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Los 65 años del príncipe Andrés, el hijo adorado por la reina Isabel y repudiado por el resto
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UNA FIESTA DE BAJO PERFIL

Los 65 años del príncipe Andrés, el hijo adorado por la reina Isabel y repudiado por el resto

Al menos de puertas para fuera y de cara a la opinión pública, es como si no existiera la figura del duque de York, especialmente desde el fallecimiento de su madre

Foto: El príncipe Andrés, durante la coronación de su hermano, el rey Carlos III. (Reuters/Kirsty Wigglesworth)
El príncipe Andrés, durante la coronación de su hermano, el rey Carlos III. (Reuters/Kirsty Wigglesworth)

Caído en desgracia. Son las tres palabras que, en los últimos cinco años, han servido a los medios para referirse al hermano del rey Carlos III. El mismo que, de cara al público y de puertas para fuera, es como si no existiera. Ni siquiera por sus 65 años, que cumple hoy, tiene pinta de que la cosa vaya a cambiar. Porque el príncipe Andrés fue el hijo adorado por la reina Isabel, pero repudiado por el resto. Siempre en pos de la Corona.

En un día como hoy y cumpliendo una cifra tan simbólica, hubiera estado prevista una gran fiesta, tañido de campanas en la abadía de Westminster y hasta nuevos nombramientos militares para el cumpleañero, incluso títulos, como pasó en el último cumpleaños del príncipe Eduardo. Pero eso no ha sido así. Y no ha sido Carlos III el primero que retira estos honores, sino que su madre ya 'castigó' a su tercer hijo por sus problemas relacionados con el caso de pederastia de Jeffrey Epstein.

Lo hizo en 2019, poco después de que Andrés ofreciera esa entrevista a la BBC para explicar su relación con Epstein y su supuesta implicación en esa trama de tráfico sexual de menores. Su aparición en televisión pretendía lavar su imagen, pero el efecto fue todo lo contrario. Así que las consecuencias no se hicieron esperar.

placeholder El príncipe Andrés, en Sandringham en 2023. (Gtres)
El príncipe Andrés, en Sandringham en 2023. (Gtres)

Eso sí, solo consecuencias oficiales e institucionales. Se le retiraron sus títulos militares, sus patrocinios y hasta el tratamiento de Alteza Real. Pero la situación de puertas para dentro esta diferente. Seguía siendo el ojito derecho de la reina Isabel, que ha tapado algunos de los escándalos, incluyendo el pago de la millonaria cantidad a la que tuvo que hacer frente para librarse del juicio por abuso de menores, tras ser denunciado por una de las chicas de la red de Epstein, Virginia Roberts.

Pero claro, ese amparo que tenía el príncipe Andrés, aunque fuera en privado, ya no existe desde el fallecimiento de la reina Isabel. De hecho, el actual monarca, su hermano mayor, no ha dudado en quitarle aún más privilegios, como su seguridad privada o el millón de libras que cuesta su nivel de vida en Royal Lodge, la casa de Windsor donde aún vive y de la que se comentó que Carlos III pretendía echarle.

Así que las palabras 'caído en desgracia' resumen muy bien, desde luego, lo que han sido los últimos años para el príncipe Andrés. Aunque lo cierto es que las causas para su situación actual no han sido avatares del destino y pura mala suerte, sino que él mismo no ha manejado las cosas como debería.

Foto: El príncipe Andrés, en una imagen de archivo. (Getty Images)

De hecho, los escándalos protagonizados por el duque de York no terminaron con su vinculación con Epstein y la denuncia de Virginia Roberts. Recientemente, salió a la luz que se estaba llevando a cabo una investigación sobre uno de sus asesores financieros, al que apuntaban como un espía chino. Una noticia que dejó aún más claro a Carlos III que su hermano era contraproducente para la imagen de la Casa Real.

Así las cosas, el príncipe Andrés se ha convertido en el príncipe repudiado. A nivel público e institucional, ningún miembro de la familia quiere saber nada de él y solo ha participado en citas con marcado carácter familiar, como el funeral de la reina Isabel, la misa que se hizo en honor al rey Constantino de Grecia o la coronación del rey Carlos, aunque aquí relegado a un discretísimo plano y al mismo nivel del príncipe Harry.

Y por supuesto, no se esperan grandes celebraciones. Algunos medios británicos hablan de una reunión íntima con algunos familiares y amigos, sin que se haya podido confirmar y que es quizá un apunte que atiende más a la lógica y al patrón de los últimos años que a información real.

placeholder El príncipe Andrés, junto a sus dos hijas, en la boda del príncipe Harry y Meghan Markle. (Gtres)
El príncipe Andrés, junto a sus dos hijas, en la boda del príncipe Harry y Meghan Markle. (Gtres)

Pero lo que es seguro es que no habrá ni campanadas en Westminster, ni nuevo títulos militares ni una fotografía oficial del príncipe Andrés distribuida por la Casa Real con motivo de su cumpleaños, como sí ha pasado, sin irnos muy lejos, con el reciente cumpleaños de su cuñada, la duquesa de Edimburgo.

Lo que también es seguro es que, en el día que cumple 65 años, el hermano mediano del rey Carlos sigue siendo el repudiado de la Casa Real, siempre de puertas para fuera. Lo que sí mantiene intacto es el apoyo férreo de sus dos hijas, Eugenia y Beatriz, que ya le han convertido en abuelo de cuatro nietos, y de su ex, Sarah Ferguson.

Un núcleo duro que suple esa retirada de privilegios que se notará hoy más que nunca, en el 65º cumpleaños de un príncipe que institucionalmente ya no existe.

Caído en desgracia. Son las tres palabras que, en los últimos cinco años, han servido a los medios para referirse al hermano del rey Carlos III. El mismo que, de cara al público y de puertas para fuera, es como si no existiera. Ni siquiera por sus 65 años, que cumple hoy, tiene pinta de que la cosa vaya a cambiar. Porque el príncipe Andrés fue el hijo adorado por la reina Isabel, pero repudiado por el resto. Siempre en pos de la Corona.

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