Así se gestó la reconciliación pública de la infanta Cristina y Felipe VI: en una comida en Zarzuela

Hubo un tiempo en el que lo anormal se convirtió en la normalidad. El rey Felipe VI no se hablaba con su hermana la infanta Cristina, con quien había sido uña y carne. Ese escenario parecía condenado a mantenerse, infinito, hasta que el matrimonio de la Infanta e Iñaki Urdangarin se rompió y la ‘oveja negra’ desapareció de sus vidas. Lo normal, es decir, que los hermanos tengan relación, volvió a ser lo habitual.

Es un clásico cuando se pregunta al círculo que rodea a la familia del Rey; siempre proponen un sencillo ejercicio: “Piensa en una familia normal, en cómo funcionan, y así no fallarás nunca”. De este modo explican, por ejemplo, la reaparición de la infanta Cristina junto a su hermano, el Rey. Hacía tiempo que no se les veía juntos, ni siquiera en citas familiares, así que el pasado sábado, cuando llegaron en el mismo coche con Felipe VI al volante a la boda de Victoria López-Quesada, muchos se sorprendieron.

Pocos recordaron que los motivos por los que doña Cristina había quedado fuera de su familia eran los desmanes de Iñaki Urdangarin, ahora su exmarido. Tampoco se hacía referencia a las veces que ambos se han visto, aunque no hubiera cámaras delante, y de las que aquí en Vanitatis hemos dado cuanta. Este verano, sin ir más lejos, la Infanta estuvo unos días en Mallorca, de visita, y se encontró con su hermano y su cuñada, la reina Letizia, con quienes compartió espacio y tiempo sin problema alguno.

Comidas, meriendas, cenas...

La puesta en escena de este sábado, señalan fuentes solventes, es “de lo más natural en una familia normal que se ha reconciliado después de unos años de desavenencias, y ya está”. Cuando la Infanta viaja a España desde Ginebra, cosa que hace continuamente, se instala en el Palacio de la Zarzuela, la residencia de su madre, la reina Sofía. Y allí se organizan comidas, cenas, meriendas y todo tipo de reuniones, como sucede en tantas casas de abuelos españoles.

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El sábado no fue una excepción y quienes allí estaban comieron juntos. Los tres hermanos, Elena, Cristina y Felipe, con su madre, doña Sofía, su hermana, la princesa Irene, y algunos nietos, como Juan e Irene Urdangarin y Victoria de Marichalar. Una vez terminó el almuerzo, y ya arreglados para la boda de su familiar Victoria López-Quesada Borbón-Dos Sicilias, la familia se repartió en varios coches. Juan e Irene, por ejemplo, iban en el Volvo de su madre (que no suyo); el Rey y su hermana Cristina iban en un coche del monarca, y la infanta Elena y su hija Victoria se trasladaron con el coche de la familia.

"Normal"

“No hay que darle más vueltas, todo es relajado y normal”, insisten las citadas fuentes. “Hubo un tiempo en el que se creó un cordón sanitario por razones obvias y que ya no hace falta nombrar de nuevo [hagámoslo, porque el Caso Nóos y la declaración judicial de la Infanta casi acaban con la Corona], pero ese momento ya se ha superado y poco a poco las relaciones entre los hermanos se han restablecido”.

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¿Volverán las relaciones a ser como eran antes? Preguntamos a las fuentes que conocen bien a la familia y sus recovecos. “No, no, eso no, no es posible, nada volverá a ser como antes, aunque don Felipe y doña Cristina siempre fueron unos hermanos muy unidos, con una relación muy estrecha, y eso ha pesado en el momento de volver a entenderse, pero como antes… no”.

Camino lento y certero

Los pasos que han ido acercando a la infanta Cristina a su familia han sido lentos y certeros. El palacio de Marivent, en Palma, ha servido para que algunos encuentros se produjeran entre paredes silenciosas que nunca contarán lo sucedido. Así fue ya hace dos veranos, cuando la hija ‘catalana’ de los reyes eméritos se vio con su hermano en Palma.

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Cabe recordar además que por mucho que la familia Urdangarin de Borbón estuvo años sin poder mantener relaciones públicas con la Familia Real, sí que ha habido algunos encuentros, sobre todo con los cuatro hijos del exmatrimonio. Juan, Pablo, Miguel e Irene nunca han dejado de visitar tanto Marivent como Zarzuela, donde sus abuelos, primero, y su abuela sola, después, tienen su residencia. La reina Sofía ha trabajado siempre por mantener cierta unidad familiar, en especial para que sus nietos tengan una buena relación de primos, algo que ha logrado en gran parte.

Momentos críticos

Así pues, el camino estaba ya podado para que el Rey y su hermana se entiendan de nuevo. Y eso que, no lo olvidemos, en 2015 la despojó del título de duquesa de Palma por los delitos cometidos por su marido. La guerra fue cruenta y los desplantes de doña Cristina para defender a Urdangarin ante los ataques de su familia fueron tan sonados que el enfrentamiento llegó a la prensa. El día en el que Felipe VI anunciaba que su hermana dejaba de ser duquesa, ella misma mandaba un comunicado a un medio de comunicación para negar la mayor y asegurar que había sido ella quien había renunciado al título. Este es acaso el capítulo álgido del desencuentro que ha durado años y que ya no existe.

El acercamiento ha sido lento y se ha fraguado discretamente: la pasada primavera vimos otro momento clave, cuando la Infanta acudió en Madrid a una cita presidida por su hermano y organizada por La Caixa, donde ella es la directora del Área Internacional.

Sin agenda oficial

¿Volverá a la agenda institucional? Eso tampoco va a suceder, indican fuentes cercanas y solventes, la Familia Real está formada por los Reyes, sus hijas y la reina Sofía; el resto son Familia del Rey, y como tal, no entran en la agenda de la Casa.

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R. R.

Si las infantas Elena y Cristina aparecen en actos públicos es por su condición de presidentas de honor de distintos organismos, añaden. La infanta Elena, por ejemplo, lo es del Comité Paralímpico Español y por ese cargo viaja cada Juegos Olímpicos para acompañar a los deportistas. La infanta Cristina preside, por ejemplo, la Fundación Gala Salvador Dalí, y por ese cargo ha estado en varias presentaciones este año.