Enfermedad, denuncias, agresiones, muertes... Los royals también han llorado en 2024
De la familia real británica a la española o la noruega, son pocas las casas reales que se han librado de alguna desgracia este año
Las vidas de reyes, príncipes y princesas suelen proyectarse envueltas en un halo de perfección que no siempre responde a la realidad. Ofrecer una buena imagen al público es la obsesión de todas las casas reales, pero lo cierto es que en el seno de estas reconocidas familias, también se viven desgracias y polémicas que, quieran o no, terminan trascendiendo.
Este año 2024 no han sido pocas las situaciones desagradables a las que numerosos miembros de la realeza europea se han tenido que enfrentar y que han ocupado cientos de titulares.
Este resumen que hacemos a continuación es la prueba de que el poder y el dinero no garantizan la felicidad.
Enfermedad
El 2024 comenzó con una sorprendente noticia sobre Carlos III y Kate Middleton que marcaría su vida privada y pública el resto del año. El 17 de enero, Kensington Palace anunció que la princesa de Gales se encontraba ingresada en The London Clinic, donde se había sometido a una operación abdominal.
Nueve días después, el rey Carlos III ingresaba en el mismo centro para someterse a una operación de próstata.
Llamó la atención el secretismo en torno al estado de salud de la esposa del príncipe Guillermo y a sus apariciones públicas. La princesa no se dejó ver en ningún momento. Muy distinta fue la manera de tratar la intervención de su suegro, Carlos III, del que se ofreció más información y al que se le vio acceder y abandonar el hospital.
Las especulaciones en torno a la figura de Middleton comenzaron a dispararse.
Mientras todo esto ocurría, el 21 de enero, Sarah Ferguson anunció que padecía cáncer de piel y explicó que la “angustiosa” noticia le llegó pocos días después de Navidad y tras haber finalizado recientemente un tratamiento para el cáncer de mama.
Fue el 5 de febrero cuando Carlos III anunció que padecía cáncer mientras continuaba el hermetismo en torno a su nuera. Numerosas teorías de la conspiración se dispararon. Se llegó a decir que Middleton se estaba separando del príncipe Guillermo y que incluso existía una doble que estaba protagonizando las escasas apariciones que había realizado desde su salida del hospital. La credibilidad de la monarquía británica comenzó a ponerse en duda y fue el 22 de marzo cuando la propia Kate Middleton decidió explicar qué estaba ocurriendo realmente. Fue entonces cuando comunicó al mundo que padecía cáncer.
Polémicas
Debido a la dura realidad que vivía la princesa de Gales, surgieron varias polémicas en el seno de la familia real británica. El fallo de comunicación existente en la manera de tratar su enfermedad generó una bola de nieve que cada vez se hizo más grande. Al hermetismo inicial, se sucedieron una serie de hechos que contribuyeron a que la imagen de la institución se manchase cada vez más.
Tras su operación abdominal, Middleton desapareció del ojo público. Fue el 4 de marzo cuando ‘TMZ’ publicó la primera fotografía de la princesa desde su salida del hospital. Aparecía sentada en un coche, junto a su madre. La imagen era lejana y difusa y hubo quien creyó que no era ella.
Cuatro días después y ante las cada vez más alocadas teorías que surgieron, Kensington decidió publicar una fotografía de la princesa con motivo del Día de la Madre, para demostrar que todo estaba en orden y que la esposa del príncipe Guillermo se encuentra bien. En la imagen, Kate aparecía junto a sus hijos en Adelaide Cottage, pero varias agencias de comunicación pronto percibieron que se trataba de una fotografía editada. El revuelo fue tal que decidieron eliminarla de sus bancos de imágenes acusando a la casa real británica de manipulación.
La polémica alcanzó niveles insospechados, por lo que la propia Kate Middleton se vio obligada a salir al paso. Confesó que ella misma había editado la imagen y pidió disculpas.
Con la credibilidad de los príncipes de Gales en entredicho, fue el 22 de marzo cuando Kate Middleton decidió contar su dura realidad. La princesa padecía cáncer y se encontraba en medio de un duro y largo tratamiento de quimioterapia.
A partir de entonces, la presión mediática cedió. La princesa logró finalizar su tratamiento y realizar, poco a poco, apariciones públicas sin ser cuestionada.
