Las declaraciones de Haakon sobre el delicado estado de salud de su padre, Harald de Noruega, y la polémica del avión medicalizado

Era hace apenas una semana cuando la Casa Real noruega decidía informar a sus ciudadanos a través de un comunicado oficial que Harald V había sido ingresado en Malasia durante unas vacaciones privadas a causa de una infección respiratoria, según explicaban. Tras una primera intervención quirúrgica, el rey regresaba a su país antes de tiempo y con un vuelo medicalizado de alto coste público. Hechos que provocaban, más allá de un escándalo, saltar todas las alarmas respecto a su verdadero estado de salud.

Sin embargo, siguiendo con la reconocible transparencia que caracteriza todos los movimientos de las monarquías escandinavas, la institución está tratando de disipar la mayor cantidad de dudas posible. Por ello, ayer por la noche, mediante la emisión de una nueva nota de prensa desde palacio se desvelaba que Su Majestad necesitará un marcapasos permanente debido a un ritmo cardiaco demasiado bajo. La operación tendrá lugar una vez se recupere de la actual infección y hasta entonces permanecerá ingresado en el hospital Rigshospitalet de Oslo. Unas horas después, su primogénito Haakon ha querido aportar nuevos detalles sobre el caso.

Con motivo de su visita a la biblioteca pública de Bergen, y bajo el objetivo de calmar las aguas, esta misma mañana el príncipe heredero ha celebrado una rueda de prensa en la que se ha enfrentado a todo tipo de preguntas de medios nacionales e internacionales. “El Rey tiene una infección, que ha sido tratada. Tenía una baja frecuencia cardiaca, lo que llevó al equipo médico a la decisión de colocarle un marcapasos temporal. Están pensando en poner uno permanente, pero tardará unos días. Se basa en cuándo la infección sale del cuerpo”, ha comenzado a explicar.

“Fue muy agradable tener al Rey y también a mi madre de regreso en casa. Estaba feliz de estar en Noruega, es lo que me dijo cuando pude visitarlo ayer. Quiero dejar claro que ha habido muchas personas trabajando muy duro para hacer esto posible de una manera segura y buena; estamos agradecidos por eso”, sentenciaba.

Tras dichas declaraciones, han llegado, como era de esperar, las cuestiones acerca de la polémica del momento en Noruega: por qué Harald decidió viajar en secreto a Malasia conociendo su delicado estado de salud y la cantidad gastada en su avión medicalizado de vuelta a la nación.

“Fue una decisión que tomó con su médico y es una decisión que se le debe permitir tomar. Al mismo tiempo, hay cosas que analizaremos más adelante. ¿Hicimos lo correcto en lo que respecta a la información y todas estas cosas? No sé, creemos que es bueno que podamos evaluar estas cosas internamente”, alegaba Haakon, saliendo así del paso.

Aun así, la sombra del vuelo que contó con "un jefe de equipo, dos anestesistas, una enfermera anestesista y dos enfermeras de cuidados intensivos", cuyo valor se ha calculado en 200.000 euros, es decir 2 millones de coronas, sin contar el combustible, el trayecto de ida y vuelta, la parada en Emiratos Árabes y los honorarios, a solicitud del Gobierno y las Fuerzas Armadas, parece que seguirá merodeando sobre ellos los próximos meses.

Por último, el príncipe de Noruega también ha querido hablar sobre los rumores que aseguran que la estancia de su hija Ingrid en Oslo, habiendo abandonado así el campamento militar de Skjold, al que se incorporaba hace semanas, apunta hacia un fatídico desenlace. “Ingrid Alexandra está en periodo de vacaciones. Por eso ha podido visitar a su abuelo en el hospital”, ha finalizado.