La familia real belga se da cita para recordar a sus difuntos: del abrigo militar de Matilde a la reaparición de Delphine
Los reyes Felipe y Matilde han presidido una misa en recuerdo a los familiares fallecidos. Han asistido Alberto y Paola así como los hermanos del monarca, incluida Delphine
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Cada 17 de febrero, la familia real belga se reúne para recordar a sus fallecidos. No es una fecha aleatoria; fue el día en el que, en 1934, Alberto I murió en un accidente de alpinismo. Desde entonces, se ha convertido en tradición que los miembros de la casa real se encuentren en una misa que se celebra en la iglesia de Notre Dame de Laeken y en la que la reina Matilde ha vuelto a dar una lección de estilo, con un abrigo de inspiración militar en azul marino.
La cita este año ha reunido a los reyes Felipe y Matilde con Alberto y Paola y a ella no han faltado Laurent, hermano del monarca, y Claire, su esposa, así como Delphine y su marido, James O'Hare. Las únicas y sorpredentes ausencias las han protagonizado la princesa Astrid, hermana de Felipe, y su esposo, el archiduque Lorenzo de Austria-Este, quienes habitualmente siempre acuden a esta cita religiosa.
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Los reyes, como manda el protocolo, los actuales reyes han sido los últimos en entrar en la iglesia para la misa, en la que habitualmente Matilde vestía solo de negro. Sin embargo, en los últimos años la hemos visto pasándose al gris, y en esta ocasión ha optado por el azul marino con un abrigo con doble botonadura en color dorado. Lo ha combinado con un tocado a juego y salones de tacón alto.
Alberto y Paola han sido recibidos entre vítores por el público congregado a las afueras de la iglesia. A sus 90 años, el que fuera rey titular de los belgas durante casi 20 años, se ha mostrado sonriente, aunque algo frágil de salud, sobre todo por sus problemas de movilidad, pues tenía que andar con un bastón y para subir las escaleras ha necesitado el brazo de un ayudante.
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Una situación parecida a la de su esposa, la bella Paola, quien también se apoyaba en un bastón y a la que también han ayudado a subir y más tarde a bajar las escaleras de la iglesia. La reina, como su marido, acumula un largo historial médico, entre caídas y operaciones, pero de momento parece que va recuperándose.
Poco después de la llegada de los reyes eméritos, han hecho su aparición Delphine y su marido. Desde que el juez le dio la razón en 2020, confirmando que es hija biológica de Alberto II, es habitual que la princesa acuda a actos oficiales; sin embargo, en noviembre del año pasado hubo una polémica tras unas declaraciones en las que aseguraba que no querían invitarla más.
El hecho de no figurar en la lista de asistentes al Día del Rey, una celebración que consiste en una misa en honor al monarca, al que acude su familia pero no Felipe, provocó que Delphine estallara. ‘'La prensa me volvió a recordar ayer por qué no fui invitada a celebrar el Día del Rey. La razón es que no percibo dotación como mis hermanos y hermana. El hecho es que no soy bienvenida porque, esencialmente, cuando nací mis padres no estaban casados", explicó en sus redes sociales.
"Vuelvo a escribir esto y sigo alzando la voz porque los niños no eligen las circunstancias en las que nacen. Nuestra sociedad y nuestras leyes deben reflejar valores que acojan a los niños por igual, tanto si nacen en el matrimonio, en terceras nupcias, en cuartas nupcias, fuera del matrimonio, como si son adoptados o lo que sea. Espero que algún día nuestros líderes en el gobierno, la sociedad y la iglesia se tomen estas verdades en serio", finalizaba.
🇧🇪 Prince Laurent en Princess Claire
— [Wim Dehandschutter] (@WDehandschutter) February 18, 2025
🪦 Traditionally members of the Belgian royal family gather mid February at the Notre-Dame de Laeken church for a remembrance mass in honour of all deceased family members.
👑 February 17 marks the day King Albert I died accidentally in 1934 pic.twitter.com/6FLpad7XAE
Parece que su enfado dio frutos, pues este martes no ha faltado a la misa en recuerdo a los familiares fallecidos, como una más de la familia. El que tampoco se ha ausentado ha sido el polémico príncipe Laurent, quien ha llegado algo malhumorado, acompañado por su siempre sonriente esposa, la princesa Claire.
Cada 17 de febrero, la familia real belga se reúne para recordar a sus fallecidos. No es una fecha aleatoria; fue el día en el que, en 1934, Alberto I murió en un accidente de alpinismo. Desde entonces, se ha convertido en tradición que los miembros de la casa real se encuentren en una misa que se celebra en la iglesia de Notre Dame de Laeken y en la que la reina Matilde ha vuelto a dar una lección de estilo, con un abrigo de inspiración militar en azul marino.