La mirada de Charlène a su cuñada Estefanía, el abrigo de lujo de Gabriella y otros detalles que no vimos del Día Nacional de Mónaco

Es, sin duda, la fecha más señalada para la familia Grimaldi, que cada 19 de noviembre celebra el Día Nacional de Mónaco dejándonos numerosos detalles que en un primer momento pasan inadvertidos. Esta vez, tenemos que hablar de una mirada de Charlène a su cuñada, la princesa Estefanía, más que significativa o del abrigo de lujo con el que la pequeña Gabriell se unió a los festejos.

Porque los dos hijos de Charlène y Alberto se convirtieron en los protagonistas de la jornada desde muy temprano, al ser una imagen de los dos niños en la escalinata de palacio la elegida para felicitar el día a los monegascos desde las redes sociales de la institución. Un abrigo de Dior en color azul hecho a medida mostraba, una vez más, los exclusivos gustos de la princesa para su armario y que ha extendido al vestidor de Gabriella.

Jacques, como es habitual desde hace unos años, lucía el uniforme de los carabinieri, dado que tendrá que asumir el mando de los cuerpos de seguridad del Principado cuando su padre, el príncipe Alberto, ya no esté condiciones. Un papel para el que ya le están 'entrenando', aunque durante las celebraciones del Día Nacional ese rol le traía algún que otro problema, ya que no sabía muy bien si tenía que hacer el saludo militaro quedarse quieto, dándonos un divertido momento.

Parece que, finalmente, Jacques tenía claro lo que tenía que hacer y ha dirigido el tradicional saludo militar a su padre cuando éste volvía de pasar revista a los carabinieri, provocando la risa del príncipe Alberto, también orgulloso por el gesto de su hijo y heredero.

Y tenemos que hablar mucho de miradas, porque la complicidad que hay entre los miembros de la familia Grimaldi ha quedado grabada en pequeños gestos, unos más evidentes, otros más imperceptibles.

Uno de ellos ha sido protagonizado por Carlota Casiraghi, su cuñada, Beatrice Borromeo, y su hijo pequeño, Balthazar. No sabemos qué le pasaría al niño, fruto de la relación de Carlota con Dimitri Rassam, pero las dos parecían preocupadas por él. La italiana dirigía una cariñosa al niño, acariciándole la cabeza, y después a su madre, que hacía exactamente lo mismo, muy pendiente del pequeño.

Y otra mirada que ha captado nuestra atención, aunque por un motivo distinto, es la que han mantenido otras dos cuñadas, Charlène y Estefanía, en la catedral de Santa Devota, donde ha tenido lugar el Te Deum con el que empiezan las celebraciones del Día Nacional.

La esposa y la hermana de Alberto de Mónaco hacían gala de la buena relación que tienen, más estrecha aún desde que la sudafricana estuviera enferma, y no han parado de mirarse sonrientes y hacerse algunos comentarios en los primeros minutos del servicio religioso. De hecho, hemos visto a una Charlène mucho más sonriente de lo habitual en esta cita, en la que el rictus serio llegaba a ser casi un protagonista más.

Y si ya hemos hablado de la hija, la esposa y una de las hermanas del príncipe Alberto, tenemos que hablar de la que es otra de las mujeres de su vida, su hermana mayor, Carolina de Mónaco. Porque la todavía princesa de Hannover -título que sigue ostentando al no estar divorciada del príncipe Ernesto de Hannover- no ha dudado en entonar cada una de las piezas del repetorio musical que ha sido la banda sonora de la jornada.

No solo durante la misa, sino también en el Palacio Grimaldi, la princesa Carolina ha demostrado que conoce muy bien su papel y ha cantado con emoción desde el himno nacional a otras piezas musicales interpretadas, primero por el coro y después por la banda de música de los carabinieri.

Ha sido precisamente en el Palacio Grimaldi donde hemos visto los looks de las invitadas a las celebraciones en todo su esplendor. Del dos piezas en color lavanda de Charlène al abrigo que Carlota Casirahi ha convertido en minivestido, todas han estrenado interesantes diseños para este gran día. Todas a excepción de Alexandra de Hannover, la hija pequeña de Carolina de Mónaco, que ha rescatado un diseño de lo más especial.

La joven no lo ha dudado y ha lucido un conjunto que perteneció a su abuela, Grace Kelly. Un traje de falda y chaqueta de tela ligeramente satinada en color marrón, con cuello camisero y botonadura frontal, con esa silueta 'new look' tan propia de los 50 y de estrellas de Hollywood como lo fue la mítica actriz. Ha sido ella misma a través de sus redes sociales la que ha desvelado la elección estilística que ha hecho tan significativa.

Llegaba después uno de los momentos más esperados, con la salida al balcón de palacio de toda la familia. O mejor dicho, la salida a barios balcones. Porque, como es habitual, uno estaba ocupado por los príncipes Alberto y Charlène con sus dos hijos; otro por Carolina de Mónaco y su familia; y otro, por Estefanía de Mónaco con los suyos. Pero tampoco ha faltado parte de la familia Wittstock, ya habituales en esta cita.

Como siempre, la salida al balcón también nos ha dejado bonitas imágenes. Una de ella protagonizada por madre e hija, Charléne y Gabriella, cogidas de la mano mientras disfrutaban del momento. La sudafricana también nos ha dejado otro de los detalles del Día Nacional, ya que se ausentaba durante unos minutos de la foto familiar.