Hablamos con Robert Jobson, periodista experto en la familia real británica: "Con lo de Kate han pecado de ingenuos"
El escritor y periodista lleva décadas tras los Windsor. Hablamos con él sobre si la estrategia de comunicación ha sido errónea
¿Interés del público o de interés público? Por mucho que el planeta entero quiera saber qué le pasa a Kate, el reconocido periodista Robert Jobson considera que la princesa de Gales tiene “todo el derecho” a no revelar sus problemas de salud.
Eso sí, asegura que Palacio está cometiendo errores en la gestión de la importante crisis de credibilidad por la que atraviesa La Firma. “Han pecado de ingenuos. Si tienes a una de las mujeres más fotografiadas del mundo, no puedes pretender que la gente esté luego tres meses sin saber nada de ella”, matiza uno de los analistas que mejor conoce los entresijos de la Corona.
Son ya más de tres décadas cubriendo a la familia real. Fue él quien dio en exclusiva mundial el compromiso de Carlos y Camila, y sus libros, como el dedicado a Diana en 2002 o el más reciente sobre Carlos III publicado en 2023, se convierten rápidamente en bestsellers.
Llega con retraso a la cita. Desde primera hora de la mañana lleva haciendo conexiones con las televisiones de Estados Unidos. La Katemanía se extiende a ambos lados del Atlántico, y el vídeo en el que se puede ver en acción a Kate por primera vez desde navidades ha aumentado aún más la histeria.
Las imágenes, publicadas por The Sun, muestran a la princesa de Gales acompañada de su marido, el príncipe Guillermo, saliendo de un supermercado cercano a su casa en Adelaide Cottage. Por una vez, a una pareja a la que le gusta proteger su privacidad no pareció importarle ser fotografiada. Sabían que podía pasar. Es más, quizá es lo que fueran buscando.
Ahora bien, ¿va a tranquilizar esto a los que llevan las camisetas con el mensaje de Liberen a Kate (el extraño guiño, con el secuestro legal de Britney Spears, es una más de las rocambolescas teorías de conspiración)? “No va a terminar completamente con la rumorología. Vivimos en la era de internet, después de todo”, apunta Jobson. “Pero espero que el vídeo contribuya a que la conversación nacional vuelva a la normalidad”, añade.
“O hablas de ello o no hablas”
El periodista no oculta su simpatía hacia el heredero al trono y su mujer. Y, ante los interminables debates sobre si tienen o no derecho a la privacidad, considera que hay que respetar su decisión personal de no desvelar ahora detalles. Ahora bien, Jobson cree que revelar solo parte de la información ha sido un error. “Si no quieres hablar de ello, no digas que ha sido una intervención abdominal. O hablas de ello o no hablas, pero no puedes quedarte a medias. El manejo fallido de la privacidad ha ayudado a crear una tormenta mediática con su propio impulso global”, recalca.
El otro gol en propia meta que cita es la cancelación, a última hora, del príncipe Guillermo a la misa por el rey Constantino, padrino del heredero. Isabel II jamás habría abandonado un compromiso de forma tan abrupta. “Realmente no es el tipo de comportamiento que esperamos de la familia real”, señala el periodista. El primo de Isabel II, el príncipe Michael de Kent, mostró un admirable sentido del deber al asistir a ese mismo servicio conmemorativo a pesar de la muerte de su yerno, Thomas Kingston, apenas unos días antes.
¿Por qué Guillermo desapareció en el último momento de un acto que se celebraba a cinco minutos de su casa en Windsor? “Todo lo que obtuvimos fue silencio. Y esto, creo, fue lo que abrió por primera vez las compuertas de las conjeturas sobre Kate y permitió que una serie de mentiras perversas se multiplicaran en redes”, apunta.
En este sentido, se alegra de que, aunque haya sido tarde, hayan aparecido imágenes de Guillermo y Kate, prestando atención a las sabias palabras de la difunta reina Isabel II: “Hay que ser vistos para ser creíbles”. “Nadie pretende que sea fácil. Requiere un baile cuidadoso que involucra privacidad, visibilidad y autenticidad”, explica el experto. “Pero debe dirigirse firmemente con tacto, experiencia y habilidad”.
Cuando Jobson comenzó a cubrir a los royals, a principios de la década de 1990, solo había un secretario de prensa de Buckingham Palace, que reportaba directamente a la monarca. No había, como ahora, otro equipo paralelo para el príncipe de Gales. “El secretario de prensa real estaba a cargo. No salía nada a menos que fuera aclarado a través de él. Tenía un adjunto y varios subsecretarios de prensa asignados a diferentes miembros de la familia real. Se trataba de un equipo con un enfoque unificado, algo que hemos echado mucho de menos en las últimas semanas”, explica.
Ante el caos actual, los funcionarios de Buckingham, residencia de Carlos y Camila, dicen que se trata de un problema de Kensington Palace, residencia de Guillermo y Kate, pero el periodista considera que este es un enfoque equivocado. “Cuando el mundo empieza a comparar la monarquía británica con las agencias de noticias norcoreanas, entonces se trata de un problema real. Y es algo que toda la institución debe abordar”, señala.
Cosas “a la vieja usanza”
Quizá si las cosas hubieran funcionado “a la vieja usanza”, no habría pasado la catástrofe con los polémicos retoques de la foto familiar publicada por el Día de la Madre. “Los príncipes de Gales cuentan con Andrew Parsons, un experimentado fotógrafo profesional que trabaja junto a ellos para crear un archivo no solo para el presente, sino también para la historia. ¿Por qué no le pidieron hacer la foto?”, plantea. “Algunos dirán que se trató de una fotografía de familia, pero no es así. Se tomó como una fotografía de familia, pero se difundió como una fotografía oficial. Y esto debe abordarse”, recalca.
Una vez más, el contraste con Carlos III (que sí ha revelado más datos sobre su salud) es claro. Al igual que Isabel II, el actual rey tiene buen ojo para los detalles más pequeños. Insiste en la perfección cuando se trata de registros históricos. Descontento con una serie de retratos con diferentes insignias militares tomados recientemente, insistió en que un renombrado fotógrafo de estudio los volviera a tomar por completo. “Costó bastante dinero al contribuyente. Pero, para el rey, el mensaje era claro: no se puede tolerar la prisa. Cada imagen, cada dato difundido debe ser examinado detalladamente de antemano”, destaca.
Pese a que muchos tabloides hablan ahora del “declive de la Casa Windsor”, Jobson no cree que esta sea la peor crisis de la institución. Considera que el 'annus horribilis' de Isabel II o los turbulentos años con Diana y su muerte fueron peores. Está convencido de que los príncipes de Gales “sobrevivirán a todo esto”. “A pesar de algún tropiezo ocasional, han demostrado ser tan resistentes como su popularidad”, matiza. No obstante, recalca que, en una era en la que internet “desdibuja las líneas de la verdad, la marca real debe permanecer intacta”, de ahí la importancia de aprender de los errores para no repetirlos. “En la autenticidad reside la confianza de la Corona; un vínculo, una vez roto, se convierte en un abismo difícil de salvar”, concluye.
¿Interés del público o de interés público? Por mucho que el planeta entero quiera saber qué le pasa a Kate, el reconocido periodista Robert Jobson considera que la princesa de Gales tiene “todo el derecho” a no revelar sus problemas de salud.
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