Mary de Dinamarca desafía al frío con abrigo verde, tacones grises y perlas para recibir al presidente de Egipto

Cuando se trata de relaciones diplomáticas, poco importan las temperaturas. Y este mes de diciembre hay muchas visitas de Estado de las que estamos pendientes. Tras la del emir de Catar a Reino Unido y el sultán de Omán a Bélgica, ha llegado el turno de los reyes daneses que han recibido al presidente de Egipto en Copenhague. Una cita que ha estado marcada por el frío, al que Mary de Dinamarca ha desafiado con un abrigo verde, tacones grises y perlas.

Los 4 de media de este viernes, con viento y una sensación térmica mucho menor, han hecho que veamos una imagen de la reina Mary muy invernal, aunque en diferentes fases, ya que la mañana ha estado dividida en varias citas y en algunas de ellas el protocolo la limitaba para poder resguardarse del frío.

Uno de esos momentos ha sido la bienvenida oficial al presidente de Egipto en Amalienborg, donde hemos visto a la australiana con un abrigo verde de The Fold que conocíamos bien, ya que es el mismo que lució durante la visita de Estado de los reyes Felipe y Letizia, en noviembre del año pasado. Un modelo de silueta cruzada y falda ligeramente acampanada que le favorece mucho.

Aunque, en esta ocasión, en lugar del sombrero por el que optó para recibir el año pasado a los Reyes de España, ha preferido rescatar de su fondo de armario un tocado con volumen que estrenó hace diez años durante una visita a Canadá y que se había quedado en el baúl de los recuerdos. El color, el gris, el mismo que ha elegido para los tacones y la falda de su atuendo, que asomaba unos centímetros por debajo del abrigo.

El gris ha sido el elegido también para una prenda de abrigo extra de la que ha tenido que echar mano para protegerse un poco más del frío. Y es que, para visitar Kastellet, la ciudadela de la capital danesa donde tiene lugar la tradicional ofrenda floral que se hace en las visitas de Estado, ha tenido que ponerse un chal para resguardarse de las bajas temperaturas.

No dudamos de que no ha sido fácil soportar el gélido viento, puesto que en la puerta de Amalienborg se podía ver a Mary con la nariz ligeramente roja, ya que, en ese momento, no podía ponerse nada más de abrigo por cuestiones de etiqueta. Sí ha podido protegerse las manos con unos guantes de piel en un color ligeramente más oscuro que el abrigo.

En este caso, y a la espera de las grandes joyas que pueda lucir este viernes durante la cena de gala, en ese plano la reina danesa ha sido de lo más discreta. Solo unos pendientes de perlas que ya le hemos visto en numerosas ocasiones, un modelo muy sencillo y recurrente que va bien con casi todo.

Sí ha llamado la atención el broche, en forma de flor y compuesto por brillantes, ya que no es una de las piezas por las que Mary de Dinamarca suela optar para grandes ocasiones como esta.

Por lo demás, un look sin muchas sorpresas. Y es que es difícil pillar a la australiana en un renuncio en cuanto a estilismos, especialmente cuando se trata de una cita marcada, como esta, por un estricto protocolo, en la que se ciñe a la etiqueta y el ojo experto de su estilista para estar perfecta.