La reina Sofía, fiel a su cita en Mallorca por Semana Santa: conjunto en negro, broche de estilo victoriano y bolso de lujo

Pasado ya el Domingo de Ramos, comienzan las grandes procesiones de la Semana Santa. Entre los famosos concurrentes en dichos actos, se encuentra la reina Sofía que, como cada año, acudirá a varias citas a lo largo y ancho de la geografía española. La primera es siempre en Mallorca, lugar en el que descansa cada verano junto a su hijo, el rey Felipe, su esposa, la reina Letizia, y sus dos nietas. De esta manera, acudió al “Concert de Setmana Santa: Réquiem de Fauré”, el cual fue celebrado en la Catedral de la ciudad.

Una noche en la que disfrutó de las voces de la soprano Lorena Bonnín y el barítono José Antonio López en compañía de la Orquestra Simfònica de les Illes Balears. Un acto al que la reina Sofía acudió con un estilismo sobrio, apostando por el negro. Escogió un conjunto de blazer y pantalón que combinó con una blusa blanca, a contraste, de cuello redondo.

En cuanto a calzado, seleccionó unos salones negros de la firma francesa Roger Vivier. Un modelo en ante que parece haber copiado a Isabelle Junot, quien ficho este mismo par también para el estreno de 'La Favorita 1922' en Madrid. Apostanto también por la moda del país galo, se decantó por un bolso acolchado en negro de Chanel.

Sin embargo, lo más llamativo de su look fueron los accesorios, todos en dorado, aportando color al conjunto. Destacaba sobre la solapa de la americana el broche metálico de estilo victoriano en forma de flor, aros cruzados, anillos y una pulsera con piedras turquesas. Asimismo, fue llamativo también la Medalla de Oro de las Islas Baleares, impuesta por el gobierno insular poco hace más de un año.

Fue en ese acto tanto reconoció el apego con la isla, como los cerca de mil invitados le transmitieron el suyo. “Estas islas maravillosas que siempre me han acogido con tanto cariño y afecto”, expresó emocionada. Un vínculo que comenzó cuando el palacio de Marivent se convirtió en la residencia veraniega oficial de la familia real española en 1973, tras la recomendación del marqués de Mondéjar al rey Juan Carlos. Desde entonces, el palacio ha acogido cada verano a los reyes y a sus hijos.