La despedida más íntima de Alfonso de Borbón y Escasany: sus familiares y amigos apoyan a Marisa Yordi en su entierro

En la mañana de este 11 de mayo, bajo un cielo encapotado que parecía acompañar el duelo, el cementerio de La Paz ha comenzado a recibir a los primeros familiares del aristócrata Alfonso de Borbón y Escasany, fallecido el pasado sábado a los 80 años. El entorno, en absoluto silencio, ha sido testigo de los primeros compases del entierro, marcado por el respeto y la sobriedad.

Los primeros en llegar han sido su hermano, Francisco de Paula de Borbón, actual duque de Sevilla, acompañado por uno de sus hijos, Francisco de Borbón von Hardenberg. El vínculo entre ambos hermanos fue siempre estrecho, a pesar de los años de discreta distancia social tras la retirada del fallecido de la vida pública en el año 2000.

También se ha podido ver a la pareja formada por Olivia de Borbón y su marido, Julián Porras, que han accedido al camposanto con semblante serio y actitud contenida. Olivia, sobrina del difunto, se ha mantenido muy cercana a la familia en estos días de duelo, volviendo a evidenciar la fuerte cohesión del clan Borbón-Yordi.

Pasadas las once y media de la mañana, el goteo de asistentes al cementerio ha continuado con la llegada de Amaia Salamanca y Rosauro Varo, que han accedido al recinto en silencio y visiblemente afectados. La pareja, muy cercana a Eugenia Silva y Alfonso de Borbón Yordi, ha querido mostrar su apoyo en este momento tan delicado, arropando a la familia en el último adiós al aristócrata.

Pocos minutos después, ha hecho acto de presencia Margarita Hernández, que ya estuvo presente en la jornada de ayer en el tanatorio. Fiel al círculo más íntimo del matrimonio, ha querido acompañar también en el entierro a Marisa Yordi, viuda del fallecido, reafirmando el cariño y la fidelidad que ha demostrado a lo largo de los años. El ambiente sigue siendo de recogimiento, con una asistencia marcada por la discreción y el respeto.

Poco después ha llegado Nuria González, vestida de riguroso luto. La viuda de Fernando Fernández-Tapias ha saludado con afecto a varios asistentes antes de dirigirse hacia la zona del entierro, con ese tono sereno, pero firme que la caracteriza en los momentos difíciles.

La escena más emotiva de la mañana ha tenido lugar minutos más tarde, cuando han hecho su entrada Marisa Yordi y su hijo Alfonso de Borbón Yordi, cogidos del brazo. Ella, visiblemente compungida, caminaba con paso lento y gesto abatido, arropada por su hijo mayor, que ha permanecido a su lado en todo momento.

En un segundo plano ha llegado Eugenia Silva, que ayer se despedía de su suegro por redes sociales. La modelo ha apoyado a su pareja y padre de sus hijos desde la distancia, pero siempre atenta a lo que la familia necesitaba.

Su familia pudo rodearse de cercanos en la jornada de ayer en el Tanatorio Parcesa La Paz, donde se instaló la capilla ardiente. Estuvo marcada por una afluencia constante de rostros conocidos del ámbito social, en un ambiente de recogimiento donde todos quisieron arropar a la viuda y a sus hijos en uno de los momentos más difíciles. La liturgia celebrada al caer la tarde sirvió como primer gran homenaje a la figura de un hombre que, pese a su discreción en los últimos años, fue durante décadas un nombre habitual en las grandes citas de la aristocracia española.

El aristócrata, primo segundo de Juan Carlos I y figura destacada de la nobleza española durante décadas, deja tras de sí un legado aristocrático y el recuerdo de una vida ligada a los grandes momentos de la crónica social de nuestro país.