Buckingham Palace necesita ayuda en plena crisis de imagen: la Corona británica busca un nuevo asistente de comunicación

El último mes en Buckingham Palace no ha sido fácil. Numerosos frentes abiertos para los Windsor. Entre las bajas de Kate y de Carlos III por motivos de salud y los habituales días de descanso que han necesitado el príncipe Guillermo y Camila, no han levantado cabeza. Ante la evidente necesidad de ayuda para gestionarlo, desde el portal oficial de palacio han abierto una nueva oferta de trabajo como asistente de comunicación.

El trabajo dependerá de la oficina del secretario privado, que actualmente es Sir Clive Alderton, y tendrá asignado un sueldo de poco más de 25.000 libras esterlinas al año. Una cantidad que, evidentemente, es insuficiente para poder vivir en la capital británica. Según el diario Expansión, el salario medio para el año 2023 fue de 57.763 libras. Pese a su baja retribución, el puesto requiere "responder a las consultas diarias de los medios sobre una variedad de temas, incluido el trabajo de los miembros de la familia real".

"Ya sea que trabaje en una visita de Estado, un evento ceremonial o un compromiso real, se asegurará de que nuestras comunicaciones despierten constantemente el interés y lleguen a una variedad de audiencias", afirman. Una repercusión que ahora mismo no juega a su favor, pues cualquier decisión mal tomada puede suponer un nuevo fleco dentro de la crisis. Sin embargo, ponen en valor el atractivo del que hasta ahora gozaban. La oferta de empleo se cerrará el 7 de abril.

Entre las gestiones, el nuevo asistente de comunicación tendrá que hacer frente a los anuncios referentes a la agenda del rey Carlos III mientras se recupera del cáncer que padece. "Su Majestad ha comenzado hoy un programa de tratamientos regulares, tiempo durante el cual los médicos le han aconsejado que posponga sus tareas de cara al público", expresaba el comunicado.

Además, el equipo de comunicación gestiona las nuevas responsabilidades que ha asumido la reina Camila, convertida ahora, y contra todo pronóstico, en una de las caras visibles de la monarquía. Todo ello con el beneplácito de los medios de comunicación, quienes la han arropado. Un nuevo asistente de comunicación que tendrá que seguir muy de cerca todos los mensajes que, mientras inundan las redes, colocan a la familia en la diana.