Los viajes secretos de Amalia de Holanda a España para practicar su pasión más desconocida, desvelados durante su visita a Madrid

Este artículo tenía otra intención cuando fue ideado por primera vez. La hija mayor de Guillermo y Máxima de Países Bajos venía este lunes a Madrid a inaugurar el jardín de tulipanes que regaló a la capital el pasado noviembre. Había que estar allí, contar lo vivido e incluso intentar hablar con ella. Pero lo que nos encontrábamos en la Plaza de Oriente fue mejor: Vanitatis ha podido saber que son muchos los viajes secretos que Amalia de Holanda hace a España para practicar su pasión más desconocida.

Quizá, teniendo en cuenta que la princesa de Orange estuvo viviendo en la capital española un tiempo o que hemos sabido que ha recibido la visita de sus padres de cuando en cuando, el hecho de saber que sigue viniendo a nuestro país no resulta tan sorprendente. Lo que sí va a dar mucho más que hablar es esa afición tan oculta y que hemos podido conocer.

Pero antes de desvelarla, tenemos que explicar cómo se gestó esta visita de Amalia de Holanda a Madrid, el destino de su primer acto en solitario fuera de su país. Porque hubo un malentendido que provocó el enfado de algunos medios de comunicación, que no se habían enterado de que la princesa iba a estar este lunes en la capital, en un lugar tan concurrido como la Plaza de Oriente.

La organización corría a cargo de la Casa Real de Países Bajos y la embajada del país en Madrid, quienes convocaron a algunos medios, en su mayoría holandeses. Solo se pedía que la información no se publicara antes de la llegada de Amalia a su cita. Su anfitrión iba a ser el alcalde, José Luis Martínez-Almeida, por lo que también el Ayuntamiento gestionó algunas de las acreditaciones.

Pero la información empezó a circular antes de lo esperado, por lo que el Ayuntamiento decidió mandar un mail anulando la convocatoria, lo que hizo que algunos medios aseguraran que el acto había sido cancelado. Finalmente, como pudimos ver, no fue así. Amalia acudió a su cita, agradeció el trato que la ciudad le había dispensado durante su estancia para estudiar y se fue, dando las "gracias a Dios" por el clima que la había acompañado.

Desde prensa del consistorio nos explicaban ese mail que confundió a muchos periodistas: "Lo que anulábamos era la convocatoria, no el acto", nos decían tras la despedida de la princesa, con la plaza de Oriente mucho más despejada. El objetivo de mantener la información embargada era, principalmente, velar por su seguridad, la misma que no encontró en Holanda durante su época universitaria y que la trajo hasta Madrid.

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Pero también, de forma secundaria, que lo supiera la menos gente posible. Y lo cierto es que ambos se consiguieron: en el grupo de medios acreditados, apenas unos pocos españoles con una aplastante mayoría de neerlandeses, tanto prensa impresa como digital o televisiones y radios. En el ámbito de seguridad, muchísimas medidas desde primera hora, con numerosos policías y perros inspeccionando la zona al milímetro.

Y precisamente, la presencia de tantos periodistas holandeses nos facilitaba el hecho de conocer esta pasión secreta que Amalia practica en España. Mientras esperábamos a la princesa, intercambiábamos unas palabras con una de nuestras colegas de Países Bajos, al principio tirando de lugares comunes y sin esperar lo que nos iba a desvelar.

La conversación no tardaba en llegar al punto lógico y que, al final, nos juntaba a ambos medios en el mismo lugar, la estancia de la princesa Amalia en Madrid para estudiar. La cuestión es que esa estancia, tal y como nos ha asegurado esta periodista holandesa, no se ha limitado a ese curso universitario ni a los estudios. Porque actualmente son muy frecuentes las visitas de la hija de los reyes de Países Bajos a nuestro país, pero además con un propósito: el de practicar la caza.

Es una información que conocen perfectamente los redactores neerlandeses que siguen los pasos de Guillermo y Máxima y son cercanos a la familia real. Pero bien porque no le dan importancia, bien porque no quieren cruzar esa línea roja impuesta por el monarca para proteger su ámbito privado, lo cierto es que nunca se ha publicado.

Sí se supo hace tres años que había obtenido la licencia de caza, aunque ella misma contó para la biografía que se escribió con motivo de su mayoría de edad, no solo que no tenía intención de utilizarla, sino que la había conseguido, única y exclusivamente, por la insistencia de su padre, el rey Guillermo. A pesar de las explicaciones, cuando se supo, no fue una noticia exenta de polémica.

Y lo cierto que, tal y como hemos podido saber, sí que practica la caza y sí hace uso de esa licencia, ya que además tiene su propia arma. Aunque no podemos negar que no es una información que nos sorprenda del todo. Hace solo unos meses, conocíamos que sus padres habían pasado un fin de semana practicando la caza en una finca de Toledo para dar rienda suelta a su afición cinegética. Además, los círculos de amistades que mantienen en nuestro país también comparten esa misma pasión.

Así, queda claro que el amor de Amalia de Holanda por nuestro país no es pasajero. De momento, se ha reflejado en que ha sido el destino elegido para su primer acto en solitario fuera de Holanda y en ese jardín de tulipanes del que todos los madrileños pueden disfrutar cuando paseen por la Plaza de Oriente. El vínculo de la princesa de Orange con España va más allá e incluye muchos viajes secretos y una pasión hasta ahora desconocida.