Charlène de Mónaco, impresionante con un vestido de gala tipo esmoquin, corsé joya y pendientes de diamantes

No hay color entre la Charlène de Mónaco que vimos este domingo por la noche en la entrega de unos premios de rugby a la Charlène de 2021, recién llegada de Sudádrica. Hace tres años, y tras un largo periodo en su país natal del que no podía salir debido a una infección ORL, la princesa tuvo que ser ingresada en una clínica suiza a causa a problemas mentales. Con el paso del tiempo la exnadadora se ha ido recuperando, y buena prueba de ello es su reciente aparición, en la que la se ha mostrado feliz y segura de sí misma, además de muy estilosa con un vestido de gala tipo esmoquin con corsé joya.

La esposa del príncipe Alberto no quiso perderse un acto dedicado a uno de sus deportes favoritos, el rugby. La princesa presidió la entrega de los World Rugby Awards, en Montecarlo. La ceremonia se celebró bajo el patronazgo de la princesa y festejó los logros en el campo de juego, así como a aquellos que hicieron una contribución destacada a esta disciplina.

Charlène se decantó por un vestido de Alexander McQueen, la firma británica que tanto gusta a Kate Middleton. Se trata de un diseño de estilo esmoquin con una estructura muy marcada. Hecho con la alabada sastrería característica de la marca, está confeccionado en lana gran de poudre y presenta ribetes de mezcla de seda, abertura en la falda y un pronunciado escote terminado en V.

La princesa le añadió al vestido esmoquin un top tipo corsé lleno de pedrería, también de Alexander McQueen. Sin mangas, tiene escote corazón cierre de cremallera en la espalda, corte en el abdomen. Fabricado en Italia, su precio es de 15.000 euros, una cifra nada elevada para el armario de la princesa Charlène, quien suele lucir diseños de grandes firmas como Akris, Armani o Dior.

Con este corsé Charlène presumió de escote, algo nada habitual entre las mujeres de la realeza; sin embargo, ya sabemos que la monarquía en Mónaco es mucho más abierta que en el resto de Europa, también en cuestiones de moda.

La princesa completó su estilismo con unos salones de Christian Dior, realizados de satén negro, con puntera en punta, tira y hebilla en el tobillo. Como únicas joyas, la esposa del príncipe Alberto llevaba unos vistosos pendientes de diamantes en forma de flor. El resultado es un estilismo de 10 con el que Charlène estaba arrebatadora.