El encuentro agridulce del rey Felipe y la princesa Amalia de Holanda: gestos de cariño y amargo final

Por fin, tras cumplir con su agenda deportiva y oficial durante el fin de semana y la familar, con una cena especial junto a su madre, su mujer y sus hijas, Felipe VI ponía este lunes rumbo a París, tomando así el relevo de la reina Letizia en los Juegos Olímpicos. Una primera jornada la del monarca que nos dejaba imágenes muy curiosas, como las del encuentro del Rey con la princesa Amalia de Holanda, un tanto agridulce, pero con muchos gestos de cariño que dejan clara la buena relación entre ambos.

El Falcon 900, avión en el que la familia real está realizando sus desplazamientos este verano, despegaba de Palma a las 10:30 de la mañana y aterrizaba en París una hora y media después. No pasaba mucho tiempo cuando obteníamos las primeras imágenes de don Felipe, de nuevo apoyando al equipo olímpico español y repitiendo el patrón de la princesa Leonor, la infanta Sofía y la reina Letizia.

La primera parada era la Villa Olímpica, para saludar a deportistas, voluntarios y trabajadores. Después, llegaba el turno de las competiciones, siempre luciendo, como hicieron su mujer y sus hijas, prendas de la equipación deportiva, en su caso, un polo rojo, pantalones vaqueros y zapatillas blancas.

Y con el 'patrón', no hablamos solo de las imágenes de la Villa Olímpica o de sus fotografía celebrando eufórico la participación de nuestros deportistas. Porque seguro que se acuerdan de que, hace unos días, la reina Letizia se volvía viral por el tipo de gafas que lució durante una de las jornadas, un modelo tipo aviador que dio para muchos comentarios y memes.

Pues bien, este lunes era el rey Felipe el que hacía de las gafas de sol su complemento estrella, aunque era ligeramente diferente al que llevaba su esposa días antes. El monarca elegía también un modelo con montura metálica, pero con los cristales de espejo y polarizados, de las que no prescindía para hacerse algunas de las fotografías con voluntarios y trabajadores de los Juegos Olímpicos.

Pero tampoco podíamos pasar por alto esa acreditación que colgaba de su cuello y que le da acceso libre a todas las instalaciones y pabellones de París. Por mucho que sea el monarca, la seguridad es lo primero y todos los asistentes, conocidos o no, tienen que tener su pase. Pero el del rey Felipe VI era bastante curioso, ya que se podía ver que no era una foto, precisamente actual.

A sus 56 años, el monarca presenta una imagen con el pelo y la barba muy canosos, algo que no le impide estar en esas listas tan dudosas de los royals más atractivos. Pero no sabemos quién gestionaría la acreditación de Felipe VI, pero quedaba claro que había tirado de archivo, ya que en la imagen que se podía ver en su pase, el monarca no tenía ni el pelo ni la barba tan blancos.

Hemos tirado de archivo y la foto podría corresponder a 2013, incluso antes de asumir el trono, que es cuando vemos la barba del ahora monarca más oscura y solo con algunas zonas más canosas, ya como aviso de que el blanco sería el tono predominante en su rostro y su cabello. Un contraste entre el don Felipe de hace 11 o 12 años y el de ahora que se podía ver muy bien en las imágenes de su paso por los Juegos Olímpicos distribuidas por Casa Real.

Una de las más esperadas llegaba a última hora. No ha sido habitual en esta cita deportiva que coincidan en los palcos diferentes reyes europeos, más allá de la ceremonia inaugural y de la cena organizada en el Louvre la noche anterior.

Pero esta vez sí, pudimos ver a don Felipe en las gradas de las competiciones de atletismo junto a los reyes Carlos Gustavo y Silvia de Suecia y la princesa Amalia de Holanda, con la que tiene una estrecha relación, como quedaba claro durante el viaje de Estado que realizó junto a doña Letizia a Países Bajos el pasado abril.

Terminaba con estas pruebas de atletismo la intensa agenda que el monarca tuvo en su primer día en París, que además daba varias alegrías al deporte español. Felipe VI celebró eufórico el pase a la final del equipo femenino de baloncesto 3x3, que se asegura medalla, además de la victoria de la Selección Española de Fútbol, que también pasa a la final, o Daniel Arce, que se clasificó para la última prueba de los 3.000 metros obstáculos.

Los sinsabores llegaron un poco más tarde, cuando vivió la final de baloncesto 3x3 frente a Alemania, de nuevo junto a la heredera al trono de los Países Bajos y dejándonos unas imágenes muy claras de cómo es la relación de ambos. No faltaron los abrazos, las risas y muchos gestos de cariño, pero también de euforia y enfado, dependiendo de la marcha del encuentro.

Al final no pudo ser y las chicas tuvieron que conformarse con la plata en la final, anque el rey Felipe fue uno de los primeros que pudo felicitar a las jugadoras por su meritorio segundo puesto.

Una imagen que espera repetir en los próximos días, ya que está previsto que permanezca unos días más en París, intentando ser amuleto para los deportistas españoles. Después, será la reina Sofía quien tome el relevo y viaje a París para la gala de clausura.