La inquietante cronología en torno a Kate Middleton: 25 días de misterio desde su ingreso en el hospital

2024 ha tenido un comienzo convulso para la familia real británica. El pasado 25 de diciembre fue la última vez que se vio en público a la princesa de Gales, acudiendo al tradicional servicio religioso con motivo de la Navidad.

Su ausencia ante los medios después de esta fecha comenzó a llamar cada vez más la atención según iban pasando los días hasta que, el pasado 17 de enero, estalló la bomba informativa. Fue entonces cuando se supo que Kate Middleton se encontraba hospitalizada y que había sido operada de un problema abdominal. Poco más de una hora después, otro comunicado de palacio desvelaba que el rey Carlos III sería intervenido por un problema de agrandamiento de próstata.

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Celia Maza. Londres

Si bien la información en torno al monarca ha resultado desde entonces precisa y clarificadora, el silencio se ha impuesto, sin embargo, sobre la situación de la esposa del príncipe Guillermo, algo que ha generado preocupación entre todos los seguidores de la princesa.

A continuación, mostramos la angustiosa cronología de los hechos y las informaciones que se han ido encadenando en el tiempo sobre la salud de los miembros afectados por dolencias dentro de la familia real británica, una telaraña de sucesos y decisiones que explican por qué no se logra implantar la calma entre todos los fanáticos de la realeza y, más en concreto, de Kate Middleton.

17 de enero: dos comunicados muy diferentes

En torno a las tres de la tarde, Kensington Palace revela en un comunicado, para sorpresa de todos, que "Su Alteza Real la Princesa de Gales ingresó ayer en el hospital para una cirugía abdominal planificada. La cirugía fue exitosa y se espera que permanezca en el hospital entre diez y catorce días, antes de regresar a casa para continuar con su recuperación. Según los consejos médicos actuales, es poco probable que regrese a sus funciones públicas hasta después de Semana Santa". Añaden que la princesa “espera que el público comprenda su deseo de mantener la mayor normalidad posible para sus hijos; y su deseo de que su información médica personal permanezca privada. Por lo tanto, el Palacio de Kensington solo proporcionará actualizaciones sobre el progreso de Su Alteza Real cuando haya nueva información significativa para compartir".

Mientras no se desvelan detalles de cuál es el verdadero problema de salud por el que Kate ha tenido que ser intervenida, Kensington Palace aclara, además, que el príncipe Guillermo “ha cancelado numerosos compromisos oficiales mientras Kate está en el hospital, para cuidar a la Princesa y sus tres hijos. También reducirá sus deberes públicos durante su recuperación".

El hermetismo sobre Kate hace que se disparen los rumores y las conjeturas más alarmistas. La palabra 'cáncer' comienza a resonar y desde palacio se ven obligados a negar que se trate de algo relacionado con esta enfermedad.

Poco más de una hora después de esta impactante información sobre Kate, otro comunicado real ve la luz. Esta vez informando de que el rey Carlos III se someterá en breve a una operación debido a un problema de agrandamiento de próstata que no es grave.

El hecho de que dicha información sea lanzada tan solo un hora después de la noticia de Kate llama la atención de muchos expertos. La estrategia comunicativa les hace pensar que con Carlos, del que sí se detalla el problema de salud que padece, se puede estar tratando de distraer la atención para que el foco no se pose sobre la princesa, cuya situación podría ser más grave que la del monarca.

También escaman los argumentos esgrimidos por ambos protagonistas, que no terminan de convencer al público. Mientras Kate pide privacidad y silencio para proporcionar un entorno de “normalidad en torno a sus hijos”, Carlos desea “dar los detalles de su diagnóstico para alentar a otros hombres que puedan estar experimentando síntomas a hacerse controles, de acuerdo con los consejos de salud pública”.

18 de enero: el rostro de Guillermo, un poema

Mientras el príncipe Guillermo así como los padres y hermanos de Kate Middleton despejan sus agendas para ayudarla en su recuperación y cuidar de sus tres hijos: los principitos George, Charlotte y Louis, desde la London Clinic de Marylebone las informaciones llegan con cuentagotas. Tan solo confirman que la princesa de Gales se encuentra "bien" mientras se recupera de la intervención.