Otro miembro de la familia real británica que se ha visto envuelto en varias polémicas este año ha sido el príncipe Andrés. Comenzaba el 2024 salpicado, de nuevo, por el caso Epstein. La denuncia contra él por agresión sexual ya había sido archivada tras llegar a un acuerdo con la víctima que la interpuso, pero el hecho de que el hermano de Carlos III apareciera en los documentos sobre el caso Epstein publicados por el tribunal de Nueva York, en enero de 2024, avivó el problema de nuevo.
En los mismos se relacionaba al hijo de Isabel II con actos de abuso sexual y con la participación en una orgía con menores. Una fuente cercana al príncipe aseguró en Daily Mail que éste se encontraba “devastado” ante las nuevas informaciones.
Esta nueva polémica obligó a Carlos III a intensificar sus planes para expulsar a su hermano de Royal Lodge, la mansión de Windsor donde reside el príncipe Andrés, una pugna entre los dos hermanos que se alargó durante todo el 2024, ya que el padre de la princesa Beatriz de York y de la princesa Eugenia de York nunca ha estado dispuesto a dejar lo que considera su hogar.
Por si esto no fuera poco, el pasado 14 de diciembre, la BBC y medios británicos como Daily Mail desvelaron que existe una investigación abierta por el hecho de que un asesor financiero del polémico príncipe era un espía chino. A este poderoso empresario se le prohibió la entrada a Reino Unido por motivos de seguridad nacional, pero lo cierto es que, durante años, logró codearse con las altas esferas del Reino Unido, hasta el punto de que creó grandes vínculos con el príncipe Andrés.
El escándalo fue mayúsculo y la oficina del Duque de York se vio obligada a emitir un comunicado. Aseguraron que Andrés cesó todo contacto con este empresario en cuanto fue advertido por el Gobierno de la cara oculta de este asesor chino. Añadieron que las reuniones de él con el príncipe solo se produjeron “por canales oficiales” y que en las mismas no se trató “nada de naturaleza sensible”.
El año tampoco comenzó bien para la familia real de Mónaco. En enero, Claude Palmero, la persona que estuvo cargo de las finanzas del palacio durante más de dos décadas y que fue cesado de su cargo tras aparecer en un sitio web anticorrupción así como posteriormente denunciado penalmente por el príncipe Alberto, se tomó su particular revancha.
Este antiguo gran confidente de la princesa Charlène publicó en el diario francés 'Le Monde' una serie de graves acusaciones en las que detallaba cómo su antiguo jefe gastaba, supuestamente, millones de euros cada año que salían de una cuenta bancaria secreta para pagar a sus antiguas amantes. La esposa de Alberto de Mónaco tampoco salía bien parada. Palermo aseguraba también que la princesa Charlène gastaba millones de euros en sus asuntos personales, como, por ejemplo, en redecorar su villa de vacaciones en Córcega o en obsequiar con suculentas cantidades a familiares suyos en Sudáfrica.
La casa real española tampoco se ha librado de sonadas polémicas en este 2024, con la figura de don Juan Carlos en el centro.
El romance que mantuvo con Bárbara Rey mientras estaba casado con la reina Sofía no era ningún secreto. Era algo sabido desde hacía años. Las que nunca habían visto la luz eran las fotografías que confirmaban dicho romance. Fueron publicadas, por primera vez, en el mes de septiembre de este año a través de la revista holandesa ‘Privé’. En las fotos inéditas, vendidas por Ángel Cristo Jr., hijo de la exvedette, se podía ver al hoy rey emérito en casa de Bárbara Rey. Ambos compartían besos, arrumacos y una paella cocinada por la artista, en 1994.
Tras este hecho insólito, ‘OkDiario’ sacó a la luz varios audios de conversaciones telefónicas que la exvedette grabó mientras hablaba con el rey Juan Carlos. En ellas, el padre del rey Felipe VI hablaba de su nula relación sentimental con la reina Sofía e incluso de asuntos políticos.
Denuncias y agresiones
El mes de marzo saltó a los titulares una desagradable situación impensable en el seno de una familia real. Un vídeo se hacía viral en redes sociales. En él aparecía el príncipe Leka de Albania, grabado por él mismo, en el que se apreciaba un violento encuentro con su exmujer y su exsuegro mientras visitaba a su hija, la princesa Geraldine, siguiendo lo establecido en la custodia.
