Nuevas imágenes del joven príncipe 'dragón' de Bután en una ceremonia religiosa

Muy coloridas, siempre pintorescas y exóticas, las imágenes que nos llegan con cuentagotas de la familia real del remoto país de Bután siempre son bienvenidas. Más aún cuando los protagonistas son los jóvenes príncipes del país. En esta ocasión ha sido el primogénito de los reyes Jigme Khesar Wangchuck y Jetsun Pema, el príncipe Jigme Namgyel Wangchuck, el objetivo de todas las miradas al dirigir con soltura y aplomo, con tan solo ocho años, una ceremonia religiosa en una fortaleza-monasterio budista ubicada en la ciudad de Punakha.

Allí el joven royal, al que se conoce con el apodo de 'príncipe dragón', bendijo la pionera instalación de una 'ciudad del mindfulness', bajo la atenta mirada de su orgullosa madre. Según un comunicado de la Corte Real de Bután, la ceremonia tenía como objetivo "invocar bendiciones y protección para el lanzamiento exitoso y la realización de la visión de Su Majestad el Rey para el futuro" del país que está considerado como el más feliz del mundo.

Según el comunicado de prensa, la ciudad mindfulness de Gelephu pretende ofrecer a los turistas un "destino budista moderno para la espiritualidad, el bienestar y la regeneración", y en ella ya se puede admirar una arquitectura fascinante.

Gelephu Mindfulness City es una región administrativa especial del sur de Bután centrada en la atención plena, la sostenibilidad y la armonía. Según aseguran en su página web, "por primera vez en el mundo existirá un lugar único donde el desarrollo y el crecimiento coexistirán en armonía con la naturaleza y la vida consciente". Cuando esté terminada, se prevé que sea "un escaparate del desarrollo urbano sostenible y basado en valores para las generaciones futuras".

El rey Jigme gobierna el pequeño reino asiático de Bután desde 2006, cuando su padre, Jigme Singye Wangchuck, hijo de Jigme Dorje Wangchuck, renunció a su cargo y dejó al frente a su hijo mayor, el primogénito de diez hermanos. Su padre ya era alguien que defendía la modernidad y las reformas en el remoto país, incluida la abolición de la monarquía absolutista, que la propia familia Wangchuck había instaurado tan solo 100 años antes.

No hay mejor manera de demostrar tu cercanía al pueblo que casándote con una plebeya, aunque pertenezca a la alta sociedad del país. Y, sin embargo, fue el verdadero amor lo que unió al rey y a su reina. Además de muchos intereses comunes, como el baloncesto y las bellas artes. En 2011 ambos se comprometieron, y en noviembre de 2011 se celebró la boda, que fue un gran acontecimiento nacional y se retransmitió en directo por televisión, algo nunca visto hasta la fecha en Bután.

Jigme y Jetsun son muy queridos por su pueblo y suelen viajar a menudo por el país visitando sus lugares sagrados. Desde que un pequeño heredero al trono se unió a la familia real en 2016, la familia es aún más popular a nivel internacional. Sus tradicionales y coloridas capas largas, conocidas como ghos, que llevan los reyes también son imprescindibles y alegran cada foto que recibimos de Bután.

En 2020 nació el segundo hijo de la pareja real, Jigme Uygen, y en septiembre de 2023 nació la pequeña princesa Sonam para deleite de su propio pueblo y de los muchos fans que esta familia real tiene en todo el mundo.

Cuando en diciembre se celebró la ceremonia de bautizo de su hija, se revelaba por primera vez el nombre de la princesa: Sonam Yangden Wangchuck. Según se informó entonces, Sonam "es un nombre butanés que denota mérito, longevidad y buena fortuna", mientras que Yangden es un nombre que significa "joya preciosa".