Ese día se producen las primeras imágenes de Guillermo visitando a su esposa. El heredero al trono es fotografiado abandonando la clínica en un Audi. La seriedad en su rostro y la ausencia de declaraciones por parte del hijo de Carlos III generan preocupación. Una actitud muy distinta a la de Camila, quien no interrumpe su agenda y además habla con tranquilidad y naturalidad sobre su marido. Cuando la reina acude a Escocia, a la inauguración de la nueva iniciativa que acoge la Galería de Arte de Aberdeen, afirma que, antes de su intervención, Carlos III “está bien” y que “está deseando volver al trabajo".

21 de enero: noticias de Harry, Meghan y Sarah Ferguson, pero no de Kate

Una fuente de palacio desvela en el medio británico 'Mirror' que tanto Harry como Meghan han enviado mensajes privados a Kate Middleton y al rey Carlos III, transmitiéndoles "sus preocupaciones y mejores deseos”.

Se espera que Kate pase otra semana más en el centro médico antes de ser trasladada a Adelaide Cottage y fuentes de palacio revelan que la esposa del príncipe Guillermo está ansiosa por volver a trabajar "lo antes posible", aunque aseguran que en este momento tanto ella como el príncipe de Gales están colocando "la familia primero y el trabajo diario en segundo lugar".

A última hora de la tarde, se hace pública otra mala noticia en cuanto a la salud de uno de los miembros de la familia real británica. Esta vez se trata de Sarah Ferguson. La aún esposa del príncipe Andrés y madre de Beatriz y Eugenia de York padece cáncer de piel, según comunica un portavoz al medio británico ‘The Sun’.

22 de enero: Sarah Ferguson habla y Kate mantiene el silencio

Mientras Kate Middleton y su entorno continúan en silencio, la propia Sarah Ferguson ofrece sus primeras declaraciones tras conocerse su nuevo y preocupante diagnóstico. Desde su cuenta de Instagram explica que este es “su segundo diagnóstico de cáncer en el plazo de un año después de que me diagnosticaran cáncer de mama este verano y me sometiera a una mastectomía y cirugía reconstructiva". Decidida a concienciar a sus seguidores de la importancia de las revisiones de salud (la misma intención que tuvo Carlos III al desvelar sus problemas de próstata), asegura que el diagnóstico “ha sido un shock, pero estoy de buen humor y agradecida por los muchos mensajes de cariño y apoyo".

24 de enero: pacto de silencio

Una semana después del anuncio de su operación, se intensifica el hermetismo en torno a Kate Middleton. No solo se sabe exactamente lo mismo que se informó en el comunicado el primer día, sino que la prensa que durante las primeras horas hacía guardia a las puertas del centro médico desaparece. Agencias, medios de comunicación... Todos parecen haberse puesto de acuerdo: no se habla de la salud de Kate Middleton.

Las especulaciones en la prensa fuera del Reino Unido se acrecientan y crece la idea de que algo grave le pasa a la princesa de Gales. Es entonces cuando Angela Levin, biógrafa de la reina Camila -por lo que se supone que es una voz autorizada-, se sienta en una tertulia televisiva y asegura que Kate padece un problema de salud mental y llega a comparar la situación de Kate Middleton con la vivida por Lady Di. A pesar de la importancia de sus palabras, ninguno de los grandes medios británicos se hace eco de sus afirmaciones.

Mientras, fuera de Reino Unido, algunos expertos sí se atreven a ofrecer pequeños detalles sobre la nuera de Carlos III. Emily Nash, redactora de la sección de Casas Reales de la revista 'Hello!', asegura que a Kate “le encanta usar FaceTime con sus hijos cuando está trabajando en el extranjero, así que ahora que está en el hospital seguro que lo hace regularmente. Y, con toda probabilidad, lo hará varias veces al día para que no sufran demasiado por su ausencia”. Añade que el príncipe Guillermo es el que está acompañando a sus hijos al colegio y que está siendo ayudado por la niñera española, María Teresa Turrión, y sus suegros, Carole y Michael Middleton.

