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Reaparición de Rajwa de Jordania: otras princesas de Oriente Próximo que fueron noticia por sus misteriosas desapariciones
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MONARQUÍA HERMÉTICA

Reaparición de Rajwa de Jordania: otras princesas de Oriente Próximo que fueron noticia por sus misteriosas desapariciones

La nuera de Rania se ha reincorporado a la agenda real, pero su ausencia ha recordado a nombres como Basma de Arabia Saudí, cuyo arresto domiciliario cumple ahora cinco años

Foto: Rajwa de Jordania en su última aparición. (Gtres)
Rajwa de Jordania en su última aparición. (Gtres)

La reciente reaparición de Rajwa de Jordania tras meses de ausencia vuelve a destacar el hermetismo que caracteriza a muchas casas reales de Oriente Próximo. En el caso de la nuera de Rania, su desaparición se atribuye a su reciente maternidad: la princesa Iman nació en agosto. Sin embargo, este tipo de ausencias han adquirido tintes más dramáticos en la historia de otras princesas árabes, como Basma de Arabia Saudí o Shamsa y Latifa de Dubái, cuyos casos han estado marcados por secuestros, detenciones y denuncias de violaciones de derechos humanos.

Rajwa: el regreso tras el nacimiento de su hija

Desde el nacimiento de su hija Iman, Rajwa se había mantenido prácticamente fuera del ojo público, salvo en contadas ocasiones, como un partido de fútbol en octubre junto a su esposo, el príncipe Hussein. La atención de los medios se ha centrado de unos meses para acá en la escasa presencia de la princesa con Imán en las imágenes oficiales. Mientras el resto de la familia presumía en sus redes de la pequeña, sobre todo el heredero al trono y la reina Rania, no hay retrato oficial de madre e hija juntas en el que ella sostenga a la bebé. Ni siquiera el día de su nacimiento, cuando aparecieron los integrantes de la Corona junto con fotógrafos y cámaras de televisión para hacerse fotos en las que no aparece la recién parida.

placeholder Rajwa y Hussein, con la princesa Iman. (Instagram: @alhussein)
Rajwa y Hussein, con la princesa Iman. (Instagram: @alhussein)

La reaparición de Rajwa esta semana en un acto solemne en el Parlamento jordano marcó su regreso a la vida pública. También llamó la atención por su cambio de imagen. Luciendo un cabello más oscuro, la princesa parece haber dejado atrás los meses de perfil bajo, relacionados con el delicado equilibrio que implica ser madre en una familia real de tanta exposición mediática como la hachemita.

Aunque su ausencia se explica en el contexto de su reciente maternidad —se presupone que haya sido debido a los estándares de belleza a los que están sometidas estas mujeres—, ninguna fuente oficial ha dado explicaciones sobre el tema. De igual manera que pasó tras su boda, cuando la nuera de Abdalá II se apartó de la agenda para cuidar a su padre, que falleció meses más tarde. Su caso ilustra el hermetismo que rodea a estas monarquías. Esto se evidencia aún más en las historias de Basma bint Saud y las hermanas Shamsa y Latifa Al Maktoum, donde el misterio y las restricciones han llevado a la comunidad internacional a cuestionar el respeto a los derechos humanos.

Basma de Arabia Saudí: tres años de detención injustificada

Basma bint Saud, conocida por sus opiniones reformistas, es la hija más pequeña de los 115 descendientes que tuvo el rey Saud bin Abdulaziz Al Saud que reinó once años (1953-1964). Estudió medicina y sicología en la Universidad Árabe de Beirut, es madre de cinco hijos y está divorciada desde 2010. Desapareció en marzo de 2019 junto a su hija mayor.

placeholder La princesa Basma en una foto de archivo. (Gtres)
La princesa Basma en una foto de archivo. (Gtres)

Se disponía a viajar a Europa, exactamente a Ginebra, para recibir tratamiento médico, cuando ambas fueron detenidas abruptamente. Con la excusa de que el príncipe heredero y su primo, Mohamed bin Salmán, quería reunirse con ella, las sacaron de casa. La pesadilla empezó entonces cuando las encarcelaron en la prisión de Al Hayar, donde permanecieron casi tres años sin cargos formales ni juicio.

Su privación de libertad fue atribuida a un intento de salir del país sin autorización y con un pasaporte falso, aunque se especula que su activismo y su defensa de una monarquía constitucional en Arabia Saudí pudieron haber sido las verdaderas razones detrás de su arresto. A pesar de sus críticas, Basma siempre proclamó su lealtad a la familia real, en un esfuerzo por equilibrar su voz con la cautela que exige la política interna del reino.

placeholder Basma bint Saud en 2017. (Instagram / @princess.basmah)
Basma bint Saud en 2017. (Instagram / @princess.basmah)

Durante su detención, denunció abusos y condiciones inhumanas, incluyendo la falta de acceso a atención médica adecuada, a pesar de sus delicados problemas de salud. Su liberación, a principios de 2022, marcó el fin de una etapa de sufrimiento que incluyó llamamientos públicos desesperados de clemencia a su primo y su tío, el entonces rey de Arabia Saudí: “Espero que encuentren en sus corazones el sentido de la justicia que debe impregnar a todo musulmán en Ramadán. Mi salud se sigue deteriorando, lo que me puede llevar a la muerte. Estoy muy grave”.

