El último capítulo de la guerra abierta en Buckingham: el príncipe Harry suplica una reconciliación mientras Carlos III está “muy molesto”

Poco después de recibir uno de los varapalos judiciales más duros de su vida, el príncipe Harry ha roto su silencio con una entrevista demoledora concedida a la BBC. El duque de Sussex, visiblemente afectado, se ha pronunciado tras perder su última apelación contra el Gobierno británico en el caso que mantenía por la retirada de su seguridad cuando viaja al Reino Unido. La decisión del tribunal no solo ha desestimado su demanda, sino que le obliga a pagar las costas del proceso, estimadas en 1,5 millones de libras.

Más allá del revés legal, lo que ha dejado una mayor huella es la fractura familiar que se mantiene intacta. “No sé cuánto tiempo le queda a mi padre y no me habla por este asunto de la seguridad”, ha revelado. A pesar de todo, ha insistido: “Me encantaría reconciliarme con mi familia. No tiene sentido seguir peleando. La vida es preciosa”.

El rey Carlos III, según ha confesado su hijo menor, no mantiene comunicación con él desde hace meses. La última vez que se vieron fue a principios de 2024, tras el diagnóstico de cáncer del monarca. Desde entonces, el silencio entre ambos ha sido absoluto, marcado por la disputa en torno a la seguridad del príncipe y su familia.

Desde California, donde vive junto a su esposa Meghan Markle y sus hijos, Harry también ha lamentado no poder regresar a su país. “No me imagino un mundo en el que pueda traer a mi esposa e hijos de vuelta al Reino Unido en este momento. Lo van a extrañar todo. Amo a mi país, siempre lo he amado”.

Asegura que no se trata de un simple desencuentro legal, sino de una situación que le ha afectado profundamente: “Estoy devastado; no tanto por la pérdida legal como por quienes tomaron la decisión y creen que esto está bien. ¿Realmente no quieren garantizar nuestra seguridad?”.

La decisión judicial en contra de lo que pedía el duque se basa en los cambios introducidos en 2020, tras su renuncia como miembro activo de la realeza. Desde entonces, no tiene acceso automático a la protección que sí reciben otros miembros de alto rango. Harry había solicitado que su caso se revisara de forma individual, alegando un alto nivel de riesgo para su familia, pero el tribunal concluyó que su “sentimiento de agravio” no era suficiente como argumento legal.

Más duro aún le ha sido descubrir que la Casa Real británica formó parte del comité que decidió sobre su nivel de protección. “El comité está lleno de profesionales y de miembros de la realeza. Después de cinco años, cada visita que hago al Reino Unido tiene que pasar por la Casa Real. Me veo obligado a aceptar que priorizan sus intereses en estas deliberaciones”, denunció. Considera que hubo una clara “interferencia del establishment” y que su seguridad se redujo “de la noche a la mañana” por motivos que, asegura, aún desconoce.

Consciente de que su batalla legal ha llegado a su fin —“no hay forma de ganar esto en los tribunales”, admitió—, el príncipe ha anunciado que escribirá a la ministra del Interior, Yvette Cooper, para solicitar una revisión urgente del funcionamiento del comité Ravec, el órgano que regula la seguridad de las figuras públicas y la realeza. También ha pedido la intervención del primer ministro, Sir Keir Starmer.

El Palacio de Buckingham, por su parte, se ha limitado a responder que “los tribunales han examinado repetida y meticulosamente todas estas cuestiones, llegando siempre a la misma conclusión”. Una frase que, lejos de calmar los ánimos, refleja el muro de contención que separa a Harry de su antigua vida en palacio. Su padre, según han asegurado fuentes cercanas a 'The Sun', se siente "frustrado" y "muy molesto" por saltarse las férreas reglas no escritas que guían el proceder de la familia real británica y airear los problemas internos.

En lo personal, el duque ha admitido que las heridas siguen abiertas. “Ha habido tantos desacuerdos y diferencias entre algunos miembros de mi familia y yo. Esta situación, que ya lleva cinco años, es el único punto de fricción que queda”, ha explicado. A pesar de su voluntad de acercamiento, reconoce que “si no lo quieren, es un asunto exclusivamente suyo”.

Harry también ha hecho autocrítica. “Sé que algunos miembros de mi familia nunca me perdonarán haber escrito un libro. Claro que nunca me perdonarán muchas cosas”, ha dicho con tono resignado, aludiendo a las memorias que publicó bajo el título 'Spare', donde relataba episodios íntimos de su vida y tensiones con los Windsor.

El duque de Sussex ha expresado que solo podría regresar al Reino Unido si recibe una invitación oficial de la Casa Real, que incluiría medidas de seguridad adecuadas. “Todos sabían que nos estaban poniendo en riesgo en 2020 y esperaban que mi conocimiento de ese riesgo nos obligara a regresar”, ha recordado.

Las palabras del príncipe llegan además en una fecha simbólica: el décimo cumpleaños de la princesa Charlotte, su sobrina e hija del príncipe Guillermo. Una efeméride que subraya aún más el abismo emocional que separa hoy a los Windsor.

Sin embargo, y pese a todo, Harry ha querido dejar claro que no cierra ninguna puerta. “He perdonado. Amo a mi país. Y me da mucha pena no poder mostrarles a mis hijos mi tierra natal”.