Lentejuelas y grandes joyas en Suecia: Silvia, Victoria y Sofía sacan la artillería en su cena de gala con Federico y Mary de Dinamarca

Las damas Bernadotte saben muy bien cómo darle categoría extra a una cena de gala. Cuentan, para ello, con un abultado joyero lleno de piezas únicas, que no han dudado en desempolvar este lunes por la noche para el banquete ofrecido por Carlos XVI Gustavo en honor a Federico y Mary Dinamarca, quienes se encuentran realizando una visita de Estado, la primera de su reinado, a Suecia. El Palacio Real de Estocolmo ha sido el escenario de este encuentro entre ambas familias reales, que nos ha dejado con looks para el recuerdo.

Como el de la princesa Victoria, quien se ha decantado un vestido repleto de lentejuelas de Christer Lindarw, el mismo diseñador que ha elegido para la ceremonia de bienvenida. Se trata de un modelo en blanco roto, lleno de arriba a abajo de pailletes, que presenta escote barco, manga corta y silueta entallada. Lo ha combinado con una cartera de mano plateada.

La heredera ha coronado su cabeza con la tiara Connaught, todo un detalle hacia Federico y Mary, pues perteneció a Margarita de Connaught, abuela de Carlos XVI Gustavo y Margarita II. Se trata de una histórica pieza realizada con diamantes de diferentes tipos de talla que representa una guirnalda haciendo cinco bucles de los que cuelgan gotas de diamantes.

Fue un regalo que los duques de Connaught, Arturo de Sajonia-Coburgo-Gotha y Luisa Margarita de Prusia, le hicieron a su hija Margarita con motivo de su boda con el entonces príncipe Gustavo Adolfo, después Gustavo VI Adolfo. Al fallecer, Margarita dejó la tiara a su hijo, el príncipe Carlos Gustavo, quien se la dio a su esposa, la princesa Sybilla, que a su vez se la dejó en herencia a su único hijo varón, el actual rey. Victoria la ha lucido en numerosas ocasiones, al igual que otras mujeres de la familia.

El retrato de la Family Order con la imagen de su padre sujetaba la banda de la orden danesa del Elefante, la misma que llevaba Silvia. La reina de Suecia ha apostado por un vestido verde de la firma alemana Georg et Arend que ya le habíamos visto anteriormente. Un modelo bastante discreto, para lo que suele llevar Silvia, formado por cuerpo de encaje de manga larga y falda lisa con ligero vuelo.

La reina sueca ha elegido de entre todas la tiara de zafiros Leuchtenberg, un regalo que Napoleón le hizo a su hijastro, Eugene de Beauharnais, con motivo de su enlace con la princesa Augusta Amalia de Baviera, quien se la dejó en herencia a su primogénita, Josephine de Leuchtenberg, esposa del rey Óscar I de Suecia. A partir de entonces se convirtió en una de las alhajas más importantes de la Corona sueca. Se trata de una diadema realizada en diamantes y zafiros que representa madreselvas.

La tiara forma parte de una parure en la que también se encuentra una vistosa gargantilla, pendientes y un broche redondo, piezas que la reina Silvia también ha llevado en la cena con Dinamarca

Toca ahora de hablar de la princesa Sofía, que ha repetido vestuario, en concreto un diseño que le vimos en los Nobel del año 2022. Se trata de un vestido de la diseñadora Ida Lanto en color celeste, lleno de transparencias. Presenta manga francesa, cuello alto adornado con bordados florales y falda fluida. A diferencia de su suegra y su cuñada, Sofía no llevaba la banda de la orden del Elefante, porque no le ha sido concedida. Lucía la sueca, la de la orden de los Serafines

Como ya es habitual, Sofía llevaba la tiara que le regalaron sus suegros por su boda con Carlos Felipe. La original va con esmeraldas pero ella la modifica según su look, la ha llevado sin nada, con perlas, citrinos, turquesas y topacios. Estas últimas son las piedras que ha lucido en esta ocasión, a juego con su vestido celeste.