Joaquín de Dinamarca se sincera sobre su divorcio de Alexandra Manley, el primero dentro de la familia real: "Me afectó mucho"

Muchas veces, rostros conocidos no pueden evitar abrirse sobre determinados temas de forma pública, aunque sean muy celosos de su privacidad. Un ambiente relajado y un interlocutor que les lleva por el camino que él quiere suelen ser los ingredientes para escuchar jugosas declaraciones. Y es lo mismo que le ha pasado a Joaquín de Dinamarca, que se ha sincerado en televisión sobre su divorcio de Alexandra Manley.

Y aunque no es nada habitual que el hijo pequeño de la reina Margarita y hermano del actual rey danés hable en estos términos de temas tan íntimos, hay que tener en cuenta el contexto. Haciendo un pequeño paralelismo, Joaquín ha participado en un documental para la televisión nacional al más puro estilo 'Planeta Calleja', recorriendo a pie la península de Jutlandia de norte a sur.

Llevados por la situación, lejos de casa y relajados ante el leonés, muchos de los invitados de Jesús Calleja dan pinceladas de su vida personal que, de otro modo, no compartirían. Y algo muy parecido es lo que se ha visto en el documental 'Hærvejen', que Joaquín de Dinamarca ha grabado junto al escritor Steffen Jacobsen, con el que se ha sincerado sobre ese divorcio de la madre de sus dos hijos mayores.

Entre caminata y caminata descubriendo los espectaculares paisajes de la zona, príncipe y escritor paran a charlar de muchos temas. Pero claro, no podemos negar que el que más nos interesa es el que se refiere a esa ruptura matrimonial, que fue la primera dentro de la familia real danesa. Precisamente por eso, Joaquín comparte lo difícil que fue para él.

"No me sentía solo en el sentido de que no estaba 'completamente solo', sino porque sentía que había hecho algo que parecía inevitable. Algo que era necesario", afirma ante las cámaras, añadiendo que "era la primera vez en mucho tiempo que se producía un divorcio en mi familia y fue un gran shock". Veinte años después, tampoco es que los divorcios sean algo muy común dentro de las familias reales, aunque sí está mucho más normalizado que antiguamente.

Junto al escritor, el príncipe también recuerda todos los juicios de opinión que sufrieron sobre él tras conocerse el divorcio de Alexandra Manley, además del sentimiento de culpa, especialmente por lo pequeños que eran sus dos hijos. Por aquel entonces, el mayor, Nicolás, contaba con cinco años; Félix, el pequeño, tenía solo dos. El conde precisamente fue el miembro de la familia que representó a su padre durante la première en Copenhague.

Una culpa y unos juicios de opinión que fueron inevitables a pesar de que la separación y posterior divorcio fueron de mutuo acuerdo y en buenos términos. De hecho, la condesa Alexandra ha seguido siendo una más de la familia, incluso tras la segunda boda de su ex, que tres años después se casaba con Marie Chevallier, madre de sus dos hijos pequeños, Henrik y Athena.

No han sido pocas las celebraciones familiares en las que Alexandra Manley, hoy convertida en condesa por la generosidad de la reina Margarita, ha participado, formando parte como una más de la foto familiar. También ha ejercido en numerosas ocasiones de portavoz improvisada, ya que es mucho más accesible para los medios que, lógicamente, los miembros de la Casa Real.