Elegante y suave: el look de Matilde de Bélgica para recordar a los soldados caídos

La reina Matilde de Bélgica ha vuelto a demostrar su impecable sentido del estilo en Londres este sábado. Con un atuendo perfectamente elegido, los reyes Matilde y Felipe han asistido a la ceremonia en memoria de los belgas caídos durante las Guerras Mundiales celebrada en el Cenotafio ubicado en Whitehall.

Para esta ocasión, Matilde ha optado por un conjunto que combina elegancia y sofisticación. El vestido, de un delicado color azul pastel, se destaca por sus detalles florales bordados en tonos gris, rosa y verde.

Estos bordados, finamente trabajados, añaden una dimensión de textura y lujo al atuendo. El modelo presenta una línea clásica con un corte recto que resalta la figura esbelta de la reina y ofrece una apariencia regia y refinada.

El vestido tipo abrigo que ha lucido cae justo por encima de la rodilla y tiene unos ribetes en dorado que rodean todos los bordes del atuendo.

En cuanto a los complementos, la reina ha optado por un tocado clásico de tipo pillbox en un tono ligeramente más oscuro que el de su vestido. Este accesorio, colocado estratégicamente hacia la parte trasera de la cabeza, enmarca su rostro de manera elegante y complementa su peinado recogido.

Matilde ha seguido en la línea de la elegancia y sencillez con un par de guantes grises de ante que combinaban perfectamente con sus zapatos de tacón medio en tono gris plata. Dos elementos perfectos para terminar de armonizar y cohesionar a su atuendo. Además, la reina ha lucido una cartera de mano en el mismo tono.

Las joyas elegidas han sido unos pendientes de perlas colgantes, un reloj y unas pulseras en oro. Un toque de luminosidad y sofisticación sin ser excesivamente llamativos.

Junto a los reyes de Bélgica han paseado por las calles de Londres los duques de Gloucester, Richard y Birgitte. La última vez que ambas mujeres compartieron espacio fue hace dos meses en el Buckingham Palace. Camila, que en ese momento llevaba el peso de la Corona británica debido al cáncer de Carlos III, abrió las puertas de palacio para celebrar el Día Internacional de la Mujer. En ese encuentro no faltaron ni Matilde ni Birgitte.