De Alexandra de Hannover con un look vintage a la elegancia en negro de Beatrice Borromeo: los vestidos de gala en el Día Nacional de Mónaco
Como colofón a su día grande, el Principado de Mónaco organizó una gala llegada la noche y las mujeres de la familia desempolvaron algunos de sus mejores vestidos de gala
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Ayer se vivió un nuevo día para el recuerdo en el Principado de Mónaco. Como es tradición, la familia real monegasca se reunió para celebrar su día nacional. Desde bien temprano a primera hora de la mañana y encabezados por Alberto II y Charlène, las princesas Carolina y Estefanía, acompañadas de sus hijos y sus nietos, se dieron cita en una misa en la catedral. Ataviadas con estilismos de invierno, las mujeres de la familia Grimaldi volvieron a demostrar por qué son unas de las royals mejor vestidas y más admiradas por sus looks.
Una vez llegada la noche y con la ausencia de Carlota Casiraghi, que aunque sí asistió a la misa con un abrigo de Chanel, no hizo acto de presencia en la fiesta, se celebró una gala en el centro cultural Forum Grimaldi. La ocasión perfecta para desempolvar algunos de sus mejores vestidos de gala.
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Haciendo gala de su estilo minimalista y depurado, la princesa Charlène apostó por un vestido en azul noche dotado de un patrón de líneas sofisticadas. De cuello redondo, con una manga capa y otra corta drapeada, el vestido se ceñía a la cintura para dar paso a una falda en línea evasé hasta rozar el suelo. Completó el look con unos pendientes de brillantes y un bolso de mano en color negro. Un outfit que seguía la pauta del que lució por la mañana, un dos piezas en lila con pantalón.
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Considerada como una de las revelaciones fashionistas de la temporada, su pasión por la moda vintage volvió a llevar a Alexandra de Hannover a rescatar un vestido de gala de los archivos de Giambattista Valli, uno de sus diseñadores fetiche. Si por la mañana había presumido de estilo con un traje de chaqueta con falda en marrón chocolate que perteneció a su abuela, Grace Kelly, para hacer acto de presencia en la cena de gala viajó hasta 2017 para recuperar este modelo de color granate. Con un escote palabra de honor decorado con flores en 3D y una silueta escalonada, la hija de Carolina de Mónaco volvió a llamar la atención a cuenta de su look.
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Su madre, la princesa Carolina, apostó por el mismo color que su cuñada, la princesa Charlène. No es el único detalle que conecta a la monegasca con un miembro de la realeza: resulta que su vestido es de una de las marcas británicas preferidas de Kate Middleton, es de Jenny Packham. Valorado en 3.900 euros y fabricado con un material bordado con lentejuelas en azul noche, es un modelo que presenta el cuello cerrado a la caja, abertura en el escote, mangas amplias, corte en la cintura y falda recta. Lo combinó con un bolso trenzado de Bottega Veneta.
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Tatiana Santo Domingo, mujer de Andrea Casiraghi, no dudó en llevar un vestido de su marca de moda, de Muzungu Sisters. Convertida en la mejor embajadora y modelo de sus diseños, el que escogió para la cena de gala en el Día Nacional de Mónaco estaba confeccionado con un tejido de terciopelo en verde esmeralda, su cuello era redondo, contaba con unos paneles joya en los hombros, manga corta y falda escalonada formada por cuatro capas de volantes.
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Por último, Beatrice Borromeo, que acudió sin su marido, Pierre Casiraghi. Como imagen de Dior, la italiana repitió firma para la fiesta celebrada de noche. Muy elegante y sofisticada, la nuera de la princesa Carolina escogió un vestido negro que formó parte de la última colección resort de la maison francesa. Aliándose del terciopelo como Tatiana Santo Domingo, su traje presentaba un collar joya incorporado, mangas capa, cuerpo ceñido y falda con cola. Un bolso de mano con asa corta en el mismo color, en negro, y unas joyas muy discretas, pusieron el broche a su look.
Ayer se vivió un nuevo día para el recuerdo en el Principado de Mónaco. Como es tradición, la familia real monegasca se reunió para celebrar su día nacional. Desde bien temprano a primera hora de la mañana y encabezados por Alberto II y Charlène, las princesas Carolina y Estefanía, acompañadas de sus hijos y sus nietos, se dieron cita en una misa en la catedral. Ataviadas con estilismos de invierno, las mujeres de la familia Grimaldi volvieron a demostrar por qué son unas de las royals mejor vestidas y más admiradas por sus looks.