Un mes tras la noticia de la operación de Kate Middleton: rumores, secretismo y un gran misterio

La diferente manera de comunicarlas desde las fuentes oficiales y también el desigual modo en el que las han tratado los medios de comunicación británicos han marcado las noticias sobre el estado de salud de la familia real durante este último mes. Mientras todo lo que ha rodeado a la operación de Kate Middleton ha ido acompañado de un sospechoso mutismo y una preocupante ausencia de datos concretos, los sucesivos problemas médicos de Carlos III se han comunicado con profusión de detalles. Algo que se celebró incluso, ya que el anuncio del tratamiento de próstata del monarca disparó las búsquedas sobre esta enfermedad.

Pero centrémonos ahora en la salud de la princesa de Gales y rebobinemos hasta justo hace un mes. El 17 de enero, en un sorprendente comunicado, Kensington Palace revelaba que la royal se había sometido a una "cirugía abdominal planificada" en un hospital privado de Londres. Las especulaciones sobre en qué había consistido esa operación se dispararon, cubriendo todas las hipótesis posibles.

Aunque no se proporcionaron más detalles sobre su cirugía, se confirmó que permanecería en la clínica "de 10 a 14 días, antes de regresar a casa para continuar su recuperación". También se añadía que continuarían proporcionando actualizaciones sobre el progreso de Kate "cuando haya nueva información significativa para compartir". Pero poco más se supo sobre su estado, más allá de la noticia de que se abstendría de apariciones públicas durante al menos tres meses, por lo que no se la espera al pie del cañón hasta después de Semana Santa.

Durante su estancia en el hospital recibió la visita cada día del príncipe Guillermo y supimos que se mantenía en contacto con sus tres hijos a través de FaceTime mientras permanecían en su casa de Windsor con su padre. También que los padres, Carole y Michael, y los hermanos de Kate, James y Pippa, estaban volcados en ayudarla lo máximo posible en este duro trance. Mientras tanto, en los medios ingleses imperaba la ley del silencio. Los artículos sobre ella desaparecían misteriosamente e incluso no había fotógrafos haciendo guardia en la puerta de la clínica. Si Diana levantara la cabeza...

Tuvo que ser entonces la revista estadounidense 'People' la que revelara que la princesa de Gales no había, supuestamente, informado a sus allegados de su operación. Las fuentes que manejaba este medio aseguraban que la noticia cogió por sorpresa a los seres queridos de Kate Middleton, sobre todo porque "no había indicios de que algo anduviera mal" con ella antes de su hospitalización.

La última vez que se vio en público a la nuera de Carlos III fue en el servicio religioso del Día de Navidad, el 25 de diciembre, junto a su marido y sus tres hijos. Entonces, la royal era todo sonrisas y parecía de muy buen humor. Es más, la revista añadía que Kate Middleton parecía estar perfectamente el 9 de enero, cuando celebró su cumpleaños junto a su familia en Windsor.

Finalmente, pocos días después de que la familia real británica recibiera un nuevo mazazo al anunciar Sarah Ferguson que padece cáncer de piel, la princesa de Gales recibía el alta tras dos semanas y se trasladaba a su residencia, sin que los paparazzi inmortalizaran su salida del hospital. Entre la indignación en Kensington sobre las noticias sobre el presunto coma que habría sufrido, la joven royal comenzaba su recuperación en Adelaide Cottage.

Aunque desde entonces el príncipe Guillermo ha vuelto al trabajo brevemente –revelando algún detalle curioso sobre los días de Kate en el hospital, de paso–, cuidar de su esposa se ha convertido en su prioridad número uno, despejando su agenda para estar el máximo tiempo posible a su lado.

Recuperación satisfactoria

Sin que el hermetismo que rodea a Kate Middleton se hubiera disipado en lo más mínimo, llegaba al menos una actualización sobre ella. El pasado día 11 acompañaba a su marido y a sus tres hijos, George, Charlotte y Louis, a su casa de Anmer Hall, situada en la finca de Sandringham donde se encuentra Carlos III recuperándose de su tratamiento contra el cáncer, para así disfrutar de unos días de vacaciones en familia.

Un dato que venía a respaldar la opinión de los expertos en la realeza de que la princesa se está recuperando a buen ritmo de su operación abdominal. Así lo cree la especialista en la familia real Jennie Bond, que en la revista 'OK!' afirmaba que el viaje ha sido un "cambio muy bienvenido" para ella desde que recibió el alta hospitalaria.

"Creo que es muy alentador que Kate haya estado lo suficientemente bien como para hacer el viaje a Sandringham. Demuestra que se está recuperando", añadió. "Además, el cambio probablemente será muy bienvenido... Las mismas cuatro paredes deben resultar un poco tediosas cuando te estás recuperando como ella".