Kate Middleton recupera su icónico anillo de compromiso tras cuatro meses sin ponérselo

Es una de las joyas de pedida que todo el mundo reconocería. Hablamos de la que el príncipe Guillermo utilizó para declararse a su actual esposa, la misma con la el rey Carlos hizo lo propio con la princesa Diana. Una sortija tan apreciada por su propietaria que es raro que se la quite, pero una razón de peso la ha llevado a prescindir de ella durante un tiempo. Ahora, Kate Middleton ha recuperado su icónico anillo de compromiso tras cuatro meses sin ponérselo.

Ha sido en los actos por el Día del Recuerdo, uno de los escasos compromisos en los que veremos a la princesa de Gales en lo que queda de año, siguiendo así ese deseo de, tras su enfermedad y tratamiento, retomar su agenda muy poco a poco. De riguroso negro por el carácter de las dos citas, en sus looks destacó ese anillo de compromiso tan reconocible, compuesto por un gran zafiro de ceilán rodeado de pequeños diamantes.

Hasta no hace mucho, ver la pieza no era en absoluto una novedad. Desde que lo llevara por primera aquel 16 de noviembre de 2010 durante el anuncio de compromiso, prácticamente nunca se lo ha quitado. Pero es verdad que en sus útlimas apariciones, vimos que Kate Middleton había decidido prescindir de su anillo, sustituyéndolo por las llamadas 'bandas de la eternidad'.

Lo llevó por última vez a mediados de julio, durante la final de Wimbledon, y después no lo volvimos a ver. Ni en el vídeo con el que felicitó al equipo olímpico británico, ni en el que publicaban para anunciar que había terminado el tratamiento de quimioterapia. Tampoco en ese encuentro que tuvo con otra enferma de cáncer en Kensington ni el pasado octubre, cuando visitaba junto al príncipe Guillermo Southport.

Así, han sido cuatro meses sin ver en su dedo este icónico anillo que ha recuperado este fin de semana. Hay algunos motivos por los que podría habérselo quitado durante este tiempo, pero todo apunta a que se ha hecho un reajuste de las medidas, ya que la princesa de Gales ha adelgazado tras someterse a quimioterapia y quizá ha tenido que hacerlo algo más pequeño para que no se le saliera.

No es algo nuevo, ya que, para poder lucirlo tras el anuncio de compromiso, también Kate tuvo que ajustárselo. Hay que tener en cuenta que la princesa de Gales no fue su primera destinataria, sino que, 30 años antes, fue Diana de Gales quien lo estrenó.

Su historia es, cuando menos, curiosa, ya que es uno de los pocos anillos de compromiso que lucen las royals que no son piezas exclusivas. Tampoco fue elegido por el futuro novio para su amada, sino que la propia Diana Spencer lo escogió del catálogo de Garrard, la joyería de la Casa Real británica.

Tras la muerte de la princesa Diana, sus dos hijos heredaron buena parte de su colección de joyas y, curiosamente, este anillo fue a parar a manos del príncipe Harry. Pero, algunos años después, cuando su hermano mayor le contó que tenía previsto pedir matrimonio a su novia, el ahora duque de Sussex no lo dudó y le cedió esta pieza mítica de su colección.

Eran otros tiempos, en los que los hermanos eran inseparables y la brecha que hay ahora entre ellos era impensable. Y, aunque Meghan Markle también ha lucido muchas joyas de la princesa Diana, no hay duda que esta es la más reconocible e icónica, precisamente por el significado que tuvo en su momento, como símbolo del amor de los príncipes de Gales.