El último look de Matilde de Bélgica, al detalle: un bolso ‘sold out’ y pendientes del joyero que enamoró a Carmen Lomana

Semana non-stop para la familia real belga. Si este pasado jueves 13 de marzo Sus Majestades presidían el tradicional concierto de primavera en el Palacio Real de Bruselas, menos de 24 horas después la reina Matilde volvía a aparecer y lo hacía además en otra ciudad. La esposa del rey Felipe se desplazaba hasta Brujas para participar por décima vez en la ‘Semana del Cuidado’, la cual tiene como objetivo principal poner de relieve el sector del cuidado, resaltando tanto sus contribuciones positivas como los desafíos que sigue enfrentando.

Por ello, de la mano de la iniciativa de la organización sin ánimo de lucro ‘Dag van de Zorg’ visitaba una residencia especializada en la acogida y el apoyo a adultos con discapacidades múltiples. Siguiendo el lema de este año: "todos somos embajadores", la royal quiso no sólo descubrir las instalaciones y a sus residentes, sino también meterse por un momento en la piel de sus trabajadores; brindándoles todo el apoyo necesario.

Como suele ser habitual durante los actos de las mujeres pertenecientes a cualquier casa real, la cita también estuvo protagonizada a nivel mediático por el look escogido por Su Majestad para la ocasión. Concretamente, se trata de un traje de chaqueta lila de su diseñador fetiche, Edouard Vermeulen; creador de la firma Natan, el cual estrenó el pasado diciembre de 2024 durante su visita a la exposición ‘Paul Delvaux y su universo’ en el museo La Boverie de Lieja.

Este sofisticado modelo sastre, conformado por unos pantalones flare de pinzas y una original blazer de manga tres cuartos, hombrera estructurada, solapa corta, cinturón a conjunto y base de esencia peplum, fue finalizado por diversos accesorios de tonalidad gris. Precisamente, tras ellos -obviando el pañuelo-, se encuentra el verdadero interés estilístico de su apuesta.

En primer lugar, encontramos un bolso de mano gris con solapa y asa superior de piel con efecto cocodrilo de Giorgio Armani, el cual lleva años descatalogado en las tiendas de la maison italiana. La única forma de poder conseguir esta pieza es a través de la venta de artículos de lujo de segunda mano, donde su precio ronda los 1.800 euros. Por si fuera poco, Matilde de Bélgica tiene este mismo complemento en múltiples colores.

Por otro lado, también debemos destacar sus pendientes turquesa de Percossi Papi, una firma de joyería italiana con una gran relación con la Corona belga. Tal y como contó su creadora, Diego Percossi Papi, en una entrevista a ‘Vanity Fair’, durante sus viajes a Italia la reina Paola de Bélgica hacía unas visitas reservadas a su taller, ubicado en pleno corazón de Roma. De allí se llevaba gargantillas, pendientes, broches y brazaletes. Sin embargo, no fue la única mujer que cayó fascinada ante su trabajo. Siguiendo lo relatado por el creativo, la mismísima Carmen Lomana hizo lo propio después de haber visto una foto de “unos pendientes sol y luna míos”. Actualmente, les une una estrecha amistad.