En las imágenes, la madre de la niña, Elia Zaharia, divorciada del príncipe a principios de año, y su padre Gjergj Zaharia, se enfrentaban con violencia Leka de Albania. Ambos le insultaban y Gjergj llegó incluso a coger un trozo de madera para golpear a su ex.
Tras estos hechos, el príncipe decidió acudir a una comisaría para entregar el vídeo e interponer una denuncia. Cuál fue su sorpresa al ver que, a las pocas horas, esas imágenes que había entregado a los cuerpos de seguridad estaban circulando en redes sociales.
Pero sin duda, una de las polémicas más perturbadoras surgidas este 2024 ha sido la protagonizada por el hijo de la princesa Mette-Marit, Marius Borg, quien fue detenido en el mes de agosto, acusado de agredir a su exnovia. Una semana después de su arresto, confesó los abusos y también el consumo de alcohol y cocaína.
Los problemas para Marius Borg crecieron en noviembre, cuando fue detenido e ingresado en prisión preventiva tras varias acusaciones de violación de tres mujeres y de agresiones físicas a tres exparejas.
Las informaciones sobre él han supuesto el mayor escándalo que ha salpicado a la familia real noruega este año, que ha resultado especialmente doloroso para su madre. Sin embargo, a finales de octubre, otra polémica surgía. Un hombre denunció a Durek Verrett, el chamán con el que se casó este verano la princesa Marta Luisa, por una presunta agresión sexual ocurrida en 2015. Joakim Boström, un ciudadano sueco de 49 años, le acusó de presunta manipulación y agresión sexual. La denuncia fue admitida a trámite y Verrett no tardó en contratar a un abogado.
Muertes
Muchos miembros de diferentes familias reales han llorado este año la pérdida de algún ser querido.
En el mes de febrero se anunció el fallecimiento de Thomas Kingston, marido, desde marzo de 2019, de Gabriella Windsor, prima segunda de los príncipes Guillermo y Harry, a la edad de 45 años. El yerno de los príncipes de Kent fue encontrado en la mansión de sus padres, en Gloucestershire. Su muerte resultó “impactante” e “inesperada” para todos sus familiares, tal y como comunicaron desde Kensington y estuvo rodeada de gran misterio, ya que nunca se ofrecieron detalles de qué le había ocurrido.
El 1 de marzo fueron miembros de la familia de Felipe VI los sacudidos por la desgracia. Fernando Gómez-Acebo, hijo pequeño de la infanta Pilar, moría a los 49 años de edad. El primo de Felipe VI y sobrino del rey Juan Carlos luchaba desde hacía mucho tiempo contra una insuficiencia respiratoria crónica.
Poco más de seis meses después, la tragedia volvía a cebarse con la familia. El 12 de agosto fallecía el mayor de los hijos varones de la infanta Pilar y Luis Gómez Acebo, Juan Gómez-Acebo, a los 54 años tras no superar un cáncer que padecía. De nuevo, el rey Felipe VI perdía a otro querido primo hermano.
A finales de junio fue el rey Mohamed VI de Marruecos el que lloró por la pérdida de su madre, Lalla Latifa Amahzoune, fallecida a los 78 años de edad.
A finales de julio, el mazazo le llegaba a la reina Sofía, quien perdía a su tío, el príncipe Miguel de Grecia, el 28 de julio 2024, a quién le unía un estrecho vínculo.
El pasado 4 de diciembre, era la familia real sueca la que enfrentaba la triste noticia del fallecimiento de la princesa Birgitta, la segunda hija del príncipe heredero Gustavo Adolfo y la princesa Sibila, una de las hermanas mayores del rey Carlos XVI Gustavo de Suecia, tía paterna de Victoria, Magdalena y Carlos Felipe, y viuda del príncipe alemán Juan Jorge de Hohenzoller.
La royal falleció a los 87 años de edad en Mallorca, lugar en el que residía.
Las vidas de reyes, príncipes y princesas suelen proyectarse envueltas en un halo de perfección que no siempre responde a la realidad. Ofrecer una buena imagen al público es la obsesión de todas las casas reales, pero lo cierto es que en el seno de estas reconocidas familias, también se viven desgracias y polémicas que, quieran o no, terminan trascendiendo.
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