El rey Juan Carlos, a solo 24 kilómetros de su nieta, la princesa Leonor: su nueva visita a Galicia

Apenas les separan 30 minutos por carretera, pero no hay visos de que haya un encuentro fugaz entre ambos. El rey Juan Carlos se encuentra estos días a 24 kilómetros de su nieta, la princesa Leonor, dado que ha realizando una nueva visita a Galicia, la decimocuarta a nuestro país desde que se instaló en Emiratos Árabes y la séptima en lo que va de año.

Teniendo en cuenta estos números, el hecho de que esté de nuevo en suelo español ya no supone ninguna novedad. Pero sí es la primera que Juan Carlos I viaja a Sanxenxo mientras la princesa Leonor está instalada en la Escuela Naval de Marín, donde ingresaba a finales de agosto.

De ahí que la pregunta esté en el aire: ¿habrá un encuentro entre abuelo y nieta? Hace dos años, en una de sus visitas, el Rey emérito hizo todo lo posible para ver a su nieto Pablo Urdangarin, cuando disputaba un partido de la liga de balonmano en Pontevedra. Si solo tenemos en cuenta el factor distancia, parece que don Juan Carlos no lo tiene precisamente difícil, pero las circunstancias de una y otra relación son muy diferentes.

Además de que la que tiene con sus nietos Marichalar y sus nietos Urdangarin es mucho más cercana -de hecho, el propio Pablo ha viajado en más de una ocasión a Emiratos para visitarlo-, no podemos olvidar que Leonor es la heredera y desde la monarquía siempre se ha intentado separar la figura del rey Juan Carlos de la actual institución, por lo que no parece un encuentro muy factible.

Los horarios de la Princesa de Asturias en la Escuela Naval, además, son estrictos y el tiempo libre no le sobra precisamente, nada más que los fines de semana. Aunque se prevé que su abuelo paterno permanezca en Sanxenxo mínimo hasta el sábado 6 de octubre, cuando finaliza el segundo de los torneos en el que tiene previsto participar, el campeonato europeo de la clase 6mR.

Antes, lo hará en el campeonato que lleva su nombre, que comienza este viernes y termina el domingo, con la entrega de trofeos, de la que se encargará él mismo. Dos citas deportivas que son el motivo principal de este séptimo viaje del Rey emérito a nuestro país en lo que va de año, ya que ha venido tanto a Galicia como a Madrid.

Un viaje que comenzaba este lunes a media tarde, cuando don Juan Carlos aterrizaba, como siempre, en el aeropuerto de Vigo. Allí, a pie de pista, se repetía una imagen que hemos visto en todas las anteiores ocasiones. Tras bajar del avión privado en el que hace sus traslados internacionales, saludaba con afecto a Pedro Campos, amigo íntimo y anfitrión de sus estancias en Galicia.

Un rato más tarde, tras el trayecto por carretera hasta Sanxenxo, veíamos a ambos accediendo a la casa que se convierte en su cuartel general durante sus visitas a tierras gallegas. Un chalet del que don Juan Carlos solo suele salir para entrenar, competir o, mucho menos a menudo de lo que le gustaría, degustar la gastronomía de la zona, de la que es apasionado.

Aunque la agenda deportiva está copada desde el viernes, no se descarta que haga una pequeña escapada a Madrir el jueves, cuando tiene lugar el funeral por Juan Miguel Villar Mir, empresario fallecido el pasado julio con el que tenía una relación más que estrecha.