El vuelo contra reloj del rey Harald que ha hecho saltar todas las alarmas en el país noruego

¿Cuál es el verdadero estado de salud del rey de Noruega? Es lo que se preguntan muchos de los ciudadanos, especialmente a tenor de los últimos movimientos desde Malasia, donde ha estado ingresado. El rey Harald ya está en un hospital de Noruega, tras viajar en un vuelo con un equipo de seis médicos. Un trayecto que ha generado no poca polémica, principalmente por los 200.000 euros de gastos que ha supuesto y que, por otro lado, no muchos creen.

Porque algunos medios de comunicación del país solicitaron la información del gasto a Casa Real, que no respondió de forma directa, sino que pasó la solicitud al Gobierno y a las Fuerzas Armadas. Pero, una vez que se proporcionó el coste total, unos 2 millones de coronas, ha habido gran escepticismo tanto en redes como en medios de comunicación.

El motivo es que muchos apuntan a que la cifra real es bastante más alta, ya que hay que tener en cuenta no solo el coste del avión en sí y los dos trayectos de ida y vuelta a Noruega, sino también el combustible, que se tuvo que repostar en Emiratos, y los honorarios del equipo médico, compuesto por "un jefe de equipo, dos anestesistas, una enfermera anestesista y dos enfermeras de cuidados intensivos", tal y como comunicó la propia Casa Real.

Pero si la polémica que se ha generado por el coste ha sido mucha, no han sido menos las elucubraciones sobre su estado de salud. Porque hay varias señales que podrían indicar que hay motivos para la preocupación.

Una de ellas, el hecho de que el vuelo se adelantara casi 24 horas cuando, a la hora de comunicar que se le había implantado un marcapasos para estabilizarle el ritmo cardiaco, se afirmó que esperarían 48 horas para llevarlo de regreso a casa. Finalmente, no se esperó ni un día para hacer el traslado a Noruega, con el consiguiente riesgo y la sensación de que se había hecho un viaje contra reloj por motivos que iban más allá de los puramente logísticos.

Otra de esas señales tiene que ver con su nieta y quien un día ocupará el trono, Ingrid de Noruega. La princesa, que se incorporaba hace unas semanas al campamento de Skjold, concretamente en el Batallón de Ingenieros, para realizar su formación militar necesaria para asumir la Corona en un futuro, obtenía permiso casi al mismo tiempo para viajar hasta Oslo y pasar unos días en el Palacio Real, cerca de su abuelo y de su familia.

Pero, de momento, las sospechas de que su estado de salud es peor del que se dice desde palacio se quedan en eso: sospechas. Porque la información que ha proporcionado Casa Real ha sido, por ahora, bastante escueta, manteniendo un equilibrio entre esa transparencia de la que presumen las monarquías nórdicas y no dar más detalles de los necesarios, quizá para no crear alarma.

De ahí que, por ejemplo, en ese primer comunicado que informaba del ingreso de Harald en un hospital de Malasia no se aportara más información de qué infección tenía o cómo la había contraído.

Aunque sí es cierto que las entradas y salidas del monarca noruego al Rinkshospitalet de Oslo han sido bastante frecuentes, casi tanto como sus bajas por enfermedad. Infecciones, problemas respiratorios, problemas de corazón, lesiones en las articulaciones... Muchos han sido los contratiempos de salud que ha experimentado en los últimos años, saliendo de todos airoso. Quizá por eso desde Casa Real han considerado que con la información proporcionada es suficiente y que es mejor, por el momento, no hacer saltar las alarmas.