Cameron Walker, durante el informativo del canal internacional GB News, desvela que otra de las grandes ocupaciones de Kate Middleton en The London Clinic durante su periodo de recuperación está siendo leer los "cientos de cartas y tarjetas" que ha recibido desde distintas partes de todo el mundo.

26 de enero: el ingreso de Carlos III

El pacto de silencio de los medios británicos relativo al estado de salud de Kate Middleton parece romperse a medida que se acercan los días de su alta hospitalaria.

‘The Sun’ revela que, a pesar de no haberse mostrado imágenes, “el príncipe Guillermo ha estado al lado de Kate Middleton todos los días desde que esta ingresó en el hospital, pero sus hijos aún no han visitado a su madre”.

La pregunta de por qué, siendo así, solo existe una fotografía de las visitas del futuro rey del Reino Unido a The London Clinic está en el aire, siendo un detalle incomprensible para muchos. Varios responsables de agencias de comunicación británicas consultados por Vanitatis aseguran a este medio que es “por respeto a la intimidad de la princesa y el resto de enfermos ingresados”.

Una fuente consultada por ‘The Sun’ también afirma que la princesa de Gales está "bien" y “feliz de ver al heredero pasar tiempo con ella, junto a su cama”.

Mientras toda esta escueta información no oficial sobre Kate se desgrana a cuentagotas, Carlos III es ingresado para su operación de próstata. Su ingreso es muy distinto al de su nuera. Si el de esta se produjo en secreto y alejado del foco, Carlos III es fotografiado llegando a la clínica junto a su esposa. Entra al centro por su propio pie y saluda sonriente a los fotógrafos presentes.

Se informa de que, antes de entrar a quirófano, el rey pasa a visitar a su nuera.

Este mismo día, Camila es captada, tranquila y sonriente, saliendo por la puerta de la London Clinic después de la operación de su esposo y afirma que Carlos III “está bien”. Ni una pregunta sobre Kate. Ninguna declaración sobre ella.

27 y 28 de enero: Camila y Carlos, el centro de atención

En su segundo día de postoperatorio, el padre de los príncipes Guillermo y Harry es visitado por su esposa Camila, quien se muestra sonriente a su llegada al centro médico.

Según las fuentes consultadas por medios británicos, Carlos III se encuentra muy bien tras la cirugía e incluso está sacando adelante trabajo y papeleo desde la cama del hospital, señal de que su energía no flaquea.

Cuando el rey Carlos III lleva 48 horas en la Clínica de Londres, la reina Camila no se separa de su lado. De nuevo, es captada acudiendo al centro médico el 28 de enero. Lo hace, como todas las veces anteriores, serena y sonriente.

Mientras todo esto ocurre, nadie olvida que Kate Middleton permanece ingresada en el mismo hospital, donde ya lleva 12 días durante los cuales nada se ha sabido nada sobre el problema que padece.

29 de enero: por fin, algo sobre Kate Middleton, pero cero imágenes

Se desvela que la princesa de Gales ha abandonado la clínica para continuar con su recuperación en su residencia de Adelaide Cottage. Un comunicado afirma que “su evolución es favorable”. Sin embargo, no existen imágenes de ella abandonando la clínica. Los principales medios de comunicación británicos continúan manteniendo un inaudito respeto a la hora de aportar datos sobre su estado de salud o imágenes de la princesa.

Ese mismo día, sonriente y saludando con la mano a los ciudadanos que le esperan a las puertas del hospital privado London Clinic, el rey Carlos III, acompañado de la reina Camila, abandona el hospital por su propio pie y regresa a Buckingham.

31 de enero: Camila habla sobre la evolución del rey

Camila ofrece información sobre el estado del monarca inglés a través del periodista Richard Palmer, cronista real del ‘Daily Express’. Asegura que el rey está “mejorando” y “haciéndolo lo mejor que puede”.

