Una carta íntima vendida por 1.762 euros revela el “insoportable vacío” de Carlos III tras la muerte de la princesa Diana
El texto muestra un lado profundamente humano, marcado por la desesperación, la impotencia y la reflexión espiritual
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La muerte de la princesa Diana fue una desgracia que conmocionó a todo el mundo. Desde entonces son muchas las teorías y suposiciones que sobrevuelan al rey Carlos III. Pero se ha conocido recientemente el dolor que sintió el entonces príncipe de primera mano. A raíz de una subasta, se ha desenterrado una carta de su puño y letra que ofrece un emotivo vistazo a su estado anímico tras la trágica muerte.
El texto, dirigido a un hombre llamado Peter Houghton que acaba de enterrar a su mujer, parece más un desahogo propio que palabras de aliento para un ser querido que ha perdido al amor de su vida.
Fue escrita tan solo cuatro meses después del fatídico accidente que acabó con la vida de la madre de sus hijos en 1997 y ahora se ha vendido por 1.762 euros. En ella, el entonces príncipe de Gales, muestra un lado profundamente humano, marcado por la desesperación, la impotencia y la reflexión espiritual.
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Carlos III comienza expresando su profunda preocupación por el dolor que Houghton, un conocido cercano, estaba atravesando debido a la enfermedad y posterior fallecimiento de su esposa, Liz. “He estado pensando mucho en ti ayer y hoy, sabiendo lo profundamente afectado que estarás por la trágica noticia de ayer sobre la querida Liz”, escribe el rey. “Mi corazón sangra por ti”, añade.
El monarca inglés intenta, aun en medio de su propio duelo, brindar consuelo a su amigo con palabras cuidadosamente elegidas: “Todos los que os conocemos —y os apreciamos tanto— hemos sentido la agonía de una forma mucho menor, por supuesto, pero hemos anhelado agitar una varita mágica para transformar la situación”.
La carta muestra a un hombre consciente de su incapacidad para cambiar la realidad dolorosa, pero que se aferra a la esperanza de poder ayudar a través de sus palabras y pensamientos.
El insoportable vacío de la pérdida
La muerte de Diana, una figura querida no solo por la familia real, sino por el mundo entero, dejó una huella indeleble en el entonces príncipe Carlos. Esta carta, aunque dirigida a otra pérdida, deja entrever cómo la muerte de la princesa de Gales amplificó su comprensión del duelo y la pérdida.
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“Puedo imaginarme muy bien el insoportable vacío que debes sentir en estos momentos; la sensación de desconcierto y confusión que acompaña a la partida de este mundo de alguien todavía tan joven”, escribe Carlos, evocando un paralelo entre la pérdida de Liz y la suya propia.
Estas palabras resuenan con una intensidad especial cuando se consideran en el contexto de la muerte de Diana. Ambos fallecimientos, aunque distintos, compartieron un elemento común: la muerte repentina y trágica de una vida joven. Carlos intenta reconfortar a su interlocutor con el único amparo que a él le quedó: la fe.
“Personalmente, creo que existe otra dimensión más allá de la física y que nos sorprenderá descubrirla por nosotros mismos cuando, con el tiempo —o en un momento dado—, seamos llamados a realizar ese viaje determinado por nosotros mismos”. Esta visión espiritual parece haber sido un ancla para él durante esos momentos de profundo dolor.
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Además de las palabras de consuelo, el rey Carlos intenta ofrecer a Houghton una forma de encontrar algo de paz en medio de su duelo. “Puedo imaginar muy bien la agonía y la desesperación que debes haber pasado durante todos estos meses de dolor que has conocido acerca de la enfermedad de Liz”, escribe. En un esfuerzo por proporcionar un alivio, aunque sea momentáneo, Carlos le envía algunos objetos de Highgrove, su residencia personal.
Además, también le regaló unos versos de William Blake. Una referencia que no es casual, pues el poeta inglés es conocido por su exploración de temas espirituales y emocionales, que probablemente consolaron al monarca en ese momento.
La carta, que ahora ha encontrado un nuevo propietario tras ser subastada, es mucho más que un simple mensaje de pésame. Es un testimonio del estado emocional del rey Carlos en un periodo de su vida marcado por la pérdida y el duelo. En un momento en que el rey Carlos asume nuevas responsabilidades y roles como cabeza de la familia real, esta carta ofrece un vistazo a su lado más íntimo y vulnerable. Un recordatorio de que la pérdida y el duelo no conocen de títulos.
La carta al completo
He estado pensando mucho en ti ayer y hoy, sabiendo lo profundamente afectado que estarás por la trágica noticia de ayer sobre la querida Liz. Mi corazón sangra por ti, ya que puedo imaginar muy bien la agonía y la desesperación que debes haber pasado durante todos estos meses de dolor que has conocido acerca de la enfermedad de Liz.
Todos los que os conocemos —y os apreciamos tanto— hemos sentido la agonía de una forma mucho menor, por supuesto, pero hemos anhelado agitar una varita mágica para transformar la situación. A menudo pienso que esa es la peor parte de todo: no poder ayudar de ninguna forma constructiva, excepto rezar constantemente en el fondo e intentar rodearos a ambos de amor, afecto y preocupación.
Puedo imaginarme muy bien el insoportable vacío que debes sentir en estos momentos; la sensación de desconcierto y confusión que acompaña a la partida de este mundo de alguien todavía tan joven. Personalmente, creo que existe otra dimensión más allá de la física y que nos sorprenderá descubrirla por nosotros mismos cuando, con el tiempo —o en un momento dado—, seamos llamados a realizar ese viaje determinado por nosotros mismos. Como dice la Biblia: “Ahora vemos a través de un cristal oscuro, pero luego cara a cara”.
No puedo expresar lo contento y feliz que estoy de haber conocido a Liz. Todos tendremos un recuerdo muy especial de ella, pero, sobre todo, Peter, nos acordamos de ti y estás muy presente en mis pensamientos y oraciones en estos momentos tan angustiosos. Pensé que podrías encontrar una pequeña pizca de consuelo en este breve trozo de verso profundamente sabio de William Blake y, junto con esto, adjunto algunas “cosas de Highgrove” como muestra de mi inmenso y afectuoso pésame.
La muerte de la princesa Diana fue una desgracia que conmocionó a todo el mundo. Desde entonces son muchas las teorías y suposiciones que sobrevuelan al rey Carlos III. Pero se ha conocido recientemente el dolor que sintió el entonces príncipe de primera mano. A raíz de una subasta, se ha desenterrado una carta de su puño y letra que ofrece un emotivo vistazo a su estado anímico tras la trágica muerte.