Matilde de Bélgica, una reina nada supersticiosa: su look amarillo con tacones y complementos azules

Hay colores que van asociados con sentimientos. El rosa es el del amor; el rojo, el de la pasión, y el azul, el de la serenidad. Tradicionalmente, el amarillo ha tenido connotaciones negativas, y hay quienes aseguran que se trata de un color que atrae a la mala suerte. De hecho, en el cristianismo se asocia con el azufre de los infiernos. Parece que todas estas supersticiones no afectan para nada a Matilde de Bélgica, quien este jueves se ha plantado un look amarillo mostaza para un acto oficial.

Sin miedos ni supersticiones, la reina de los belgas se ha decantado por un dos piezas amarillo firmado por Natan para una visita al proyecto Mik'Ados, de la organización AniMagique, que tiene como objetivo dar voz a los jóvenes de Villers-la-Ville y sus alrededores. Gracias a Mik'Ados, estos jóvenes se reúnen periódicamente para llevar a cabo acciones concretas sobre temas que les afectan, como el (ciber)acoso, su futuro profesional o incluso la política local.

Como decíamos, Matilde ha optado por un conjunto amarillo formado por pantalón de cintura alta y pernera amplia y una chaqueta de estilo oversize. Lo firma Natan, la casa de modas belga creada por Edouard Vermoulen, en la que tanto confían tanto la reina Máxima de Holanda como ella, y cuyo amor han sabido traspasar a sus hijas, pues ya hemos visto tanto a la princesa Amalia como a la princesa Elisabeth luciendo modelos de la firma.

Matilde lo ha combinado con prendas y complementos en azul, empezando por una blusa de cuello alto y puños marcados, también de Natan. Unos zapatos de altísimo tacón en el mismo tono y una cartera de mano de ante redondeaban el look elegido por la reina de los belgas, quien ha optado también por pendientes azules, creando un estilismo bicolor.

La esposa del rey Felipe no es la única que se atreve con el amarillo. Casi todas las royals son ajenas a esas supersticiones y han apostado por ese color, incluso para sus vestidos de gala. En septiembre del año pasado, durante el jubileo del rey Carlos Gustavo de Suecia, vimos a su nuera luciendo un diseño de la firma Safiyaa en amarillo pálido, un vestido que le sentaba como un guante.

Asimismo, Máxima es una de las que más apuestan por este color. A la argentina le encantan las tonalidades vibrantes, de ahí que en su armario no falten desde vestidos de gala a conjuntos de dos piezas o faldas. Victoria de Suecia o Mary de Dinamarca son otras royals que también han apostado por este color para grandes ocasiones.

Nuestra Reina, doña Letizia, no es demasiado fan del amarillo, aunque uno de sus looks más icónicos es precisamente de ese color. Nos referimos al conjunto de Felipe Varela que llevó para el inicio de su visita de Estado a Reino Unido, en julio de 2017, y que estaba formado por un vestido en seda cady amarillo limón con el bajo decorado con bordados de macramé en blanco y una abrigo en tweed de verano en un tono más claro con iguales aplicaciones en la parte inferior y bordados en la espalda.