2 de febrero: las especulaciones sobre Kate se disparan

El hermetismo en torno a Kate hace que las especulaciones vayan a más, hasta tal punto que una colaboradora de un programa de televisión español afirma que la esposa del príncipe Guillermo ha estado en coma, una información que es recogida por numerosos medios extranjeros. Desde Buckingham se ven obligados a reaccionar, asegurando a través del diario 'The Times' que dicha información es "inventada" y "una total tontería". Añaden que "la periodista no ha intentado contrastar nada de lo que ha dicho con nadie de la familia. Es, fundamentalmente, inventado totalmente".

La Casa Real desvela entonces que la evolución de Kate Middleton es favorable.

4 de febrero: Carlos III reaparece

El padre de los príncipes Guillermo y Harry protagoniza su primera salida pública desde que es dado de alta y lo hace para asistir a la misa dominical en la iglesia de Santa María Magdalena, en Sandringham. Se muestra animado y en plena forma y saluda sonriente a los periodistas presentes. Todo parece indicar que su evolución es favorable.

Mientras tanto, Kate Middleton continúa alejada del ojo público. Nadie puede imaginar lo que Buckingham Palace comunicará tan solo 24 horas después.

5 de febrero: el comunicado más impactante sobre Carlos III

Buckingham Palace emite un comunicado en el que revela que Carlos III padece un cáncer que nada tiene que ver con la próstata. “Durante el reciente procedimiento hospitalario del Rey por un agrandamiento benigno de la próstata, se observó otro tema de preocupación. Las pruebas de diagnóstico posteriores han identificado una forma de cáncer. Su Majestad ha comenzado hoy un programa de tratamientos regulares, tiempo durante el cual los médicos le han aconsejado que posponga sus tareas de cara al público. Durante todo este periodo, Su Majestad continuará realizando los asuntos de Estado y trámites oficiales con normalidad”.

Añade que "el Rey agradece a su equipo médico la rápida intervención, que fue posible gracias a su reciente procedimiento hospitalario. Sigue siendo totalmente positivo acerca del trato recibido y espera volver a desempeñar plenamente sus funciones públicas lo antes posible”.

Sorprende la afirmación final del comunicado, en el que hace referencia a un deseo de evitar especulaciones que, en el caso de Kate Middleton, no parecen importar: “Su Majestad ha decidido compartir su diagnóstico para evitar especulaciones y con la esperanza de que pueda ayudar a la comprensión pública de todos aquellos en todo el mundo afectados por el cáncer".

Mientras tanto, ha pasado una semana después de que Kate volviera a su residencia, Adelaide Cottage. Desde Kensington Palace, lo único que especifican es que Guillermo ya está listo para volver a sus quehaceres reales y que la evolución de su esposa “es favorable”.

6 de febrero: el viaje de Harry

Fuentes consultadas por 'Daily Mail' y 'The Times' coinciden en que tanto Carlos III como sus médicos son "muy positivos" sobre el diagnóstico y que el pronóstico es bueno.

Mientras, el príncipe Harry llega a Reino Unido. Lo hace solo, sin su esposa, Meghan Markle, y sus dos hijos, Archie y Lily.

Carlos III reaparece ese mismo día públicamente a las puertas de Clarence House tras producirse un encuentro de aproximadamente 45 minutos con su hijo Harry.

La brevedad del encuentro llama la atención tanto como el hecho de que fuentes de Buckingham Palace aseguren que no hay planes para una reunión entre Harry y Guillermo.

7 de febrero: Guillermo regresa al trabajo, pero no habla sobre su esposa

El príncipe Guillermo vuelve al trabajo. Por la mañana es visto en el castillo de Windsor presidiendo una ceremonia de investidura durante la cual elogia la excepcional atención y amabilidad de dos enfermeras filipinas hacia la princesa de Gales durante su estancia en el hospital.

Por la noche, durante su participación en la gala de la ONG London Air Ambulance, Guillermo aprovecha para agradecer los amables mensajes de apoyo a Kate y a mi padre, “especialmente en los últimos días. Significa mucho para todos nosotros".

A pesar de que muchos esperan que amplíe noticias sobre el estado de salud de su esposa, el príncipe de Gales sigue aferrándose a la ley del silencio implantada.