Tiaras, topacios, vestidos de gala y zapatillas en Suecia: Victoria, Magdalena y Silvia lo dan todo en una cena de Estado
La reina Silvia y las princesas Victoria y Magdalena han lucido vestidos de gala y grandes joyas en la cena ofrecida en honor a la presidenta de Islandia
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Noche de tiaras y vestidos de gala en Suecia. Los reyes Carlos XVI Gustavo y Silvia han ofrecido una cena de gala en el Palacio Real de Estocolmo en honor a la presidenta de Islandia, Halla Tómasdóttir, quien se encuentra realizando una visita de Estado junto a su marido, Björn Skúlason. Esta primera jornada ha terminado con un banquete al que han asistido, además de los reyes, la princesa Victoria, el príncipe Daniel, y el príncipe Carlos Felipe.
No ha acudido Sofía, quien se encuentra de baja maternal tras dar a luz a su hija, Ines, el pasado mes de febrero, pero sí han estado presentes Magdalena y su marido, Chris O'Neill; una gran sorpresa, pues no suelen acudir a este tipo de eventos. Las damas Bernadotte han estado representadas por la reina, la heredera y la princesa Magdalena, quienes han cumplido a rajatabla con la etiqueta, que marca vestido de gala, tira y condecoraciones.
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Empezaremos nuestro análisis por la sorpresa de la noche, Magdalena, quien ha apostado por vestido en fucsia vibrante del diseñador venezolano Ángel Sánchez. Un llamativo modelo con lazada en la espalda y un trampantojo, ya que a simple vista parece un vestido palabra de honor, pero al fijarnos en los detalles nos percatamos de que la zona del escote y la espalda llevaban una pieza de tul transparente. Lo estrenó en los Premios Nobel de 2019, y esta es la segunda ocasión en la que lo luce.
Por primera vez, Magdalena ha coronado su cabeza con la tiara de Eduardo VIII, una pieza de rubíes que la reina Silvia ha lucido en muy pocas ocasiones. Fue un regalo que recibió Margarita de Connaught cuando se casó con el príncipe Gustavo Adolfo de Suecia de parte de sus tíos, los reyes británicos Eduardo VIII y Alejandra. Cuando Margarita falleció prematuramente, dejó en herencia cada uno de sus cinco hijos joyas y esta tiara en cuestión fue para el príncipe Sigvard, quien perdió sus derechos dinásticos al casarse con una mujer ajena a la realeza, Erica Maria Patzek.
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Sus esposas fueron las que lucieron esta joya, sobre todo la tercera y última, la condesa Marianne, muy querida por la familia real. En la década de los 80, el rey Carlos XVI Gustavo decidió comprar la tiara a sus parientes e introducirla en el joyero real. De ahí que la haya lucido Silvia, aunque en pocas ocasiones, y ahora lo haga su hija Magdalena.
Toca el turno de hablar de Victoria de Suecia, que se ha decantado por un vestido floral. Creado por Frida Jonsvens, se trata de un diseño de corte princesa, de manga corta, con escote en semitransparente, ajustado a la cintura y de ahí una voluminosa falda con cola. La clave del diseño está en el tejido: un tul blanco sobre el que se encuentran bordados de manera artesanal cientos de ramilletes de flores de colores
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La heredera ha optado por tiara Aquamarine Kokoshnik. Se trata de una valiosa joya realizada con diamantes y aguamarinas que debe su nombre a su semejanza con los 'kokoshnik', los típicos tocados rusos. Es propiedad de la princesa Margaretha, hermana del rey, pero está a disposición de las otras damas de la familia real.
En cuanto a la reina Silvia, ha tenido que combinar un vestido de gala con zapatillas, ya que aún se está recuperando de la operación en el pie a la que se sometió a principios de abril. Ayudada de una muleta, la esposa de Carlos Gustavo ha desfilado por los pasillos de palacio con un vestido rosa, a juego con Magdalena, realizado en una brillante tela repleta de lentejuelas.
A pesar de su dolencia, Silvia ha coronado su cabeza con una gran tiara, la de las nueve puntas. Se trata de una joya realizada en diamantes talla brillante que consta de nueve puntas rematadas por nueve soles de diamantes. Fue un regalo del rey Oscar II a su esposa, Sofía de Nassau. Lucía también un collar de chatones, un gran broche con un topacio rosa rodeado de diamantes y pendientes a juego.
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La reina llevaba, además, un impresionante collar de topacios rosas con pendientes a juego. Forman parte de un lote que fue un regalo de bodas del Zar Pablo I de Rusia a su hija, la Gran Duquesa María Pavlovna, cuando se casó con el Gran Duque Carlos Federico de Sajonia-Weimar-Eisenach en 1804.
Sin duda, las tres mujeres estaban espectaculares.
Noche de tiaras y vestidos de gala en Suecia. Los reyes Carlos XVI Gustavo y Silvia han ofrecido una cena de gala en el Palacio Real de Estocolmo en honor a la presidenta de Islandia, Halla Tómasdóttir, quien se encuentra realizando una visita de Estado junto a su marido, Björn Skúlason. Esta primera jornada ha terminado con un banquete al que han asistido, además de los reyes, la princesa Victoria, el príncipe Daniel, y el príncipe Carlos Felipe.