El príncipe Guillermo, la máscara que ha usado ante el drama y las veces que se le cayó sin que lo viéramos

Especialmente duros están resultando para el príncipe Guillermo los últimos acontecimientos familiares. Al cáncer diagnosticado a su padre se suma el de su esposa, una doble noticia que habría hecho perder los nervios a cualquiera.

Sin embargo, y ahora que sabemos la verdad sobre el grave estado de salud Kate Middleton, si echamos atrás la vista y analizamos las apariciones públicas realizadas por el hermano del príncipe Harry, lo cierto es que demuestran una gran profesionalidad en medio de la absoluta adversidad.

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Núria Tiburcio

Cada acto oficial que el hijo mayor de Carlos III ha realizado desde que su mujer se ha mantenido alejada del foco público ha sido analizado con lupa, sin saber que la preocupación y el terror que Guillermo estaba viviendo por dentro eran mucho mayores de lo esperado y sabido.

Algunos expertos en realeza británica no hacen ahora otra cosa que quitarse el sombrero ante el príncipe de Gales, cuya forma de actuar en las últimas semanas cobra ahora otro sentido tras conocerse el diagnóstico de cáncer de su mujer. Incluso les sorprende que su agenda no fuera reducida más, a tenor de las circunstancias personales que estaba viviendo.

La ausencia de Guillermo en el funeral de su difunto padrino, el rey Constantino de Grecia, el pasado 27 de febrero, fue muy criticada. Ahora sabemos que ese día tanto Kate Middleton como él se enteraron del horrible diagnóstico médico de la princesa.

A partir de ese momento, parece que Guillermo respiró hondo, hizo de tripas corazón y se preparó para volver a reaparecer mostrando serenidad.

Lo hizo dos días después, visitando la sinagoga de Marble Arch, en el centro de Londres. Los casos de abusos y ataques antisemitas están aumentando en Inglaterra, por lo que el hermano del príncipe Harry quiso acercarse a estas comunidades para saber cómo están abordando este problema.

Al final de su visita, el futuro rey se reunió con un grupo de jóvenes y durante su charla con ellos aseguró que "tanto Kate como yo estamos extremadamente preocupados por el aumento del antisemitismo”. Estas palabras cobran ahora un valor mayor al saber que el matrimonio mostraba preocupación por el bienestar de otros mientras el suyo propio estaba siendo aniquilado por la enfermedad de la princesa.

El martes pasado, durante una visita a Sheffield, donde habló con familias que se han quedado sin hogar, el heredero al trono británico se mostró animado, implicado con la causa y centrado. Conversó afectuosamente con sus simpatizantes, compartió charlas y sonrisas y accedió a realizarse fotografías.

Rebecca English, editora de realeza en 'Daily Mail', confiesa ahora que cuando ella misma cubrió ese acto del príncipe en Sheffield, advirtió "una ligera tristeza alrededor de los ojos de Guillermo y una notable pérdida de peso" que no supo interpretar en el momento.

Son varios los ejemplos como este, en el que el padre del príncipe George, el príncipe Louis y la princesa Charlotte se ha puesto la máscara de positividad en público.

El pasado 11 de marzo, en medio de esta vorágine familiar que ahora conocemos, el príncipe de Gales asistió a la celebración del Día de la Commonwealth. El servicio religioso fue celebrado en la abadía de Westminster y presidido este año por la reina Camila. Durante el mismo, Guillermo se mostró sonriente y tranquilo ante la prensa.

Unas horas después se producía la disculpa de Kate por el sonado Photoshop del retrato familiar. Poco después, Guillermo y ella eran fotografiados juntos por primera vez desde el 25 de diciembre. Aparecieron en una imagen hecha por un paparazzi que mostraba al heredero al trono abandonando su casa, Adelaide Cottage, en Windsor, en compañía de su esposa en el interior de un coche. Kate tenía la cara girada, evitando así ser fotografiada directamente por los reporteros gráficos, pero al príncipe sí se le veía con claridad. Su sonrisa mostrada unas horas antes había desaparecido. En el interior de aquel vehículo transmitía, cabizbajo, por un segundo que ahora sabemos interpretar, tristeza y preocupación.

Tres días antes de esta escena, sin embargo, el príncipe Guillermo se mostraba en una faceta muy desenfadada, en el contexto de unos premios que él mismo creó en 2021. Se trataba del Earthshot Prize, un premio otorgado cada año a cinco ganadores como reconocimiento por sus contribuciones al cuidado del medioambiente.

El hijo de Carlos III fue fotografiado con un perrito caliente en sus manos cuando mantenía un encuentro con el fundador de una empresa premiada por su trabajo de creación de embalaje sostenible. Con una actitud relajada y en lo que parecía ser una conversación distendida, Pierre-Yves Paslier, de Notpla, le mostró los productos que le habían hecho merecedor del premio Earthshot.

En definitiva, nadie ahora en Reino Unido pone en duda el esfuerzo titánico que el príncipe de Gales ha hecho para que la institución a la que pertenece continúe brillando. Show must go on.