Las impresionantes tiaras que Amalia de Holanda tiene a su disposición en su debut ante Felipe y Letizia

"Amo las tiaras. Muéstrame una y sabré de dónde viene. Puedo reconocer todas las tiaras de Europa", aseguraba Amalia de Holanda en un libro que se publicó con motivo de su 18º cumpleaños. La heredera al trono holandés ha heredado el gusto por las joyas de su madre, la reina Máxima, y desde que cumplió la mayoría de edad la hemos visto luciendo distintos modelos.

Ahora, en apenas una semana, Amalia tendrá una nueva oportunidad de llevar tiara, pues por primera vez asistirá a una cena de Estado. El próximo 17 de abril, don Felipe y doña Letizia realizarán un viaje de Estado y en la primera noche se celebrará en el Palacio Real de Ámsterdam un banquete en su honor al que no faltará la princesa de Orange, quien tiene a su disposición un joyero con 14 piezas que hoy recordamos.

En el libro que antes mencionábamos, y para demostrar esa pasión por las tiaras, Amalia compartió una foto privada en la que se la ve muy pequeña probándose la tiara de rubíes. Realizada en 1888 por la joyería Mellerio, fue un encargo del rey Guillermo III de Holanda para su esposa, la reina Emma.

A pesar de que ya la habíamos visto con tiara en aquella foto siendo aún una niña, para su debut oficial, durante el 18º cumpleaños de la princesa Ingrid Alexandra, Amalia eligió una tiara muy especial, pues es la que lució su madre, la reina Máxima, en su boda con Guillermo Alejandro en 2002. Hasta entonces, las cinco puntas que sobresalen de esta base de platino terminaban en unos rosetones con perla central, pero la argentina decidió cambiarlas por unas estrellas, las mismas que llevó su hija en Noruega.

En la cena posterior a la boda de Hussein y Rajwa de Jordania, Amalia lució por primera vez la tiara del pavo real. Se trata de una diadema que data de 1897 y que fue creada por la casa Johann Eduard Schürmann & Co para la reina Guillermina, bisabuela del actual rey, con rubíes que pertenecieron a la reina Sofía -née Würtemberg-, la primera mujer de su padre, el rey Guillermo III. El resultado fue esta pieza cuya parte superior recuerda a la cola de un pavo real, por eso recibe este nombre.

Para el 18º cumpleaños del príncipe Christian de Dinamarca, en la que fue la última aparición de Amalia con tiara, la princesa se decantó por una diadema de zafiros que forma parte de uno de los conjuntos más apreciados de la casa de Orange. La pieza es en realidad un collar de diamantes y zafiros, pero se le puede añadir una base para convertirla en diadema, algo que hace a menudo la reina Máxima.

Y si hablamos de zafiros, encontramos la tiara más epresentativa de los Orange, la que Máxima lució en la investidura de su marido en 2013. Se trata de una pieza elaborada con platino y decorada con 31 zafiros de Cachemira y 655 diamantes de Sudáfrica. Una auténtica belleza, aunque sin desmerecer otras como la tiara Stuart, la más valiosa de todas por su diamante superior. Su peso, 39,75 quilates, y su color azulado la convierten en una piedra única. La princesa Beatriz nunca llegó a lucirlo; sin embargo, su nuera Máxima lo llevó coronando su tiara en la visita de Estado a Reino Unido.

Quizás a Amalia le dé por homenajear a su madre y llevar la misma tiara que esta lució en la anterior visita de Estado de España, realizada por don Juan Carlos y doña Sofía. Fue en 2001 y Máxima, que por aquel entonces todavía era la prometida de la prometida del príncipe heredero, eligió la tiara de aguamarinas. Se trata de una pieza art déco de Kempen, Begeer & Vos, que fue un regalo por los 18 años de la reina Juliana.

Una de las más discretas, y que se encuentra entre las favoritas de Máxima, es la bandeau, una base de platinos repleta de diamantes de gran tamaño. Los diamantes son también los protagonistas de la tiara de la reina Emma, con tres piezas principales, con una central rodeada cada una por ocho diamantes pequeños. Y no nos olvidamos de la tiara de Wurttenberg, que combina perlas y diamantes y fue creada en 1890 por Royal Begeer en Utrecht para la reina Emma.

El joyero de los Orange cuenta con todo tipo de piedras, como las esmeraldas de esta tiara del joyero alemán Schürmann. A Máxima le gusta llevarla con ellas, pero pueden cambiarse también por perlas. Y siete perlas únicas son precisamente lo que destaca en la siguiente tiara, conocida como la de la reina Ana. En sus primeros años, Máxima la lucía sin las perlas, pero desde hace un tiempo lo hace con ellas.

Y, por último, las dos tiaras que suelen lucir los miembros secundarios de la familia real. La primera, que en la imagen lleva la fallecida princesa Cristina, es la del laurel. Fue el regalo que recibió la otrora reina Beatriz por su 18º cumpleaños, aunque a diadema ha sido relegada a otras damas de la familia con menos representación institucional, al igual que ocurre con la Ears of Wheat, que han lucido la mayoría de sobrinas -o sobrinas políticas- de Beatriz en sus bodas.

¿Qué tiara crees que lucirá Amalia en su encuentro con don Felipe y doña Letizia?