Reencuentro con Juan Carlos, ausencia de Guillermo y rumores de boda para Andrés: las claves de la misa por Constantino
El príncipe de Gales no asistió, por motivos personales, a este homenaje que dejó para el recuerdo el reencuentro de los Borbón y algunos rumores que tienen que ver con el otro hijo de Isabel II
La primera vez que Isabel II se reunió de manera oficial con Camila -eterna amante de su hijo- fue en el 60º cumpleaños del rey Constantino. Corría el año 2000 y el por aquel entonces príncipe de Gales -convertido hoy en Carlos III- celebró en su honor una gran fiesta en su casa de campo en Highgrove con la que aprovechó para presentar a su pareja en sociedad. Si había cualquier tipo de dudas sobre la estrecha relación que el hermano de doña Sofía mantenía con la familia real británica, la anécdota viene a disiparla.
De los siete monarcas que Grecia ha tenido en los siglos XIX y XX, tres fueron depuestos, uno fue asesinado, dos abdicaron y uno murió de septicemia tras ser mordido por un mono en los jardines reales. A Constantino le tocó estar en el primer grupo. Tras el golpe militar de 1967 se exilió en Londres.
Primo segundo del duque de Edimburgo y primo tercero de Isabel II, siempre estuvo en el círculo más estrecho de los Windsor, convirtiéndose incluso en padrino del príncipe Guillermo, heredero al trono. De ahí que el Palacio de Buckingham ayudara a la familia real de Grecia en los preparativos para la ceremonia que tuvo lugar el martes en la capilla de San Jorge, situada en el castillo de Windsor, en recuerdo del monarca heleno cuando se cumple ahora un año desde su muerte.
El servicio no tenía carácter oficial, pero dio para mucho. Al fin y al cabo, no todos los días se reúnen los representantes de varias casas reales europeas. Los invitados venían desde España, Jordania, Dinamarca, Bulgaria, Serbia y los Países Bajos. Y no todos los días la cita tiene lugar en circunstancias tan excepcionales. Tener a un Rey emérito español viviendo en Abu Dabi, a un monarca británico sin agenda pública tratándose de un cáncer, a un heredero al trono desaparecido y a un hermano repudiado en la Casa Windsor apareciendo por sorpresa en escena (hablo de Andrés, no de Harry, aunque el adjetivo vale para ambos) no es precisamente muy común.
Vayamos por partes. La capilla de San Jorge siempre ha sido un lugar simbólico para La Firma. No en vano, es donde reposan los restos de Isabel II. Pero el martes también se convirtió en un escenario de especial relevancia para los reyes Felipe VI y Letizia al reencontrarse allí con don Juan Carlos y doña Sofía. A la cita también acudieron las infantas Elena y Cristina, que estaba acompañada por su hijo mayor, Juan Urdangarin. Todos fueron por separado, pero al finalizar la misa se pudo ver el gesto de cariño del rey Felipe con su padre, al que ofreció el brazo para ayudarle a caminar al salir de la capilla.
En los últimos meses, la familia se ha reunido en dos ocasiones -en octubre por el 18º cumpleaños de la princesa Leonor y en diciembre por el 60º cumpleaños de la infanta Elena-, pero siempre había sido a nivel privado, por lo que este martes era la primera imagen pública de cercanía entre ambos desde hace un año cuando tuvo lugar precisamente el entierro del Constantino en Tatoi.
El servicio religioso estuvo presidido por la reina Camila, principal representante ahora de la Corona británica después de que Carlos III se haya visto obligado a cancelar su agenda pública para tratarse de un cáncer cuyo tipo no se ha revelado. No obstante, la ausencia más comentada fue la del príncipe Guillermo, ahijado de Constantino. Estaba previsto que el heredero al trono británico se hiciera cargo de una lectura, pero a última hora canceló su asistencia aludiendo “motivos personales”, algo que causó cierta alarma debido a que su mujer, Kate, lleva alejada de la vida pública desde enero tras una intervención abdominal sobre la que no se han dado detalles.
Desde Buckingham recalcaron que la evolución de la princesa de Gales sigue siendo favorable. No obstante, eso no calló los rumores. Tras la misa, la reina Camila organizó una recepción privada para los invitados en el castillo de Windsor. Este se encuentra a tiro de piedra de Adelaide Cottage, la casa donde Guillermo y Kate viven con sus tres hijos. Así que el hecho de que el heredero al trono no se dejara ver tampoco por allí llamó la atención.
Kate Middleton ingresó en una clínica privada de Londres para una cirugía abdominal el 17 de enero. Fue dada de alta casi dos semanas después y ahora se recupera en su casa. Lo único que revela el comunicado oficial es que no es cáncer. Pero el hecho de que vaya a estar de baja, como mínimo, hasta después de Semana Santa indica que no se trata de un asunto menor.
Y tan destacadas como las ausencias fueron también las apariciones. El príncipe Andrés acaparó el protagonismo (que tanto le gusta) al 'presidir' a La Firma en su entrada a la capilla. Debido a que la reina Camila llegó por separado, Andrés (del que siempre se ha dicho era el ojito derecho de Isabel II) lideró el paseíllo que hicieron el resto de miembros de la familia real británica.
Apartado de la vida pública y despojado de sus honores militares desde hace años tras el escándalo por supuestos abusos sexuales a menores que él siempre ha negado, la presencia de Andrés llamó mucho la atención. Sobre todo, tomando la delantera en el grupo donde -a diferencia de él- sí hay miembros en activo de La Firma, como su hermana, la princesa Ana.
Pero lo que hizo además la situación más extraña es que estuviera acompañado de su exmujer, Sarah Ferguson. Pese a su divorcio en 1996, ambos han seguido manteniendo una estrecha relación, hasta el punto de que siguen compartiendo vivienda. Pero ahora parece que la convivencia se podría haber acercado aún más, ya que hay incluso rumores que apuntan a una reboda.
El biógrafo y experto real Phil Dampier aseguró a 'MailOnline' que Andrés está decidido a regresar a la escena pública y quiere hacerlo, además, junto a Ferguson. Es complicado, pero al mismo tiempo se ha demostrado que con los royals, al igual que con el resto de los mortales, nada es imposible. El 60º cumpleaños del rey Constantino sirvió para presentar oficialmente a Camila en sociedad. Cinco años más tarde llegó la boda de Carlos que nadie contaba. Quizá ahora el funeral del rey heleno sirva como paso para la celebración de otro inesperado enlace.
La primera vez que Isabel II se reunió de manera oficial con Camila -eterna amante de su hijo- fue en el 60º cumpleaños del rey Constantino. Corría el año 2000 y el por aquel entonces príncipe de Gales -convertido hoy en Carlos III- celebró en su honor una gran fiesta en su casa de campo en Highgrove con la que aprovechó para presentar a su pareja en sociedad. Si había cualquier tipo de dudas sobre la estrecha relación que el hermano de doña Sofía mantenía con la familia real británica, la anécdota viene a disiparla.
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