El rey Carlos III reaparece tras el anuncio del cáncer que padece: "Las cartas de la gente me han hecho llorar"

Desde principios de febrero, el rey Carlos III había eliminado cualquier compromiso público en su agenda. Actualmente, viaja entre Londres, donde recibe su tratamiento, y su finca en Sandringham. Junto a Camila, se limitaba a salir públicamente para recibir la misa dominical. Sin esperarse, con motivo de su viaje a la capital británica, el monarca ha retomado su recepción presencial con el primer ministro, Rishi Sunak, en el palacio de Buckingham.

Desde que se comunicase su estado de salud, muchos ciudadanos británicos decidieron enviarle cartas para mostrarle su afecto. Ahora, durante la breve conversación en la sala privada de audiencias, el monarca explicó cómo fue gestionar todo ese cariño. “He recibido tantos mensajes y tarjetas maravillosos. Me ha hecho llorar la mayor parte del tiempo”, confesó. Una reacción que sorprende, pero no era desconocida, ya que Camila fue la primera en expresar que él estaba “muy conmovido” y que, pese a la situación, “eso es muy alentador”.

Otro detalle que se desveló durante su reunión con Rishi Sunak fue su buen humor. El primer ministro afirmó que era maravilloso ver al rey con tan buen aspecto. "Es mera prestidigitación, ¿sabes?", bromeó entonces el primogénito de Isabel II. Incluso, en otra ocasión, hizó alusión a que hasta ahora estos encuentros tenían que ser telemáticos y no presenciales. “Falta de costumbre, me temo”, exteriorizó.

A su vuelta a Sandringham, Carlos III retomará sus tareas de forma remota, entre ellas, la firma y revisión de documentos de Estado. Pese a ello, esta reunión demuestra su voluntad de poder realizar alguna reunión de manera presencial. La prensa británica ya lo ha relacionado con su “profundo sentido del deber y fuerte ética del trabajo”.

Una agenda que ahora asumen la reina Camila y el príncipe Guillermo. Ambos se han mostrado agradecidos y han compartido que tanto el rey Carlos III como la princesa Kate se encuentran bien. Sin embargo, fue su hijo quien, durante este tiempo, tomó una decisión importante dentro de las gestiones llevadas a cabo. Fue este miércoles cuando Kensington Palace pidió un alto al fuego para el conflicto en Gaza. Un posicionamiento radicalmente opuesto al de su padre, pero que fue consensuado con el Gobierno británico.