Los planes de Leonor y sus compañeros en tierra firme: hoteles, excursiones y llamadas al comandante

El buque escuela Juan Sebastián de Elcano continúa con su periplo con la princesa Leonor a bordo en su calidad de guardiamarina. En la escala en Montevideo (Uruguay) hubo una jura de bandera en la que participaron cuarenta y cinco españoles residentes en ese país. Igual que ya hizo el rey Felipe en marzo de 1987, la heredera fue la abanderada en ese acto solemne que se realizó en la cubierta del velero con la presencia de la ministra de Defensa, Margarita Robles.

Es la última vez que se ha visto oficialmente a la heredera al trono. Según confirman a Vanitatis, en Elcano se mantiene la misma agenda para la heredera que para el resto de sus compañeros. A pesar de que los responsables de las embajadas españolas en las ciudades donde atraca el buque escuela estaban organizando más actos de lo habitual en otros años para que participara la princesa, ya se avisó a las delegaciones de que no habría más actividades por el hecho de la presencia de Leonor.

Como el resto de sus compañeros, cuando está en tierra la guardiamarina Borbón Ortiz está en la lista de comisión (así se denomina).Todos tienen que realizar una actividad en casa puerto (ella fue abanderada en Uruguay) y, después de ello, ya no hay más responsabilidades. Una vez en tierra, es obligatoria una guardia para todos los alumnos, que puede consistir en enseñar el barco a los invitados que suban a bordo.

Una información que ya adelantó Vanitatis y que supone una atracción para los visitantes. En Lima, por ejemplo, en el viaje anterior de Elcano, hubo diez mil visitantes en cinco días. Aunque la Princesa de Asturias podría ser un reclamo, si no le toca esa comisión, realiza otras funciones.

Llamada al comandante

Una vez superada esa tarea, los guardiamarinas tienen tiempo libre, y lo único que deben hacer es una llamada de teléfono al comandante de brigada antes de las diez de la mañana si no duermen en el barco. Además, deben haber comunicado previamente el nombre del hotel donde se hospedan. Lo habitual es haber reservado alojamiento en la ciudad donde se encuentren destinados.

El establecimiento elegido suele ser de una categoría superior, y en ocasiones la recomendación viene de antiguos guardiamarinas que hicieron la misma travesía. Cada uno se paga su estancia. En el Elcano no hay gastos y, por lo tanto, los guardiamarinas tienen el sueldo íntegro (algo menos de dos mil euros) para permitirse ese lujo.

“Lo que se hace es compartir una habitación con un compañero. En el caso de la Princesa, con una compañera. Una de las razones para que no sean individuales es que, al estar tan acostumbrados a la compañía, la soledad se lleva mal lejos de la familia. Y Leonor añora a los suyos igual que el resto. Hay un sentimiento de amistad muy importante”, explica este medio una persona cercana.

Los cinco o seis días que están en puerto, los hoteles se convierten en un reducto donde los alumnos disfrutan de situaciones domésticas que, en la vida real, no se echan de menos. Por ejemplo, ducharse sin chanclas y permanecer bajo el agua caliente el tiempo que se quiera. El horario del barco no permite esos extras. Todo está medido y, por lo tanto, hay poco tiempo para el disfrute.

Después de las largas travesías donde se comparte todo, incluso dormir en una cama estirada es un lujo para Leonor. “Elcano, al navegar a vela, está escorado, y dependiendo de qué lado esté, se duerme de una manera o de otra. La cama del hotel se convierte en un lujo, igual que la ducha y poder controlar la temperatura. Y, por supuesto, dormir sin ruidos. Las visitas organizadas también forman parte de la comisión. Una vez que la realizas, te vuelves al hotel. En cuanto a las recepciones, también funcionan por comisión. Si a la princesa no le toca, está liberada para continuar con el ocio junto a sus compañeros".

Si hay días seguidos de descanso, lo que se suele hacer son excursiones. "Por ejemplo, en Callao, Perú, lo habitual es que los alumnos visiten por su cuenta el Machu Picchu y Cuzco; en Chile, el glaciar Perito Moreno; y en Valparaíso, subir al funicular”, explican. Cuando no toca comisión, los guardiamarinas van vestidos de civil. El uniforme solo se utiliza en las actividades oficiales.