Desvelamos el secreto que escondía el nuevo traje de gala de la reina Letizia: era un vestido de novia

Era la cita más esperada durante el viaje de estado que estos días llevan a cabo el rey Felipe y la reina Letizia: la cena de gala en el Palacio Real de Ámsterdam. Con los reyes Guillermo y Máxima como anfitriones del acto en compañía de la princesa Amalia, la reina Beatriz, y su hermana Margarita, gracias al 'dress code' que habitualmente se impone en estas cenas, sabíamos que el despliegue de looks, joyas y tiaras estaba asegurado.

Al igual que hizo en la bienvenida celebrada por la mañana del miércoles día 17 de abril en la plaza Dam de Ámsterdam, en el que estrenó un vestido de tweed en verde jade de Moisés Nieto, para la recepción de noche, la reina Letizia no se quedó atrás y volvió a lucir un nuevo look.

Firmado por The 2nd Skin, la mujer del rey Felipe volvía a confiar así en la aguja de Juan Carlos Fernández y Antonio Burillo, diseñadores tras la firma española, como ya hizo en la entrega de los Premios Princesa de Asturias 2021 con un vestido en tafetán color negro de cuello caja sin mangas y falda con volumen de largo midi rematada con lazos del mismo tejido.

El modelo en cuestión que ayer estrenó doña Letizia llamó la atención por su color: un azul cobalto intenso y muy brillante. Corpulento y con gran presencia, dos rasgos imprescindibles para un vestido de gala, el diseño presentaba el cuello caja, manga japonesa decorada con detalle de lazos en los puños, corte en la cintura marcado con un cinturón confeccionado en el mismo tejido y de ahí, una falda voluminosa con cola.

En cuanto a las joyas, la madre de Leonor y Sofía rescató del joyero de la Familia Real Española, la tiara Rusa y dos piezas del lote de pasar. La primera, conocida así por su parecido a los tradicionales tocados rusos, los kokoshnik, fue creada para la reina regente María Cristina de Austria, madre de Alfonso XIII, y fue pasando de mano en mano hasta que la condesa de Barcelona se la cedió a sus tres hijos. Fue don Juan Carlos el que llegó a un acuerdo con sus hermanas para recuperarla. Las segundas, las piezas de pasar, eran los pendientes con un brillante central y otros pequeños y un broche con perla grande gris pálido también rodeada de brillantes y del cual cuelga una perla en forma de pera.

Lo curioso del nuevo look de Letizia no es que, precisamente, sea nuevo, es el verdadero origen de la prenda: era un vestido de novia. En concreto, es el modelo Suraia de The 2nd Skin. Con algunas modificaciones en su patrón y por supuesto, con un cambio cromático evidente, de un vestido blanco e inmaculado a uno en azul intenso, este es el vestido de novia que la mujer del rey Felipe ha reconvertido en un diseño de gala.

Así lo describen en la firma, "vestido con escote caja y manga japonesa. Con pequeños lazos de mikado blanco natural en las mangas. Falda a capas con bolsillos en transparencia y cola sutil. No es necesario elegir una talla ahora. Más tarde le pediremos todas las medidas necesarias para asegurarnos de que este vestido le quede perfecto. Este vestido se podría hacer en diferentes colores", en la última frase está la clave, que el traje se puede hacer en otros tonos.

Respetando la silueta primitiva, el vestido azul de Letizia modificó tres detalles: el cuello, el cinturón y la cola. El vestido de novia cerraba aún más el cuello y aunque era a la caja, subía más que el escote que llevó la Reina en la cena de gala en Ámsterdam. Lo mismo con la cola, de la falda nupcial brotaba una gran cola que en el caso del vestido de Letizia quedó más reducida. Y por último, el cinturón, del diseño de piel con doble vuelta en beis claro, que presentaba el vestido blanco a otro ejemplar confeccionado en el mismo tejido y el mismo color con la hebilla cuadrada.

Una transformación que The 2nd Skin llevó a cabo como un encargo especial para la reina Letizia y que logró su objetivo, despertar la atención del mundo a cuenta de su look.