de bebé usaba para dormirse, abrazándolo y acurrucándose con él, y que la acompañó, envejecido y roto, durante toda su infancia. Dejó de ser un bebé, pero cuando tenía sueño, cuando tenía miedo o cuando algo de su alrededor no le gustaba, Victoria se abrazaba a esa prenda. Un calmante, un recuerdo de una lejana infancia feliz que se había ido para siempre”.

placeholder Portada del libro Los sobrinos del Rey, por Silvia Taulés (Imagen: VA Diseño)
Portada del libro Los sobrinos del Rey, por Silvia Taulés (Imagen: VA Diseño)

*Los sobrinos del Rey, escrito por la periodista Silvia Taulés, es una obra de Ediciones B y sale a la venta el 8 de febrero. Puede comprarse aquí.

Oímos hablar de ellos casi de corrido, sin pararnos a pensar en que además de figuras públicas por nacimientos, son personas que tienen una biografía algo peculiar y cuanto menos intensa. Los hijos de las infantas Elena y Cristina, es decir, los sobrinos del rey Felipe VI, con seis chicos ya adultos que ahora, sin la protección de su abuelo don Juan Carlos, buscan su lugar en el mundo.

Victoria Federica de Marichalar y Borbón Felipe Juan Froilán Miguel Urdangarin Juan Valentín Urdangarin Irene Urdangarin Iñaki Urdangarin
El redactor recomienda