El sold out de Meghan Markle y el éxito de otras royals con sus negocios al margen de la corona
La duquesa de Sussex lanzaba su marca hace unos días, agotando todos los productos en pocas horas. Ellas y otras royals han demostrado que la corona es buen reclamo
Meghan Markle, el pasado agosto en Colombia. (Getty)
No nos engañemos. El título de princesa, duquesa o cualquiera ligadoa a las monarquías es un buen reclamo. Si además le sumamos un mediático nombre, cinco años que han sido una telenovela y un pasado como actriz, el resultado no podía sorprendernos. Porque Meghan Markle conseguía un sold out a las pocas horas de lanzar su nueva marca. No es la única: el éxito de otras royals con sus negocios al margen de la corona es un hecho.
Comenzamos por el caso de Meghan, aunque no ha sido la única que ha lanzado una marca propia en los últimos días. Pero sí es la más mediática. Lo lleva siendo desde que decidió, junto al príncipe Harry, salir de la Casa Real británica y vivir una vida independiente económicamente y sin obligaciones royal. Su trayectoria ha demostrado después que les salía mucho más a cuenta poder tener negocios al margen de Buckingham, algo que no les estaba permitido siendo miembros de la Corona.
Después de la docuserie para Netflix, el pódcast en Spotify -no muy rentable, por cierto- y el programa de cocina, ha llegado la marca, As Ever. A través de ella vende galletas, mermeladas, tés y otros productos, supuestamente artesanales y 'home made'.
Fue poner la firma en marcha y agotarlos rápido. Los agotó rápido. No negamos el mérito, pero hay que tener en cuenta que salieron a la venta muy pocas unidades de cada uno y, pese a todo, sigue teniendo muchos fans. Por supuesto, ha utilizado para su promoción su título de duquesa de Sussex.
Lo que aún no podemos saber si tendrá éxito o no es la línea cosmética que acaba de lanzar Magdalena de Suecia. Ella sí sigue perteneciendo a la Casa Real, pero la decisión de lanzar la marca MinLen, en colaboración con Weleda, fue aprobada por palacio, donde se consideró que el negocio era compatible con las actividades de agenda.
Hay que tener en cuenta que en algunas monarquías sí se permite a sus miembros que tengan ingresos de otras fuentes y es el caso de la sueca. Por eso Magdalena ha desaprovechado la oportunidad y ha lanzado una línea de cremas en las que cree, aunque, en su caso, sin utilizar su título real, sino que van firmadas con su nombre civil, Magdalena Bernadotte.
Y la razón por la que no podemos saber si tiene éxito o no es porque no estarán a la venta hasta septiembre. Eso sí, saldrán al mercado con el potente paraguas de Weleda y la expectación ya está asegurada, como se demostró en la reciente rueda de prensa que ofreció desde Berlín, absolutamente multitudinaria.
Seguimos con la Casa Real de Suecia, porque en general todos sus miembros tienen negocios al margen de la Corona. El hermano de Magdalena, Carlos Felipe, es socio fundador de una firma de diseño, Bernadotte & Kylberg, que le reporta unos buenos beneficios anuales. Además, los tres hijos de Carlos Gustavo y Silvia crearon en 1989 Glounen, una sociedad de gestión de activos cuyos últimos informes arrojaron cifras de más de dos millones de euros a favor de los hermanos Bernadotte.
Otros negocios royal que han dado mucho que hablar han sido los de Marta Luisa de Noruega, ya que han generado una enorme polémica al considerar que aprovechaba su título para lucrarse. Al final consensuó con la Casa Real no utilizarlo para fines comerciales, pero hasta entonces capitaneó una serie de charlas bajo el nombre de 'La princesa y el chamán', junto a su actual marido.
No tardó mucho en volver a las andadas. Solo un año después, su secretaria anunciaba que Marta Luisa había creado una nueva empresa, que tenía como fin "organizar viajes, proporcionar servicios de gestión de programas y conferencias, así como otras actividades que le son propias naturalmente, incluida la participación en otras empresas", según la información de los registros.
La princesa Marta Luisa y su marido, Durek Verret, tras su boda. (EFE)
Pues bien, la sociedad, que no tardó en funcionar y contó con 3.000 euros de fondos iniciales, se llama PML International. Es decir, las iniciales correspondientes a su nombre y su título, princesa Marta Luisa, algo que confirmó la propia secretaria sin darle más importancia, pero generando otro revuelo para la hija de los reyes noruegos, cuyos movimientos no son del gusto de todos en el país.
Además, Marta Luisa es la propietaria de una marca de ropa, Heest, que fundaron sus amigas Anne-Kari Johannesen y Monica Stund. Una firma que promociona a través de sus redes sociales, poniéndose ella misma los diseños. A esto hay que sumar que ha escrito un total de 15 libros, ha participado en varios programas de televisión y sigue con sus charlas motivacionales.
La princesa Laurentien y su hija, Eloise, en la inauguración de la tienda. (Gtres)
Pero en este caso nos vamos a centrar en su cuñada, la princesa Laurentien, y su sobrina, la condesa Eloise. Ni una ni otra, como en los anteriores casos, reciben un sueldo por su vínculo con la corona neerlandesa, por lo que tienen que buscar otras fuentes de financiación. Y en eso, la sobrina del monarca ha resultado ser toda una emprendedora.
Porque la joven desde hace años vende su ropa en portales de segunda mano, concienciada con la reutilización de prendas. Le iba tan bien que decidió dar un paso más y abrir, junto a su madre, My Lima Lima en La Haya. Aunque en este caso, no se trata de un negocio como tal, puesto que, en principio, se trata de una tienda con ropa y accesorios de lujo donados cuyas ventas -no sabemos si íntegras- van a parar a diferentes organizaciones.
No nos engañemos. El título de princesa, duquesa o cualquiera ligadoa a las monarquías es un buen reclamo. Si además le sumamos un mediático nombre, cinco años que han sido una telenovela y un pasado como actriz, el resultado no podía sorprendernos. Porque Meghan Markle conseguía un sold out a las pocas horas de lanzar su nueva marca. No es la única: el éxito de otras royals con sus negocios al margen de la corona es un hecho.