Manchas, dientes pintados o etiquetas olvidadas: los problemas de los royals con sus looks
Desde Isabel II a la reina Letizia, son muchos los reyes, reinas, príncipes y princesas que se han enfrentado a uno de esos momentos 'tierra trágame'
Los royals son humanos, y tenemos pruebas de ello. Atrás quedan aquellas ideas ancestrales sobre la divinidad de sangre de los miembros de la realeza. Y como cualquier persona, cometen errores y tienen despistes, sobre todo con la ropa. Desde Isabel II a la reina Letizia, son muchos los reyes, reinas, príncipes y princesas que se han enfrentado a uno de esos momentos 'tierra trágame'. Hoy los repasamos en Vanitatis.
Para el almuerzo previo a la entrega del Premio Cervantes, la Reina eligió un makeup marcado, con los ojos oscurecidos y los labios en un tono rosado que acabó en sus dientes. Si hubiera llevado mascarilla, el incidente hubiera pasado desapercibido, pero las cámaras captaron el incidente durante el besamanos, aunque después ya, sentada en la mesa, lucía su dentadura perfecta, por lo que suponemos que alguien la ha avisado.
Hace un año, en octubre de 2020, doña Letizia vivió en sus carnes una situación similar en los Premios de la Moda. ¿Su elección para la cita? Una falda plisada en color dorado de Massimo Dutti y una blusa negra, que quizá tuvo mucho más protagonismo del que su propietaria hubiera querido. Y es que las luces de los flashes de los fotógrafos hicieron que se adivinara un sujetador de color claro bajo la tela negra.
El caso más parecido a Letizia es el de Victoria de Suecia, quien en un viaje a Corea del Sur en 2015 dejó ver más de lo que quería. Ella puso un jersey negro y un sujetador blanco y las luces de los fotógrafos hicieron el resto. Una imagen que sorprendía, mucho además, ya que la heredera sueca suele ser bastante recatada y clásica a la hora de vestir y no es muy normal que lleva transparencias o escotes, por ejemplo.
Pero quizá aún más grave que el de las dos anteriores es el caso de Meghan Markle, a quien las transparencias jugaron una mala pasada durante su viaje por Oceanía, el primero oficial que hacía al extranjero como duquesa de Sussex. El último día del tour lució un impecable conjunto de Givenchy, un look de diez si no fuera porque el punto de la falda era tan fino y transparente que dejaba ver su ropa interior, dejando más bien poco a la imaginación.
Lo curioso es que este despiste no fue el único que tuvo Meghan Markle durante esa gira, que era una especie de presentación al mundo. Solo un par de días antes había aterrizado en Tonga, otra de las paradas del tour, con la etiqueta colgando de su vestido. Eso sí, consiguió que la marca responsable, Self-Portrait, fuera conocida en todo el mundo gracias a este descuido.
Y nos quedamos en la familia real británica para seguir hablando de despistes estilísticos reales. La siempre prefecta Kate Middleton también ha tenido lo suyo. El aire y las faldas de vuelo no son buena combinación y ella sabe mucho de eso, ya que no le ha pasado solo una vez que el viento haya levantado su falda más de lo que quería. Un problema que lleva evitando desde hace unos años colocando pequeñas pesas en lugares escondidos de su ropa, como costuras o dobladillos.
Pero para desastres estilísticos, el que protagonizaba el difunto príncipe Enrique de Dinamarca, esposo de la reina Margarita, en 2011. En la gala de Año Nuevo -que desgraciadamente este año se ha cancelado a causa del coronavirus-, aparecía perfectamente uniformado con un chaqué negro y diferentes galones. Pero se olvidó de abrocharse la bragueta de los pantalones, algo que no pasó desapercibido para los medios daneses, que no tardaron en sacarlo en portada.
Nos quedamos con la familia real danesa para recordar una anécdota que protagonizó la princesa Mary en 2010, cuando se encontraba de viaje oficial por Estados Unidos junto al príncipe Federico. La pareja visitaba el cementerio de Arlington cuando un traspiés hizo que la futura reina consorte perdiera un zapato, mostrando así un no muy estético pie, y que volvió a ponerse entre risas.
Y volvemos a suelo patrio para recordar uno de los descuidos más curiosos y surrealistas dentro de la familia real. Corría el año 2013. El rey Juan Carlos había sido operado del tendón de Aquiles y su familia no dudó en ir a visitarlo a la clínica Quirón. La sorpresa vino con la imagen de la reina Sofía, que llevaba sin darse cuenta un rulo de color verde enganchado en su abrigo.
Y nos quedamos con quizá el descuido royal quizá más sorprendente, por el carácter hierático y férreo de su protagonista. El príncipe Pablo de Grecia organizó hace más de una década una fiesta por el 70 cumpleaños de su padre, el rey Constantino, en su residencia londinense. Una de las invitadas fue la reina Isabel II, que debió sufrir durante la velada un pequeño incidente, ya que al abandonar la fiesta y despedirse del homenajeado, presentaba en su ropa unas enormes manchas que parecían de aceite.
Sin duda, momentos 'tierra tràgame' también para los miembros de la realeza.
Los royals son humanos, y tenemos pruebas de ello. Atrás quedan aquellas ideas ancestrales sobre la divinidad de sangre de los miembros de la realeza. Y como cualquier persona, cometen errores y tienen despistes, sobre todo con la ropa. Desde Isabel II a la reina Letizia, son muchos los reyes, reinas, príncipes y princesas que se han enfrentado a uno de esos momentos 'tierra trágame'. Hoy los repasamos en Vanitatis.
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