De Eugenia Silva a Myriam Lapique: familiares y amigos acuden al tanatorio La Paz para dar el último adiós a Alfonso de Borbón y Escasany

La jornada ha estado marcada por la tristeza y la discreción en el Tanatorio Parcesa La Paz, en Tres Cantos (Madrid), donde se ha instalado la capilla ardiente de Alfonso de Borbón y Escasany, fallecido la madrugada del sábado a los 80 años. A primera hora de la tarde, uno de los primeros en llegar ha sido su hijo mayor, Alfonso de Borbón Yordi, que ha hecho acto de presencia junto a su pareja, la modelo Eugenia Silva.

Con semblante serio, pero sereno, Alfonso y Eugenia han accedido al recinto sobre las 16.00 horas. La pareja se ha mostrado agradecida por las muestras de cariño recibidas, aunque han optado por no realizar declaraciones públicas en este momento tan íntimo.

Ella, que ha compartido su dolor en redes sociales, se ha mantenido en segundo plano, apoyando en todo momento al padre de sus hijos, que ha quedado huérfano de padre junto a su hermana Alejandra, en una pérdida que también deja sin abuelo a sus dos pequeños.

A lo largo de la tarde han llegado numerosos familiares y amigos del aristócrata, muchos de ellos vinculados al ámbito de la realeza y la alta sociedad. No en vano, el fallecido, hermano del duque de Sevilla y primo segundo de Juan Carlos I, mantuvo siempre una buena relación con la familia real española, y se le pudo ver junto a su mujer en eventos como las bodas de las infantas o la del actual rey Felipe VI en la catedral de la Almudena.

La ceremonia litúrgica se ha celebrado entre las cinco y las seis de la tarde en la capilla del tanatorio, donde se ha podido ver Marisa Yordi de Borbón, viuda del difunto. Juntos formaron una de las parejas del panorama aristocrático más relevantes hasta su retirada de la vida pública a principios de los 2000. También ha acudido Myriam Lapique, amiga íntima del matrimonio y con la que han compartido grandes jornadas en Marbella. "Una buenísima persona, un señorazo", ha deslizado. No ha faltado tampoco Cari Lapique.

Por otro lado, ha asistido Francisco de Paula Borbón y Escany, que ha llegado acompañado de sus hijos, Olivia de Borbón y Francisco von de Borbón von Hardenberg, y el marido de ella, Julián Porras. Los cuatro se han dejado ver con semblante serio, lo que evidencia el duro golpe que ha supuesto el deceso del aristócrata, quien había sufrido un deterioro en su salud durante los últimos meses.

Otro rostro conocido que se ha desplazado hasta el Tanatorio Parcesa La Paz es Tessa de Baviera, gran amiga del matrimonio. En la hemeroteca de la crónica social siempre quedarán guardados los momentos de gloria que protagonizaron, en la década de los 80, cuando organizaban las mejores fiestas de Madrid y de Marbella. Ambas, junto a otras aristócratas como Isabel Preysler o Naty Abascal, derrochaban glamour a través de sus diseños y joyas de lujo.

Unos minutos después ha llegado Margarita Hernández. Tampoco ha faltado Jaime de Marichalar, quien ha acudido con gafas de sol y se ha mostrado apenado por la pérdida del aristócrata.

Igual que Nuria González. La viuda de Fernando Fernández-Tapias, al llegar, se ha acercado a las hermanas Lapique, con las que mantiene un fuerte vínculo y de las que ha sido un apoyo fundamental en estos meses en los que han tenido que hacer frente a duras pérdidas familiares. Desde el pasado agosto, el clan ha sufrido tres decesos: Carlos Goyanes, Caritina Goyanes y Manuel Lapique.

En un ambiente de recogimiento y respeto, allegados y familiares han querido dar el último adiós a Alfonso de Borbón y Escasany. También arropar a la viuda, Marisa Yordi, con la que llevaba casado más de 50 años. Toda una vida. El aristócrata era un hombre muy querido y, a buen recaudo, sus cercanos siempre recordarán su figura y su legado, que permanecerá vivo en la memoria de los que le conocieron.