Máxima de Holanda brilla en Nueva York con un vestido de encaje floral y deslumbrantes zafiros

La reina volvió a viajar al extranjero tras una breve estancia en su país después de unas vacaciones de esquí en Austria con su familia. Puso rumbo a Washington, donde sorprendió con un look natural. Como defensora especial del Secretario General de las Naciones Unidas para la Salud Financiera (UNSGSA), reapareció con diferentes líderes económicos, como el director del Banco Mundial. Lo hizo a cara lavada, pero ese cambio no duró en el tiempo, ya que tan solo dos días después, ha vuelto a apostar por el maquillaje. Inicialmente, optó por un rostro sin maquillaje, pero esta decisión fue efímera. Cinco días después, volvió a su rutina de maquillaje.

Con motivo de su traslado a Nueva York, la Reina visitó el Centro de Historia Judía en Manhattan para ver la exposición sobre Ana Frank. La muestra recorre la vida de la joven e incluye una réplica a tamaño real del Anexo Secreto, el escondite de ella y su familia. Un recorrido que realizó junto al director general de la Fundación, Ronald Leopold. Tras ello, se reunió con estudiantes de la escuela secundaria Great Neck North High School con el objetivo de preservar la conciencia histórica.

Para el acto, Máxima rescató el vestido de Óscar de la Renta en crepé con encaje floral bordado. Un diseño que destaca con escote redondo, mangas largas y corte en A que le favorece con un dobladillo que cae por debajo de la rodilla. Un diseño que estrenó en 2022, pero que destacó en el transcurso de la conferencia conmemorativa del aniversario del Instituto Nacional de Información Presupuestaria, celebrada en Utrech en abril pasado.

Para combatir el frío, se puso unos guantes negros y lució unos pendientes de zafiros modificables de la joyería mexicana Berger. Estos pendientes pueden adaptarse para incluir un hilo adicional con 26 piedras preciosas, alcanzando un total de 12 quilates. En el interior, la Reina portaba en su muñeca su reloj Tank de Cartier, un diseño que también conquistó a Jackie Kennedy y Emmanuel Macron.

Es habitual que Máxima utilice sombreros en actos inaugurales, pero en esta ocasión decidió prescindir de este accesorio para evitar que el ala del tocado formase sombras en su rostro. Un complemento que, a diferencia de otras royals europeas, la reina de Países Bajos suele utilizar con bastante frecuencia, aunque durante estos días en Estados Unidos parece que no ha querido sacarlo de su maleta.