Shamsa y Latifa: las princesas silenciadas de Dubái

Las hermanas Shamsa y Latifa Al Maktoum, hijas del jeque Mohammed bin Rashid Al Maktoum, representan dos de los casos más estremecedores de desapariciones en monarquías árabes. Shamsa, con apenas 19 años, escapó en el 2000 de una residencia familiar en Surrey, Reino Unido, buscando libertad frente a las estrictas restricciones de su entorno. Durante seis semanas logró mantenerse fuera del alcance de su familia, viajando hasta Cambridge. Sin embargo, en esa ciudad su libertad llegó a su fin.

placeholder El emir de Dubái, en una imagen de archivo. (Getty)
El emir de Dubái, en una imagen de archivo. (Getty)

Shamsa fue interceptada por cuatro hombres enviados por su padre. Estos sujetos la amenazaron con armas, la secuestraron y la trasladaron a una propiedad de su padre en Newmarket. Allí me pusieron dos inyecciones y me dieron un puñado de pastillas. La mañana siguiente vino un helicóptero y me llevaron a un avión, en el que me devolvieron a Dubái. Desde entonces sigo encerrada”, explicó en un correo electrónico que envió en febrero de 2001 a un abogado especializado en inmigración en Londres. Desde entonces, permanece desaparecida del ojo público.

No fue hasta 2018 cuando aparecieron nuevas noticias sobre la royal, gracias a un vídeo grabado por su hermana, la princesa Latifa. Su hermana denunció que Shamsa estaba siendo drogada para doblegar su voluntad y relató que había estado encerrada durante ocho años. Lo hizo con un motivo: también tenía planeado escaparse y quería advertir al mundo de los peligros que corría.

Tres años más tarde volvió a intentarlo: envió una carta a las autoridades británicas solicitando la reapertura del caso de su hermana. En el mensaje, instaba: “Todo lo que os pido es que prestéis atención a su caso, porque podríais conseguir su libertad”. Latifa denunció que Shamsa seguía prisionera en Dubái, sometida a torturas, incomunicada y vigilada constantemente.

La familia real emitió un comunicado asegurando que a la princesa la “estaban cuidando en casa”, pero no aportó ninguna prueba de vida, algo que reclamaron incansablemente tanto el Alto Comisionado para los Derechos Humanos de la ONU como el Gobierno británico.

placeholder Latifa de Dubái disfruta de uno de sus caballos. (EFE)
Latifa de Dubái disfruta de uno de sus caballos. (EFE)

Latifa, por su parte, intentó huir en 2018, tras el vídeo en el que denunció que ambas habían sido sometidas a abusos y privaciones. Su intento de fuga fue de película. Ayudada por el exespía francés Hervé Jaubert, atravesó la frontera de su país escondida en los neumáticos de un coche. Después alquiló una moto acuática con la que llegó a un yate estadounidense ubicado en aguas internacionales. La embarcación puso rumbo a la India, donde su huida fue frustrada por un operativo internacional de los servicios secretos de su padre.

Así terminó en una ‘villa cárcel’ en Dubái donde permaneció cautiva. “Todas las ventanas están cerradas con barrotes. Hay cinco policías afuera y dos mujeres policías dentro de la casa. Y ni siquiera puedo salir a tomar aire fresco. Estoy haciendo este vídeo desde un baño porque esta es la única habitación con una puerta que puedo cerrar con llave. Soy un rehén. No soy libre”, relataba. La agencia de Derechos Humanos de la ONU intervino e investigó su caso y consiguió una victoria por vía judicial.

Con la ayuda del testimonio Haya de Jordania, sexta mujer de Mohamed bin Rashid, Tribunal Superior de Londres declaró culpable a su padre de ordenar su secuestro y el de su hermana. Desde entonces su realidad ha cambiado y está en libertad. En abril de 2023, la joven abrió su cuenta de Instagram en la que escribió: “Mi vida ha cambiado de muchas maneras y espero con ansias el próximo capítulo. Vivo en Dubái la mayor parte del año y también puedo viajar, que es lo que quiero”.

La reciente reaparición de Rajwa de Jordania tras meses de ausencia vuelve a destacar el hermetismo que caracteriza a muchas casas reales de Oriente Próximo. En el caso de la nuera de Rania, su desaparición se atribuye a su reciente maternidad: la princesa Iman nació en agosto. Sin embargo, este tipo de ausencias han adquirido tintes más dramáticos en la historia de otras princesas árabes, como Basma de Arabia Saudí o Shamsa y Latifa de Dubái, cuyos casos han estado marcados por secuestros, detenciones y denuncias de violaciones de derechos humanos.

Familia Real de Jordania
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