Los 18 años de Simeón Hassan, hijo de Kalina de Bulgaria y Kitín Muñoz: del origen de su nombre a sus sorprendentes padrinos

Una vida a caballo entre Bulgaria, Marruecos y Madrid. Nieto de un rey destronado y ahijado de un monarca en el trono. Son algunas de las curiosidades que han marcado la vida del único hijo de Kalina de Bulgaria y Kitín Muñoz, Simeón Hassan, que cumple este viernes 18 años. Una vida corta, pero no por eso menos intensa y con datos tan curiosos como el origen de su nombre o quiénes son sus sorprendentes padrinos.

Esa vida nómada que tanto les gusta a sus padres, ambos amantes de la aventura, ha forjado el carácter y la personalidad del joven Simeón, aunque tanto Kitín como Kalina le han inculcado otros valores que ellos, a su vez, han mamado de sus respectivas familias. Especialmente algo en lo que Kitín le ha insistido desde pequeño, tal y como confesaba en una entrevista a Vanitatis: "Ser respetuoso y agradecido con el don que Dios le ha dado, que es la vida".

Si hay un hito que, especialmente para Kalina, es importante, es el hecho de que su hijo fuera el primer miembro de la familia real búlgara en nacer en su país de origen en 70 años. Precisamente, su abuelo, el rey Simeón, era el último que lo hacía. Llegó después la deposición de la monarquía, el regreso del monarca depuesto a su tierra, su incursión en política y, en los últimos años, unas raíces recuperadas como una metáfora de un círculo que se cierra.

Ya prácticamente desde su nacimiento, Simeón tuvo presentes sus vínculos con diferentes casas reales, con el ferviente deseo de su madre de que creciera y viviera las tradiciones familiares que los reyes Simeón y Margarita, debido al exilio y a la caída de la monarquía, no pudieron seguir.

Así lo declaró ella misma poco antes del bautizo del niño, que fue toda una declaración de intenciones. Primero, por el escenario, la ermita del palacio de Tsarska Bistritsa. Ya era, en aquel momento, conde vivían Kalina y Kitín, pero la sombra del exilio lo acompañaba. Antes de la caída del trono, había sido la residencia de invierno de la familia real búlgara y no se recuperó hasta poco antes del bautizo, tras una largo proceso que terminó con la devolución de las escrituras de la propiedad al rey Simeón.

Otro de los detalles que marcaron el carácter real de la celebración fue los padrinos que Kalina y Kitín eligieron para su hijo. La madrina fue la princesa Irene, hermana de la reina Sofía, una persona muy querida y respetada tanto en los Borbón, como en los Sajonia-Coburgo-Gotha como, por supuesto, entre sus sobrinos, los hijos de Constantino de Grecia. El padrino, más simbólico que otra cosa, Mohamed VI, que no pudo ejercer.

La versión oficial para su ausencia fueron compromisos ineludibles. Él mismo pidió que le sustituyera en funciones el abuelo de la criatura, el rey Simeón, anfitrión a su vez de una celebración muy íntima y que nada tuvo que ver, al menos en número de invitados, con la de la boda de Kalina y Kitín, celebrada seis años antes en el mismo lugar y con 500 invitados.

Pero no podemos pasar por alto tampoco el nombre del cumpleañero, Simeón Hassan, en honor a dos reyes. Uno, el abuelo materno del niño; otro, Hassan, el padre del actual monarca alauita, por los vínculos que tanto Kalina como Kitín tienen con el reino. No solo el aventurero nació en Marruecos, sino que su amor por el país es tal que no dudaron en instalarse allí durante más de diez años.

Aman sus costumbres y tradiciones, su folclore y siempre se han sentido en el país como en casa, pero en la mente de Kalina siempre estuvo el regresar a Bulgaria, algo que hizo realidad en 2020. Volvía así a un hogar que nunca había abandonado del todo, por ese empeño del rey Simeón de que la familia no se olvidara de sus raíces.

De hecho y como cerrando un círculo perfecto, Kalina no dudó en realizar una serie documental bajo el amparo de la UNESCO, de la que su marido, Kitín Muñoz, es embajador de buena voluntad. A través de ella, dieron a conocer todo el patrimonio de Bulgaria y que es un gran desconocido para el resto del mundo.

Y entre Marruecos, España y Bulgaria, el pequeño, ahora ya joven, Simeón Hassan, siempre con sus padres y forjando poco a poco una personalidad cosmopolita y abierta, tal y como el matrimonio le ha enseñado a ver el mundo. "Es muy educado y sociable. Es sensato, tranquilo y cariñoso", nos contaba Kalina en otra entrevista a Vanitatis.

La familia ha preferido no desvelar si habrá una gran celebración, como correspondería a un nieto de un rey, aunque ese rey ya no tenga trono. Sí habrá fotografías que podremos ver pronto de un joven Simeón Hassan que ha heredado de sus padres, sobre todo, el respeto por las raíces, la vida y la historia familiar.