El lenguaje corporal de la princesa Leonor en Valparaíso: el gesto más inesperado

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La travesía del buque escuela Juan Sebastián Elcano ha llevado a la princesa Leonor y al resto de sus compañeros guardamarinas hasta Chile. Concretamente, en este último atraque, hasta Valparaíso, donde hemos podido ver nuevas imágenes de la heredera junto a los demás cadetes.

Un viaje que ha estado ensombrecido en los últimos días por los titulares de sus fotografías en bikini, pero también por el mal tiempo que están sufriendo en esta zona del océano Pacífico. Toda una aventura que marcará su vida, como recordaba el rey Felipe VI al hablar de su propia vivencia en Elcano, de la que queremos analizar sus últimas imágenes al detalle, descubriendo los nuevos detalles del lenguaje corporal de la princesa Leonor.

Así, parece que a pesar la presión mediática de las últimas jornadas, la princesa Leonor continúa disfrutando de su estancia en el buque escuela. A pesar de la gorra que cubre parte de su rostro, se puede apreciar que la hija de los Reyes cuenta en varias imágenes con la conocida como sonrisa de Duchenne.

Denominada así en honor a Guillaume-Benjamin-Amand Duchenne, médico y neurólogo francés que fue pionero en sus estudios sobre la fisiología de los músculos faciales y las expresiones emocionales, está considerada la expresión más genuina de felicidad en el lenguaje corporal.

El lenguaje corporal de Leonor

Se caracteriza por la contracción simultánea del músculo cigomático mayor, situado en la mejilla, que eleva las comisuras de los labios, y del músculo orbicular de los ojos, que produce las características arrugas alrededor de los ojos, comúnmente conocidas como 'patas de gallo'. Es decir, se cumple aquello de que se sonríe con la boca, pero también con la mirada, como se aprecia en el caso de la Princesa.

Además, según el psicólogo Paul Ekman, uno de los principales expertos en emociones y lenguaje no verbal, esta sonrisa es un indicador muy fiable de alegría auténtica, ya que es difícil de fingir conscientemente. Eso sí, sin dejar de lado la oficialidad y formalidad que requieren otros instantes de este atraque en la ciudad chilena.

Unas imágenes oficiales que se suman a la fotografía que subió a sus redes sociales el restaurante Don Emelio. Un espacio familiar especializado en cocina de temporada con influencias mediterráneas y guiños constantes a los sabores españoles, y que la princesa Leonor pudo disfrutar junto a varios compañeros. Una visita de la que ya te contamos todos los secretos y que nos ha dejado ver un inesperado gesto.

Frente a las instantáneas más formales, en esta fotografía se puede ver cómo la princesa Leonor posa muy cómoda, abrazando con su brazo derecho a una de las responsables del restaurante. Un gesto que puede parecer común, pero que no es lo común en la realeza o entre los famosos. De hecho, hay celebridades que expresamente prohíben que se les toque durante las fotografías.

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Mientras que otras, como Keanu Reeves, hace uso de la 'mano flotante'. Una pose en la que parece que está abrazando la cintura o la espalda de la persona con la que se hace la foto, pero donde realmente no hay contacto físico.

Sin embargo, en el caso de la princesa Leonor, como ya hemos visto en ambientes informales a la reina Letizia, sí se muestra natural al coger del brazo a la trabajadora de Don Emelio. Un gesto que, aunque breve, tiene un impacto significativo en la percepción emocional del momento.

Así, según refleja el experto en lenguaje corporal Mark Bowden en su libro, "el contacto breve, como tocar el brazo o el hombro, genera una sensación inmediata de cercanía y puede reforzar la conexión emocional entre dos personas, incluso en encuentros breves como una foto". Por ello, en un contexto como este, no solo comunica calidez y empatía, sino que también busca romper la barrera entre figura pública y el 'admirador', estableciendo un vínculo humano.

Además, este tipo de gesto se considera una señal prosocial, es decir, una conducta no verbal que facilita la interacción y puede hacer que el fan se sienta valorado, reconocido o más cómodo, especialmente en situaciones donde puede haber nerviosismo o emoción intensa al tener frente a ti a un personaje famoso. Un pequeño detalle, pero que marca la diferencia.